Una nube de polvo que se ve desde el espacio llega a América
En las próximas horas, toneladas de polvo proveniente del desierto de Sahara llegarán hasta América transportadas por los vientos del Atlántico. ¿Por qué ocurre este fenómeno y qué consecuencias puede tener?
Los más de 6 mil km que separan África de América no son ningún impedimento para que las míticas arenas del Sahara lleguen hasta las cálidas aguas del Caribe o la frondosa vegetación del Amazonas. Todos los años millones de toneladas de polvo del desierto de Sahara son transportados por los vientos tropicales. Es un fenómeno bastante común que suele generarse cada 3-5 días durante las estaciones cálidas, pero la situación que se espera esta semana resulta llamativa por su extensión y densidad.
Varios países ya están en alerta por la nube de polvo que se avecina debido a las complicaciones que puede generar en la salud de las personas. Parte de estos aerosoles ya se encuentran sobre el Caribe, pero su mayor intensidad se dará durante el lunes y martes de esta semana. Las partículas transportadas por el viento tienen un diámetro inferior a los 2,5 micrones, por lo que pueden ingresar dentro de los pulmones y causar graves daños al sistema respiratorio y cardiovascular.
Otra complicación de estas nubes de polvo es la reducción de la visibilidad que producen a su paso, las cuales pueden persistir durante varios días y paralizar las actividades de las ciudades. Sus consecuencias ya se sintieron sobre las islas de Cabo Verde (el archipiélago que se encuentra frente a las costas africanas) y las del Caribe, como Puerto Rico y Trinidad y Tobago.
Las nubes de polvo se forman en una masa de aire llamada “capa de aire sahariana”, que se caracteriza por ser muy seca y poseer vientos que superan los 40 km/h, capaces de mantener suspendidas las partículas que componen el suelo sahariano, y que luego son transportadas por los vientos alisios. Posee una extensión vertical de entre 1 y 7 km y es común que lleguen hasta el Amazonas, América Central o incluso hasta EEUU.
Las principales características de este fenómeno son una bruma densa que limita la visibilidad a larga distancia, la tonalidad opaca del cielo (desapareciendo el azul intenso), la disminución de las lluvias y el aumento de la sensación de calor.
Un fenómeno necesario
Las partículas de polvo están constituidas en gran medida roca triturada, muy fina, compuesta por diferentes elementos químicos. Muchos de esos agentes, como el fósforo y el nitrógeno, son nutrientes beneficiosos para la tierra, y se mueven gracias a las lluvias e inundaciones y sirven como abono para las plantas favoreciendo la diversidad. Algo similar ocurre en los océanos cuando el polvo cae en zonas donde están los microorganismos como el fitoplancton o bacterias animales, los cuales pueden hacer uso de él y liberar muchos nutrientes útiles que sirve de alimento a otros organismos.
El transporte de esta capa de polvo refleja la luz del Sol de vuelta al espacio, por lo que la energía no llega al océano el cual se enfría, su temperatura disminuye, hay menos evaporación, lo que entorpece el surgimiento de los ciclones tropicales al bloquear la principal fuente de alimentación de los huracanes. Lamentablemente, esta inhibición de los huracanes, también lleva a menos eventos de lluvias y aumenta la posibilidad de las sequías.