Una luz se destaca en el cielo esta semana: Venus está superbrillante
Una luz en el cielo se destaca estás últimas noches, mucho más llamativa que cualquier estrella. Se trata del planeta Venus mostrando su brillo máximo. ¿Por qué lo vemos ahora de ese modo, y cuándo volverá a lucir así de interesante? Descubrilo en esta nota.
Durante las últimas noches, Venus se distinguió como el segundo objeto celeste más brillante en el cielo después de la Luna, visto desde la Tierra. El suceso fue más notorio entre el 27 y 28 de abril pasado, cuando ese planeta alcanzó su brillo máximo, llegando a estar iluminado en un 27%, lo que significa que es posible verlo a simple vista.
En su punto más llamativo, el planeta brilló a una magnitud de -4,7, una de las características de la escala es que la magnitud aumenta cuando el brillo disminuye y viceversa. O sea que, la magnitud con números más bajos denotan objetos más brillantes, y los números negativos son objetos excepcionalmente brillantes. Por ejemplo, la Luna llena tiene magnitud de -12,6, mientras que el Sol llega a -26,8.
Si te lo perdiste, aún estás a tiempo de observarlo con y sin el uso de telescopio, siempre y cuando las nubes te lo permitan. A lo largo de esta semana el brillo del planeta Venus empezará a atenuarse lentamente, desapareciendo los primeros días de mayo. La buena noticia es que el 10 de julio de 2020 estará cerca de su punto más brillante.
Así es Venus
Se encuentra a una distancia del Sol aproximada de 108 millones de kilómetros, (3/4 de la distancia Tierra-Sol), y es en tamaño casi tan grande como la Tierra (alrededor de 12 mil kilómetros de diámetro). Es el segundo planeta en orden de distancia desde el Sol y también en terraformación.
Venus no posee satélites naturales, y es el sexto de todos los planetas del Sistema Solar en tamaño (ordenados de mayor a menor). Gira lentamente en la dirección opuesta a la mayoría de los planetas, y dar una vuelta completa alrededor del Sol le toma unos 225 días terrestres. Es un mundo oscuro, de calor intenso y actividad volcánica.
La NASA lo describe como un planeta rocoso similar en estructura, masa y tamaño a la Tierra; aunque totalmente diferentes en cuestiones térmicas y atmosféricas. La atmósfera de Venus es tóxica, densa, y la más caliente del sistema solar; incluso más caliente que la de Mercurio (a pesar de que ese planeta está más cerca del Sol). Esto se debe a que la atmósfera venusiana está compuesta principalmente por dióxido de carbono (CO2), generando un fuerte efecto invernadero llevando la temperatura de la superficie de Venus cerca de los 464°C, en las regiones menos elevadas cerca del ecuador.
La observación de Venus
Es uno de los cuatro planetas interiores del Sistema Solar, se encuentra como dijimos más cercano al Sol que la Tierra, siempre se puede encontrar en el firmamento en las inmediaciones de nuestra estrella. Su mayor elongación es de 47.8°, por lo que desde la Tierra se puede ver sólo durante unas pocas horas antes del amanecer algunos meses del año; y también durante unas pocas horas después del atardecer en el resto del año. A pesar de esto, en los momentos que Venus es más brillante se puede ver durante el día también.
Este planeta es uno de los tres únicos cuerpos celestes que pueden ser observados de día a simple vista (se imaginan cuáles son los otros dos, sí, el Sol y la Luna). Es conocido también como la “estrella de la mañana” (lucero del alba), o “estrella de la tarde” (lucero vespertino).
¿Por qué brilla tanto?
El nombre de “lucero” que recibe tiene razón de ser, bajo el cielo despejado su brillo realmente se destaca, y llama la atención de cualquier observador que eleve sus ojos al firmamento, sin la necesidad de accesorios especiales. La razón por la cual brilla no es única, son varios los motivos que hacen que este sea el planeta más brillante: su cercanía, su tamaño aparente y su albedo. Veamos uno por uno los motivos, para entender porqué lo vemos así de superbrillante en el cierre de abril.
Por su cercanía: Venus es el planeta que por su órbita está más próximo a nuestro mundo, aunque justamente cuando está en su punto de máximo acercamiento (o conjunción inferior), es cuando en realidad es más difícil de ver, porque se encuentra prácticamente alineado con el Sol. En esos casos (salvo que tengamos un tránsito y veamos al planeta como una pequeña mancha negra pasando por delante del Sol), no será posible observarlo. Pero, en los puntos llamados de máxima elongación (cuando nuestra perspectiva hace que Venus se sitúe en el punto tangente de su órbita), es cuando mejor podemos observarlo. Existen dos puntos de máxima elongación: el oriental y el occidental.
Por su tamaño aparente: Venus tiene un diámetro ligeramente más pequeño que el de nuestra tierra. Si sumamos a esto a la característica que se describió anteriormente sobre su cercanía, hace que su tamaño aparente en el cielo sea más grande en comparación con Marte o Mercurio. Pero, sigue sin ser el planeta que se observa más grande en nuestro cielo, en relación tamaño/distancia está en el tercer puesto, detrás de Júpiter (casi cuatro veces más grande) y Saturno (casi el doble).
El porcentaje de radiación que una superficie refleja, respecto a la radiación que incide sobre ella, es el albedo. Venus tiene un albedo bolométrico (el que tiene en cuenta la radiación electromagnética en todas las longitudes de onda), muy alto, porque su atmósfera densa y compuesta básicamente de CO2 provoca que se refleje entre el 60-65% de la radiación recibida del Sol. El albedo visual es aún mayor (70%). Teniendo en cuenta que la Luna refleja solamente entre el 7 y 8%, tomamos dimensión del importante albedo de Venus, que colabora en gran medida a que pueda ser observado con ese brillo en nuestro cielo.