Primeras estimaciones del trigo
Luego de las lluvias registradas sobre la mayor parte de la franja central del país, aumentó el área de siembra para la campaña 2018/2019. La Bolsa de Cereales de Buenos Aires estimó un 3,5% más de área de trigo que la campaña pasada.
Desde el comienzo del mes de abril, la circulación de la atmósfera cambió de manera significativa, favoreciendo el ingreso de humedad y provocando un importante incremento de las marcas térmicas. Esta situación generó condiciones de tiempo inestable, con el desarrollo de lluvias y tormentas de variada intensidad, con importantes acumulados registrados. Esto cambió rotundamente las condiciones hídricas del suelo.
Con esta nueva perspectiva, el ánimo del productor mejoró, luego de padecer una sequía histórica, lo que le dio un importante impulso para avanzar en la planificación de siembra de los cultivos de invierno. La recarga de humedad en el perfil del suelo fue fundamental en la zona central del país. Cabe destacar que todavía quedan dos sectores que no han presentado una mejora notable. Por un lado, la franja norte del país, y por otro, el sudoeste de Buenos Aires junto con varios sectores de la provincia de La Pampa.
Área de siembra de trigo
Según la primera estimación de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, se puede decir que las condiciones climáticas del mes de abril han permitido incrementar el área de siembra de trigo en un 3,5% respecto de la campaña pasada, en términos numéricos, se podría alcanzar las 5.900.000 hectáreas durante la campaña 2018/2019.
Pero esta perspectiva está sujeta a las condiciones climáticas, ya que no todo el país pudo recomponer el perfil hídrico. Por tal motivo, esta primera estimación sería sólo si las condiciones meteorológicas se mantienen y siguen favoreciendo el aumento de la humedad en el suelo. Si el escenario climático no es el más favorable, el área de implantación se quedaría en las 5.400.000 hectáreas.
¿Qué pasa en el norte argentino?
Tanto en el NEA como el NOA, son los sectores en los que las lluvias no fueron tan abundantes, y en algunos casos, fueron tan aisladas que hubo sectores que aún no ha recibido precipitaciones significativas. Si bien en la perspectiva de corto plazo, la tendencia muestra la chance de lluvias y algunas tormentas, en general, no serían suficientes para mejorar las condiciones de humedad del suelo.
En la franja norte del país, los trabajos de implantación de trigo se extenderían entre los meses de mayo y junio, y de no registrarse precipitaciones importantes durante las próximas semanas, la siembra de los primeros lotes se vería demorada, lo que impactaría de manera significativa en la superficie total sembrada, reduciendo esta primera estimación.