El primer viñedo sobre el mar de América Latina se prepara para abrir sus puertas al turismo
Una copa de vino en mano, la brisa de aire patagónico y el océano Atlántico en el horizonte: los elementos destacados de una escena que promete transformar la experiencia enoturística en Argentina.
Unos viñedos implantados en 2018 y el mar brillante del océano Atlántico detrás de ellos son protagonistas de una vista de película a través de enormes ventanales en el restaurante de una estancia patagónica. Pero no se trata de viñedos ordinarios, si no de terrenos plantados de vides con una particular cercanía al mar: un proyecto experimental que aspira a transformar la experiencia enoturística en el territorio argentino.
“Vinos de mar”: ¿cómo es un viñedo marino?
Según comparte Astrid Perkins -una de las personas a cargo de la propuesta- en diálogo con Meteored Argentina, “Vinos de Mar” es un proyecto compartido entre el lodge Bahía Bustamante en Chubut, la bodega Ver Sacrum de Mendoza y el empresario de bebidas Renato “Tato” Giovannoni.
El mar influye enormemente en la identidad del vino aunque el proceso de elaboración en este punto geográfico es igual al de otros vinos, con la diferencia de que aquí -tal como su nombre lo indica- trabajan con vista al mar. “Los llamamos así por su proximidad al mar. Los viñedos se encuentran apenas a 10 metros de la orilla. Esto es un dato clave, ya que no hay registro de ningún viñedo tan cercano al mar en toda América Latina”, explica Astrid.
¿Por qué es Bahía Bustamente el lugar elegido para desarrollar este proyecto?
El viñedo marino se implanta en Bahía Bustamante, una estancia histórica de la Patagonia Atlántica por iniciativa de sus dueños e inspiración de un gran amigo, Renato “Tato” Giovannoni, considerado uno de los mejores bartenders del mundo.
La jugada maestra, o al menos la única en su tipo que tiene lugar en América Latina, comenzó de modo experimental en octubre de 2018, con la plantación de 2000 vides junto al mar. El 70% del viñedo es de uva Semillon y el 30% restante es Pinot Noir.
“A comienzos de 2021 agregamos 2000 vides más, incorporando la variedad Albariño y aumentando la cantidad de Pinot Noir. Además de vinos, producimos también sidra de membrillo con las frutas de un membrillar centenario que se encuentra al pie de la surgente de agua mineral”, continúa Perkins.
De “bahía podrida” a santuario de vida marina y refugio turístico
Por su ubicación, Bahía Bustamante es conocida como el sitio que dio origen al primer campamento alguero en Chubut, hoy convertido en estancia de cría ovina.
Según cuenta la historia local, en la década del 1950, el pionero español Lorenzo Soriano emprendió un viaje en jeep hacia la Patagonia por una carretera de tierra, nada más y nada menos que la Ruta Nacional 3. ¿El motivo? Se trató de un viaje desesperado y un tanto insólito, en busca de un producto que pudiera reemplazar la goma arábica que ya no podía importar al país para seguir fabricando Malvic, su marca de gomina para el cabello.
En ese entonces, a la zona se la conocía como “bahía podrida”, a pesar de tener una de las playas más bellas del país. En su orilla se acumulaba una cantidad tan enorme de algas marinas que olían fuerte.
Al llegar a estas solitarias costas, Soriano se encuentra con las algas marinas. La acumulación y diversidad de ellas lo inspiran a emprender un nuevo negocio: fue así como fundó un campamento de recolección de algas que fue único en el mundo y llegó a reunir más de 12 tipos de algas diferentes.
La gracilaria fue el alga “dorada” que le dio vida y vigor a este lugar. En forma de finos cabellos, la gracilaria es de donde se obtiene el agar-agar, producto esencial en la industria alimenticia. Las algas se secaban al sol de la estepa y luego se transportaban a Gaiman, el pintoresco pueblo galés de Chubut, donde se procesaban en una fábrica que empleaba otras 100 personas. De allí, las algas se exportaban al mundo.
Gracias a esas algas, Bahía Bustamante siempre fue un auténtico santuario de vida marina. Como ser, de las 17 aves marinas que se crían en la costa argentina, 13 eligen Bahía Bustamante para nidificar. También es zona de descanso y alimentación de muchas especies migratorias.
Con el paso de los años, aquella empresa alguera dio paso a un santuario de naturaleza con un Lodge creado por Matias Soriano, el nieto de Lorenzo. Hoy la propiedad está dedicada a la cría ovina con manejo holístico y a recibir huéspedes apasionados por la naturaleza pura y remota.
En la actualidad, la recolección de algas fue reemplazada por la producción de alimentos que abastece al lodge que lleva por nombre Bahía Bustamante: carne ovina, miel pura, manzanas, membrillos, guindas, peras, nueces y almendras, olivares y viñedos, además de una huerta biodinámica.
¿Cómo visitarlo?
Para personas interesadas en visitar este primer y único viñedo sobre el mar en Argentina, es importante tener en cuenta que la iniciativa está aún en proceso experimental. De salir todo como lo previsto, en 2025 será presentado en sociedad.
Si bien Bahía Bustamante es un hotel en sí mismo y admite reservas en donde los huéspedes pueden, entre otros servicios, disfrutar del viñedo, el mismo no se encuentra abierto a visitas casuales y por el momento no ofrece degustaciones.