¿Sobreviviría la Tierra a la muerte de nuestro Sol?
¿Nuestro sistema solar tiene un destino fijo? Eso es lo que los científicos intentan desentrañar al estudiar un planeta gigante que está orbitando una estrella muerta.
Una nueva investigación realizada muestra que nuestro sistema solar tiene un destino marcado y un posible final con fecha fija. Calma, no hay razón para entrar en pánico, al menos por el momento, ya que los estudiosos todavía dieron unos 5 mil millones de años para que el Sol termine muriendo.
Pero después de todo, ¿qué pasará cuando el Sol "se ponga y no salga nunca más"? ¿Sería el fin de los tiempos, del mundo como es hoy? Eso es lo que los científicos estudian tanto y quieren desentrañar.
Recientemente, el nuevo descubrimiento fue de un planeta muy distante orbitando una estrella muerta, lo que para muchos estudiosos revela lo que podría suceder en nuestro sistema solar cuando el sol muera.
Enana blanca
Un planeta gigante y gaseoso con una masa similar a la de Júpiter está orbitando una estrella muerta, una enana blanca. Pero, ¿qué es una enana blanca?
Según los expertos, una enana blanca es la etapa final de un proceso evolutivo. Eso es lo que queda después de que una estrella similar al Sol se vuelve gigante y roja durante la evolución de la estrella.
Una gigante roja quema su combustible de hidrógeno, lo que hace que se expanda, consumiendo todos los planetas más cercanos a ella, es decir, después de que una estrella pierde su atmósfera, lo que queda es la enana blanca. El proceso de enfriamiento de este gigante, generalmente del tamaño de la Tierra, lleva miles de millones de años.
¿Cómo sobrevive un planeta al proceso de una enana blanca?
Los científicos ahora están tratando de comprender cómo perduró un planeta orbitando una estrella muerta. Esto planteó preguntas sobre cómo este planeta no fue "tragado" por la enana blanca.
A través de numerosas observaciones, los investigadores lograron definir que el planeta y la estrella se transformaron al mismo tiempo, y que el planeta logró sobrevivir a la muerte de la estrella.
La distancia entre la Tierra y el Sol es de 148 millones de kilómetros (1 AU) y, en comparación, el planeta orbita a la enana blanca a una distancia casi 3 veces mayor (2,8 AU).
Antes de tal descubrimiento, los científicos creían que los planetas gigantes gaseosos debían estar mucho más lejos para sobrevivir a la muerte de una estrella similar al Sol. Ahora se sabe que, dado que este sistema es análogo a nuestro sistema solar, posiblemente Júpiter y Saturno puedan sobrevivir a la fase roja del Sol, es decir, cuando se queda sin combustible nuclear y se autodestruye.
El futuro de la tierra
A pesar de la posibilidad de que Júpiter y Saturno sobrevivan a la muerte de una estrella gigante roja, el futuro de la Tierra no es tan optimista.
Cuando el Sol de nuestro sistema solar se convierta en un gigante rojo, dentro de miles de millones de años, es posible que Mercurio y Venus sean "tragados", y quizás también la Tierra, ya que está mucho más cerca del Sol que Júpiter y Saturno que posiblemente sobrevivirían.
La carrera contra el tiempo para descubrir un nuevo planeta habitable para la humanidad es conocida, pero según David Bennet, coautor del estudio e investigador principal de la Universidad de Maryland y el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA, "si la humanidad quisiera cambiar a un Luna de Júpiter o Saturno antes de que el Sol friera la Tierra durante su fase supergigante roja, todavía permaneceríamos en órbita alrededor del Sol, aunque no podríamos depender de su calor como una enana blanca por mucho tiempo".
Lisa Kaltenegger, directora del Instituto Carl Sagan de la Universidad de Cornell, concluye con la pregunta: "Si los planetas pueden sobrevivir a la desaparición de sus estrellas, ¿puede la vida también? El telescopio espacial James Webb se lanzará en breve para responder a esta pregunta".