Reducción del riesgo de desastres: hacia la acción temprana
En los últimos 50 años, las amenazas naturales fueron la causa de 11 mil desastres que provocaron la muerte de 2 millones de personas. Los datos se desprenden de un informe publicado por la OMM en el Día Internacional para la Reducción del Riesgo de Desastres.
Un informe actualizado sobre el estado de los servicios climáticos en 2020 fue publicado este martes 13 por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) en coincidencia con el Día Internacional para la Reducción del Riesgo de Desastres (DRR por sus siglas en inglés).
Allí se dimensiona con números concretos lo sucedido en los últimos 50 años en el planeta, en donde han acontecido 11 mil desastres causados por peligros relacionados con el tiempo, el clima, y el agua, provocando la muerte de 2 millones de personas y generando pérdidas económicas valuadas en 3,6 billones de dólares.
Una conclusión central a la que arriba el informe es que si bien la media de muertes notificadas a raíz de cada desastre se ha reducido en un tercio durante este período, la cantidad de desastres registrados se ha quintuplicado y las pérdidas económicas se han multiplicado por siete.
Se destaca que los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos (cuya frecuencia, intensidad y gravedad han aumentado a causa del cambio climático) afectan de manera desproporcionada a las comunidades vulnerables. Y, a pesar de ello, una de cada tres personas todavía no está adecuadamente cubierta por sistemas de alerta temprana.
En 2018, alrededor de 108 millones de personas de todo el mundo necesitaron ayuda del sistema humanitario internacional como consecuencia de tormentas, crecidas, sequías e incendios forestales. Se estima que, de aquí a 2030, esa cifra podría aumentar en casi un 50 %, y que el costo asociado podría rondar los 20 mil millones de dólares anuales.
La importancia de los sistemas de alerta temprana
El informe contiene 16 estudios de casos diferentes centrados en sistemas eficaces de alerta temprana para peligros como ciclones tropicales y huracanes, crecidas, sequías, olas de calor, incendios forestales, tormentas de arena y polvo, plagas de langostas del desierto, inviernos rigurosos y desbordamientos repentinos de lagos glaciales.
"Los sistemas de alerta temprana son condición indispensable para la reducción efectiva de los riesgos de desastre y la adaptación al cambio climático. Estar preparados y ser capaces de reaccionar en el momento oportuno y en el lugar adecuado puede salvar muchas vidas y proteger los medios de subsistencia de las comunidades de todo el mundo", dijo el Secretario General de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el profesor Petteri Taalas.
"Si bien el COVID-19 ha generado una profunda crisis sanitaria y económica a escala internacional de la que tardaremos años en recuperarnos, es fundamental recordar que el cambio climático seguirá representando una amenaza constante y creciente para la vida humana, los ecosistemas, las economías y las sociedades durante los siglos venideros", afirmó.
Los datos facilitados por 138 Miembros de la OMM muestran que solo el 40 % de ellos cuentan con sistemas de alerta temprana multirriesgos. Esto significa que, en promedio, una de cada tres personas en todo el mundo todavía no está cubierta por sistemas de alerta temprana. En la actualidad, solo 75 Miembros de la OMM (39 % del total) han indicado que prestan servicios de predicción que tienen en cuenta los impactos.