Sigue La Niña: estas son sus consecuencias en primavera
La Niña va por su tercer año consecutivo y por el momento se niega a retirarse. Y aunque mucho se habla de la falta de lluvias durante este fenómeno, las temperaturas también pueden verse afectadas. ¿Qué podemos esperar si La Niña se mantiene durante la primavera?
El fenómeno de “La Niña” es la contraparte de “El Niño”. Ambos son fenómenos meteorológicos-oceánicos que, en conjunto, se conocen como El Niño-Oscilación del Sur (ENOS). Se producen por un cambio en la temperatura del océano Pacífico, que al estar más o menos caliente funciona como una hornalla que inyecta más -o menos- calor y humedad a la atmósfera modificando la manera en la que circula el aire. Y estos cambios en la circulación global atmosférica tiene sus consecuencias.
Es muy común que en nuestro país El Niño se asocie con una temporada lluviosa, mientras que La Niña es sinónimo de condiciones más secas. Pero la realidad es que esto no siempre es así, y sus impactos varían tanto regionalmente como temporalmente. Tal es así que en una misma zona La Niña en invierno puede ser un indicio de pocas lluvias, pero si el fenómeno se da durante la primavera, puede provocar una estación más húmeda.
La Niña y las lluvias de primavera
Cada evento de La Niña es diferente, pero a partir del análisis de los datos históricos se puede analizar cuáles fueron las condiciones se presentaron de manera más frecuente. Según los datos del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), la primavera es una de las estaciones donde La Niña suele tener muchos impactos en nuestro país, más que en cualquier otra estación.
Los meses septiembre-octubre-noviembre (SON) que tuvieron condiciones Niña fueron, en su mayoría, trimestres con lluvias inferiores a las normales en las provincias del norte argentino, en el Litoral y sobre la provincia de Buenos Aires, así como también en las localidades del noroeste patagónico. Además, considerando el promedio nacional, 6 de las 10 primaveras más secas de Argentina fueron bajo una circulación de La Niña.
Por otra parte, las consecuencias fueron opuestas en San Luis, La Pampa y el noreste de la Patagonia, ya que las primaveras en las que había Niña tuvieron condiciones más lluviosas. Aunque hay que destacar que los datos indican que a medida que la primavera avanza y nos acercamos al verano, este patrón de lluvias cambia y tiende a haber menor cantidad de precipitaciones en toda la zona.
La Niña y las temperaturas de primavera
Las temperaturas también sufren cambios debido a que los cambios en la circulación afecta la manera en que los frentes fríos avanzan- o no lo hacen- hacia el norte del país. Además, las condiciones poco húmedas que están asociadas en algunas estaciones del año a La Niña contribuyen a que haya una mayor variación diaria de temperaturas.
Según los registros históricos, los trimestres Sep-Oct-Nov con una niña activa fueron más fríos que lo habitual en todo el Litoral argentino, norte y este de Buenos Aires y también en las provincias del Noroeste. Un panorama completamente opuesto ocurre en el oeste de la provincia de Santa Cruz, donde los datos indican que las primaveras se presentan con temperaturas superiores a las normales para esa época del año.
Los pronósticos de La Niña indican que es muy posible que el fenómeno se extienda hasta el verano. Si esto ocurre, durante esa estación se favorecen temperaturas más elevadas que lo habitual en el centro de la región Pampeana y en el centro-norte del país. Definitivamente este es un escenario muy complicado para la región, ya que la combinación de elevadas temperaturas con déficit de lluvias contribuye a la aparición de focos de incendios.