Surigae: el primer supertifón de la temporada ya es récord
Surigae es el primer tifón del año en el oeste del Pacífico Norte y llama la atención por lo temprano de su formación, por su rápida intensificación y por sus vientos, que ya superaron los 300 km/h. Una bestia que rompe récords.
La temporada de tifones en el Pacífico noroccidental todavía no comenzó, pero esto no fue un impedimento para que Filipinas ya esté en alerta máxima por la llegada de un supertifón. Surigae alcanzó una intensidad de vientos equivalentes a la categoría 5 durante la tarde del sábado 17 y, de esta forma, se convirtió en el ciclón tropical más intenso del mundo formado en el mes de abril.
Surigae es un ciclón extraordinario por muchas razones. Sus características lo convierten en un fenómeno único en el mundo, comenzando por su inusual fuerza en un mes en el que las aguas del Pacífico tropical todavía no están tan cálidas como para generar una bestia como esta. Además, la velocidad de su intensificación es algo pocas veces visto. En solo 36 horas pasó de tormenta tropical, con vientos levemente superiores a los 100 km/h, a ser de categoría 5 y alcanzar velocidades de vientos de hasta 305 km/h.
Una cifra que también lo aleja de lo normal es su presión tan baja, con solo 890 hPa y su ojo perfectamente definido. Con este valor, también supera el récord anterior de baja presión para abril, que pertenecía al supertifón Maysak del 31 de marzo al 1 de abril de 2015, y era de 910 hPa.
Afortunadamente, la Administración de Servicios Atmosféricos, Geofísicos y Astronómicos de Filipinas (PAGASA) pronostica que Surigae empezará a debilitarse durante el domingo y hará un giro hacia el norte, evitando un impacto directo con Filipinas. De cualquier forma, se espera que las bandas exteriores de la tormenta lleguen a ese país provocando lluvias moderadas, vientos intensos, marejada e inundaciones costeras, especialmente al este de la isla. El supertifón podría debilitarse gradualmente a una tormenta equivalente a la categoría 4 para el domingo por la noche y a categoría 3 del lunes al martes.
Surigae es el primer tifón del año en el oeste del Pacífico Norte, y llama la atención por lo temprano de su formación. La temporada oficial de tifones va de mayo a diciembre, pero con una mayor actividad entre agosto y noviembre. En octubre del año pasado, Filipinas también había sido noticia por el impacto del súper tifón Goni, que provocó vientos de 315 km/h y es considerada la tormenta más poderosa que jamás haya tocado tierra en cualquier parte del mundo.
Temporada de tormentas
Antes de que Surigae se convirtiera en el primer tifón del Pacífico de la temporada, una tormenta tropical llamada Dujuan trajo inundaciones y ráfagas de viento de 70 km/h en el centro de Filipinas a fines de febrero. Además, se formaron otras depresiones tropicales en enero y marzo.
El Centro Nacional de Investigación Atmosférica (NCAR) publicó un artículo en el 2019 que advertía sobre el poder de las tormentas tropicales: “Es probable que el calentamiento antropogénico cause que los ciclones tropicales sean más intensos en promedio. Esto implicaría un aumento aún mayor en la capacidad destructiva potencial de una tormenta”. La investigación analizó 22 tormentas tropicales y concluyó que los huracanes serán más fuertes, lentos y con mayor capacidad de generar precipitaciones, con un aumento del orden del 10 y 15 % de lluvia en una área de cien kilómetros alrededor del centro de las tormentas.
Los científicos realizaron proyecciones a partir de huracanes ocurridos en los últimos años para conocer cómo serían en el futuro. Uno de ellos fue Ike, que en el 2008 provocó vientos de hasta 280 km/h en el Caribe y dejó 180 fallecidos. Ese mismo huracán, a finales de siglo tendría vientos un 13 % más intensos, sería un 34 % más húmedo y se desplazaría un 17 % más despacio.
Entonces, para comprender lo que está ocurriendo con el tifón Surigae no deberíamos enfatizar tanto en el evento en sí mismo, sino en el hecho de que un clima cambiante favorece que se registre con mayor frecuencia este tipo de sistemas destructivos fuera de lo común. Cuando uno truca un dado, siempre tiene más probabilidades de que salga el número que desea. Lo mismo ocurre con el sistema climático.