Siguen temperaturas globales elevadas pero sin El Niño
La OMM indicó que el escenario más probable es el de temperaturas globales por encima de los promedios, pero sin desarrollo de El Niño en el corto plazo.
El pasado 2 de marzo la Organización Meteorológica Mundial (OMM) en un comunicado de prensa anunció que para los próximos meses se prevén temperaturas por encima de los valores promedio en gran parte del mundo, pero se descarta un nuevo evento de El Niño. Según la última edición del boletín El Niño / La Niña, hay un 60% de probabilidades de que se mantengan las condiciones neutras con respecto a El Niño-Oscilación del Sur (ENOS) en el período de marzo a mayo de este 2020.
Como contraparte, la probabilidad de que se forme un episodio de El Niño es del 35% contra solo un 5% para La Niña. Estos valores hacen prever un escenario neutro como el de mayor probabilidad de ocurrencia. Luego, entre junio y agosto la posibilidad de condiciones neutras siguen siendo elevadas con un 55 %, mientras que las probabilidades para Niño o Niña rondan entre el 20 y 25 %.
Según explica la OMM, el ENOS es un fenómeno natural caracterizado por la fluctuación de las temperaturas de la superficie del océano en el Pacífico ecuatorial, asociada a cambios en la circulación de la atmósfera suprayacente. Se trata de un fenómeno que ejerce una gran influencia en las condiciones meteorológicas y climáticas, y está vinculado a peligros como lluvias fuertes, crecidas y sequías. El Niño suele producir un aumento de las temperaturas mundiales, mientras que La Niña ejerce el efecto contrario.
El mundo meteorológico no solo es El Niño o La Niña
Como lo indica nuestro subtítulo, El Niño y La Niña no son los únicos fenómenos naturales que condicionan las características climáticas a escala mundial. Para ello, la OMM ha puesto en marcha un nuevo Boletín sobre el clima estacional mundial, actualmente en fase de prueba, en el que también se consideran otros condicionantes climáticos, como el dipolo del océano Índico.
Al dipolo del océano Índico también se lo conoce como el Niño indio. Es una oscilación irregular de las temperaturas superficiales donde la parte occidental del Océano Índico se vuelve alternadamente más tibia o más fría que la parte oriental de este océano. Sus efectos son aún mayores que El Niño sobre el comportamiento de las lluvias sobre Australia.
Sobre los detalles del último boletín de la OMM, es probable que se registren temperaturas de la superficie del mar superiores a la media en amplias zonas del globo, tanto en los trópicos como en regiones extratropicales. Esto hace que la predicción para el período de marzo a mayo de 2020 apunte a temperaturas terrestres superiores a los valores normales, en particular en latitudes tropicales.
La sombra del cambio climático
Petteri Taalas, Secretario General de la OMM, ha dicho en relación con estos anuncios que “incluso los meses con condiciones neutras con respecto al ENOS son más cálidos que en el pasado, porque las temperaturas del aire y de la superficie del mar, así como el contenido calorífico de los océanos, han aumentado como consecuencia del cambio climático. Dado que los océanos absorben más del 90 % de la energía atrapada por los gases de efecto invernadero, su contenido calorífico se encuentra en niveles sin precedentes”.
Si miramos los años recientes, 2016 fue el año más cálido del que se tienen datos a causa de la combinación de un intenso episodio de El Niño y el calentamiento global antropogénico. El año 2019 fue el segundo más cálido del que se tiene constancia, a pesar de que no se produjo un episodio intenso de El Niño. Y el pasado mes de enero resultó el más cálido jamás registrado. Para Taalas, ¨la impronta del cambio climático antropogénico en esos fenómenos es ahora tan intensa como la debida a las grandes fuerzas de la naturaleza”.
Los boletines sobre el clima estacional mundial de la OMM se basan en las predicciones generadas mediante modelos climáticos de los distintos Centros Mundiales de Producción de Predicciones a Largo Plazo de la OMM. Esta información se complementa con la generada por los servicios meteorológicos de cada país, y deberían ayudar a mejorar las decisiones de los gobiernos.