Proyecto para neutralizar la amenaza de los rayos
Científicos europeos se encuentran desarrollando una nueva técnica basada en láser que estimula la cantidad de rayos hacia arriba. Se estima que entre 6.000 y 24.000 personas fallecen al año por esta causa.
Científicos del proyecto Laser Lighting Rod (LLR) de la Unión Europea trabajan arduamente con el fin de hacer realidad un sueño de la humanidad desde hace mucho tiempo: controlar la amenaza que resultan los rayos a tierra.
Hoy en día, la mejor protección externa contra rayos es el pararrayos inventado hace casi 300 años por Benjamin Franklin. El proyecto LLR tiene como objetivo investigar y desarrollar un nuevo tipo de protección contra rayos utilizando una técnica basada en láser para estimular la cantidad de rayos hacia arriba con el objetivo de transferir cargas de nubes al suelo y así influir en la incidencia de los rayos naturales hacia abajo.
Las estimaciones sobre el número promedio de personas fallecidas por un rayo cada año varían de 6.000 a 24.000 en todo el mundo. Los rayos son también causantes de cortes de energía, incendios forestales y daños en infraestructura y electrónica, generando graves pérdidas económicas.
El proyecto LLR
El estudio de campo se desarrolla en la cumbre del pico Säntis, en el macizo suizo de Alpstein. Una torre se eleva 120m para cazar rayos, quedando registrado el impacto por diferentes sensores y siendo luego conducido hacia tierra. Con los datos acumulados, los científicos calculan cuál es la carga y las características de estos impactos y los trasladan al laboratorio, donde intentan desarrollar un sistema que atrape y canalice estos rayos mediante láser.
“Es una torre que presenta la ventaja de ser impactada por rayos cien veces al año”, asegura el físico de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Lausana, Marcos Rubinstein a Euronews. “Nos permite saber cuánta carga está siendo transferida desde la nube hasta la tierra”. Con estos datos, los especialistas de la Universidad de Ginebra y otros centros en Suiza están simulando la descarga de rayos en el laboratorio y probando una tecnología láser que permita “capturarlos”.
“Instalamos un pequeño pararrayos junto a nuestro láser que guiamos hacia el rayo”, explica Aurélien Houard, coordinador del proyecto. “Gracias al láser podemos proyectar la energía a larga distancia con el fin de crear un camino para el rayo y convertirlo en una especie de guía vaciando el aire con la ayuda de impulsos de láser muy potentes”.
Las pruebas de laboratorio reproducen un rayo a escala de uno o dos metros, pero en el futuro, el instrumento será capaz de tratar con un auténtico rayo de entre unos cientos de metros a un kilómetro de largo.
Este tipo de láser está basado en un sistema que podría utilizarse fácilmente para la protección de instalaciones especialmente vulnerables, tales como plantas de generación de energía, centrales nucleares o aeropuertos, pero también lugares con una gran concentración de personas.