El pueblo fantasma de Salta con una misteriosa historia y con un cementerio que sigue creciendo
Se trata de una ubicación que supo albergar la prosperidad de la mano de una mina de azufre, siendo esta la razón por la que su cementerio aumenta capacidad aunque el pueblo lleve más de 40 años abandonado.
En plena puna argentina, en cercanías al límite fronterizo con Chile, la provincia de Salta acoge los restos de una ciudad abandonada que, aunque ya sin rastros de actividad humana en la zona, ha sabido permanecer como tal aún con el paso del tiempo. Se trata de La Casualidad, localidad ubicada en el interior del Departamento Los Andes y lugar donde por más de casi 40 años funcionó un establecimiento azufrero.
La Casualidad guarda los ecos de una historia olvidada, siendo esta quizás una de las razones por la que se conoce a este como un pueblo fantasma. Fundado en 1951 para alojar a trabajadores de una mina de azufre aledaña, el sitio supo alcanzar la prosperidad y llenarse de vida con un desarrollo de infraestructura capaz de satisfacer las necesidades de una población en aumento: escuelas, hoteles, confiterías, oficina postal, canchas de básquet y fútbol, teatro y hasta un cine.
Así, en los años 60, el Establecimiento Azufrero Salta (EAS) trabajaba a pleno, siendo la principal actividad económica de la localidad que contaba con una población estimada en 3.000 habitantes.
¿Qué pasó para que hoy estemos hablando de esta ubicación como algo que no progresó? La respuesta está en los cambios económicos que sucedieron los años siguientes y una baja en la demanda de azufre. En los años 70 se fue convirtiendo en un pueblo desierto y nunca más se volvió a remontar tal escenario esplendoroso de sus inicios.
Con su cierre prematuro en 1979, el lugar comenzó a ser deshabitado hasta quedar prácticamente abandonado y, en consecuencia, saqueado hasta convertirse hoy en un destino signado por ruinas.
¿Qué ver hoy en La Casualidad?
La Mina La Casualidad estaba integrada por una planta fabril, un gran campamento y la mina de azufre por la cual es definido como un pueblo minero. Su historia está ligada a un período pujante de la industria nacional del siglo XX: desafortunadamente, aquello hoy solo protagoniza el absoluto ocaso.
Con la promesa de una abundancia económica y una consecuente gran calidad de vida, este lugar supo ser hogar de miles de mujeres y hombres que trabajaron y vivieron junto a sus familias a lo largo de tres décadas, habiéndose visto obligados luego a desarraigarse de la tierra en la que habían nacido y/o trabajado tras el cierre de la mina por un decreto firmado por el entonces ministro Alfredo Martínez de Hoz.
A pesar de haber sido deshabitado, La Casualidad registra un fenómeno un tanto extraño tratándose de un lugar en donde ya no pasa nada: en los últimos años, el cementerio local incrementa el número de muertos que allí yacen. ¿La razón? Muchas personas que vivieron y experimentaron algunos de los mejores años de sus vidas en este pueblo, tienen como deseo retornar y descansar en el lugar una vez fallecidos. Los descendientes de trabajadores mineros de la zona admiten que la conexión emocional que conservan con el lugar es muy importante.
Quienes quieran conocer más en detalle sobre esta historia, el documental El Silencio, dirigido por el cineasta Federico Dada, aborda la historia del antiguo establecimiento azufrero La Casualidad y de la mina Julia, considerado uno de los centros industriales de azufre más importantes que tuvo Argentina durante el siglo XX.
¿Cómo llegar a La Casualidad en Salta?
Para llegar hasta La Casualidad desde la ciudad de Salta y dedicarse a explorar este lugar lleno de misterio, se recomienda tomar la Ruta Nacional 51 hacia el Paso de Sico, pasando por las localidades de Santa Rosa de Tastil, San Antonio de los Cobres, hasta Olacapato. Luego, seguir camino a través de la Ruta Provincial 27 en dirección al pueblo de Tolar Grande, pasando por los imponentes salares del Diablo, Pocitos y Arizaro.
Una vez atravesado el inmenso salar de Arizaro, y en dirección hacia el suroeste, es posible llegar hasta la abandonada estación de ferrocarril de Caipé. Por la misma ruta, en dirección sur, se encuentra la Mina de La Casualidad.