¡Una temporada de huracanes menos activa de lo esperado! ¿Cuál es la razón?
A pesar de una aparente calma, las principales instituciones internacionales siguen esperando que 2022 sea una temporada de huracanes más activa de lo normal. Sin embargo, la actividad prevista en estas nuevas previsiones ha disminuido en comparación con las previsiones de principios de temporada.
Aunque todavía nos estamos acercando al periodo de máxima actividad ciclónica tropical de la temporada de huracanes del Atlántico Norte, que se produce entre mediados de agosto y septiembre, la temporada 2022 ha resultado muy tranquila hasta el momento, en contra de las previsiones iniciales que indicaban una actividad de tormentas tropicales superior a la normal.
Normalmente, la cuarta tormenta tropical con nombre de la temporada no se produce hasta el 13 de agosto y el primer huracán del año no se produce hasta el 11 de agosto. Hasta ahora hemos tenido 3 tormentas con nombre, ninguna de las cuales ha alcanzado la categoría de huracán, quedando un poco por detrás de la climatología.
Lo que llama la atención es que estas 3 tormentas no fueron muy intensas y no tuvieron mucho impacto. La última tormenta, Colin, pasó todas sus 24 horas de vida como tormenta tropical mínima en la costa este de Estados Unidos. Antes de Colin, las tormentas Alex y Bonnie sólo se convirtieron en tormentas tras largos periodos como perturbaciones potenciales. La perturbación que dio lugar a la tormenta Alex provocó lluvias torrenciales en Cuba, donde dejó 4 muertos, e inundaciones en el sur de Florida.
¿Qué sucede con la temporada de este año?
Las previsiones de principios de temporada tuvieron en cuenta la presencia de La Niña y de aguas más cálidas de lo normal sobre el Atlántico Norte como factores que podrían impulsar la actividad de los ciclones tropicales. Aunque algunas de estas condiciones estaban efectivamente presentes, como en el caso de La Niña, los ciclones no respondieron como se esperaba.
Uno de los factores que han surgido para inhibir la formación de huracanes han sido los sucesivos transportes de aire seco y polvo del desierto del Sahara, que se han producido con frecuencia en las últimas semanas. Esta pluma de polvo sobre el Atlántico crea un entorno más seco y desfavorable para la formación de huracanes.
Además, en algunas partes del Atlántico Norte se produjo un enfriamiento de las aguas superficiales, algo que no se esperaba al principio de la temporada. Las aguas cálidas son el principal combustible para la formación y el desarrollo de los ciclones tropicales.
¿Qué indican las nuevas previsiones?
A pesar de la actual calma, las nuevas previsiones publicadas este mes siguen indicando que la temporada de huracanes de 2022 será más activa de lo normal. Sin embargo, la actividad prevista ha disminuido en comparación con las previsiones realizadas al principio de la temporada.
La Universidad del Estado de Colorado (CSU), en su última actualización, prevé un total de 18 tormentas con nombre, 8 de las cuales se convertirán en huracanes y 4 huracanes mayores (de categoría 3 o superior), con una reducción de dos tormentas y dos huracanes respecto a la previsión inicial de la temporada.
La NOAA también ha disminuido ligeramente el número de tormentas en la nueva previsión, prediciendo que se producirán entre 14 y 20 tormentas, de las cuales entre 6 y 10 deberían convertirse en huracanes y entre 3 y 5 en huracanes mayores. Estas previsiones ya tienen en cuenta las 3 tormentas Alex, Bonnie y Colin. A pesar de la reducción en comparación con las previsiones anteriores, estas cifras siguen siendo ligeramente superiores a la media de 1991 a 2020: de 14 tormentas, 7 huracanes y 3 huracanes importantes.
La Niña sigue siendo el principal factor climático detrás de esta previsión de aumento de la actividad ciclónica tropical, además de la persistencia de aguas más cálidas de lo normal en algunas regiones del Atlántico Norte.