Sequía en la región núcleo: las lluvias recientes no alcanzan para impulsar los cultivos de trigo y maíz temprano

La crisis hídrica en la región centro agrava las pérdidas en trigo y retrasa la siembra de maíz temprano. Los productores siguen a la espera de lluvias significativas.

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Se registraron precipitaciones dispares en la zona centro, pero no fueron suficientes para el agro.

La región núcleo de Argentina, considerada la zona agrícola más productiva del país, atraviesa una situación crítica debido a la pronunciada falta de lluvias. Las últimas -ocurridas esta semana- brindaron un alivio parcial en el centro-norte de Córdoba, pero resultaron insuficientes para revertir la situación en otras áreas clave, como el sur de Santa Fe y el este de Córdoba, donde los cultivos de trigo y la siembra de maíz temprano dependen de un cambio climático urgente.

En un reporte reciente emitido por la Bolsa de Comercio de Rosario, Cristian Russo, jefe de Estimaciones Agrícolas de la entidad, destacó la necesidad de lluvias adicionales para frenar las pérdidas y lograr un desarrollo adecuado de los cultivos. Vale la pena recordar que el mes de octubre cerró prácticamente sin precipitaciones y en lo que va de octubre el panorama no mejoró.

Lluvias desiguales en la zona más productiva del país

A pesar de las lluvias registradas en algunas localidades, los volúmenes de agua acumulados variaron significativamente de un lugar a otro, generando una situación dispareja en toda la región núcleo. Según la BCR, en Colonia Almada se registraron 46 mm y en Hernando, 39 mm, mientras que en Idiazábal y Bengolea, el agua alcanzó los 24 y 22 mm, respectivamente.

La sequía esta golpeando el corazón productivo. Como para tener una referencia, en Rosario, un área clave para la producción agrícola, las precipitaciones fueron mínimas, con apenas 2,4 mm de acumulación.

La entidad rosarina destacó que esta disparidad de lluvias es preocupante, ya que el sur de Santa Fe, una de las zonas agrícolas más afectadas, requiere entre 25 y 30 mm para detener el deterioro de los cultivos. Por otra parte, en algunas localidades del extremo sur, no hubo precipitaciones registradas.

Lo cierto es que las lluvias más significativas se concentraron en el centro-norte de Córdoba, donde además del impacto positivo en los cultivos, la llegada del agua fue crucial para paliar la escasez de agua potable en ciertas áreas. Pero para que el escenario a futuro cambie por completo, se necesita un frente de tormentas que deje entre 70 y 100 mm.

Efecto de la falta de lluvias en los cultivos de trigo

La situación es particularmente crítica para el trigo, un cultivo sensible que necesita agua en momentos clave de su ciclo. Según los últimos reportes de la Bolsa, al menos un 10% del rendimiento potencial de este cereal se ha perdido debido a la falta de lluvias en semanas anteriores.

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Lote con trigo con síntomas de déficit hídrico: sin agua, los cultivos pierden rendimiento.

En localidades como Monte Buey y General Pinto, donde las expectativas iniciales eran de 40 a 50 quintales por hectárea, los productores han visto una disminución significativa en el rendimiento esperado. Según Russo, "la situación seguirá empeorando si no ocurre un cambio en el clima en los próximos días ya que el trigo está en una etapa de desarrollo crítica en la que cada milímetro de lluvia cuenta".

Retraso en la siembra de maíz temprano

Además del trigo, el maíz temprano, que usualmente se siembra en esta época del año, también enfrenta un panorama complejo. Hasta el momento se sembró solo el 49% del área destinada a este cultivo, lo cual refleja las dificultades que atraviesan los agricultores para avanzar con las tareas debido a la sequía.

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Se retrasa la siembra de maíz y muchos productores podrían revisar las decisiones de sembrar en fechas tardías.

En muchos casos, los productores están a la espera de que lleguen lluvias significativas para completar la siembra. Según Russo, los agricultores necesitan un mínimo de 30 mm de lluvia para garantizar la germinación y el establecimiento adecuado del maíz temprano, pero estos milímetros fueron escasos o inexistentes en buena parte de la región núcleo".

¿La campaña agrícola puede mejorar?

Lo que esta ocurriendo genera -además de una gran desilusión- una fuerte preocupación en el agro. Tanto la campaña fina (trigo y cebada) como la gruesa (soja, maíz y girasol) son claves para la producción agropecuaria y para el normal funcionamiento de la economía.


Si bien las lluvias recientes brindaron un alivio parcial en algunas áreas, el panorama sigue siendo incierto para el resto de la región núcleo. Los pronósticos climáticos a corto plazo indican que la llegada de lluvias significativas podría no ser inmediata, lo cual agrega una capa adicional de riesgo para los agricultores que dependen de estas precipitaciones para salvar sus cultivos y asegurar su producción.