Recrear el hielo del Ártico: ¿qué es este loco proyecto de una startup británica?
Bombeando agua desde las profundidades antes de liberarla a la superficie, Real Ice espera limitar el grado de derretimiento de la capa de hielo del Ártico. Las primeras pruebas realizadas fueron bastante prometedoras.
Real Ice, una nueva empresa británica, está desarrollando tecnología para frenar el derretimiento del hielo en el Ártico. Un proyecto ambicioso que, sin embargo, suscita muchas preocupaciones.
¿Un método eficaz?
El hielo del Ártico se está derritiendo inexorablemente desde hace varias décadas y este derretimiento parece incluso acelerarse en los últimos años. Sin embargo, el derretimiento de la capa de hielo del Polo Norte podría tener graves consecuencias para toda la Tierra, que actúa, entre otras cosas, como regulador del clima global.
En un intento por limitar al máximo este derretimiento y proteger el paisaje oceánico helado del Ártico, una start-up británica, llamada Real Ice, ha desarrollado una técnica para recrear artificialmente el hielo cerca del Polo Norte.
La empresa ya lleva unos dos años probando este método cerca del polo. Las primeras pruebas tuvieron lugar en Alaska y tuvieron como objetivo principal comprobar que el equipo podía funcionar y, sobre todo, soportar las intensas condiciones climáticas de esta región. El pasado mes de enero se aplicó este método cerca de la bahía de Cambridge, en Canadá, con resultados bastante convincentes, según Real Ice.
Desde noviembre se están realizando nuevas pruebas en la bahía de Cambridge con hasta 40.000 m² de paisajes cubiertos de hielo. Según los investigadores de esta start-up británica, durante los primeros 10 días de la prueba el hielo ya había aumentado 10 cm en los lugares analizados.
El objetivo final de Real Ice es espesar el hielo del Ártico en más de 600.000 km², una superficie casi equivalente a la de Francia, para frenar o incluso invertir el derretimiento del hielo. Para conseguirlo, la compañía cree que puede automatizar el proceso utilizando drones submarinos propulsados por hidrógeno verde, lo que limita en gran medida su impacto medioambiental.
Una idea que sigue siendo controvertida
Desde hace varios años, existen numerosas ideas e innovaciones relacionadas con la geoingeniería, es decir, técnicas utilizadas por la humanidad para controlar, modificar y dominar el entorno terrestre. Sin embargo, la mayoría están lejos de ser bien recibidas por la comunidad científica.
En noviembre de 2024, por ejemplo, un informe coescrito por decenas de científicos de todo el mundo advertía sobre los efectos potencialmente nocivos que representaba la multiplicación de los proyectos de geoingeniería polar, señalando en particular los riesgos medioambientales de una excesiva afluencia humana en esta frágil región que es el Ártico.
Así, la innovación propuesta por Real Ice, aunque tan simple y tan efectiva sobre el papel, no es una excepción a la regla. Esto, por ejemplo, lo considera extremadamente cuestionable Liz Bagshaw, profesora asociada de cambio ambiental polar en la Universidad de Bristol. Según ella, esto podría tener en última instancia efectos nocivos imprevistos para el medioambiente, que podrían, por ejemplo, alterar un equilibrio ya frágil en esta región del mundo.
Ante este tipo de críticas, Andrea Ceccolini, codirector general de Real Ice, no niega que el proyecto podría provocar cambios en el medio marino, como por ejemplo una perturbación del crecimiento de algas que podría verse afectada por el aumento adicional espesor del hielo.
Sin embargo, también asegura que no hacer nada para limitar el derretimiento del hielo en el Ártico tendría consecuencias aún más dramáticas para la protección de los ecosistemas, a escala global.
Referencia de la noticia:
- A controversial plan to refreeze the Arctic is seeing promising results. But scientists warn of big risks, CNN (12 diciembre 2024), Laura Paddison