Valores normales climáticos se van modificando
Los valores climáticos normales son muy importantes para definir características zonales y regionales y notar cambios, por eso, se van modificando con el paso del tiempo y ahora se actualizan al período 1991-2020
Los valores meteorológicos normales son una poderosa herramienta para entender tanto el clima como el cambio climático. Estos promedios nos sirven para entender las características climáticas de una región específica y sus variaciones a lo largo del tiempo. También nos permiten saber si un día en particular es más frío o más cálido de lo normal para la época del año y para esa localidad en especial.
Es un dato muy importante a nivel mensual e incluso a nivel anual, pero no sólo es una cuestión meteorológica, ya que actividades como el turismo, los servicios públicos, la agricultura, las empresas de construcción y incluso los gobiernos utilizan los valores meteorológicos normales para tomar decisiones.
¿Qué cambia con la actualización de los valores normales?
Los nuevos parámetros climáticos extraídos del período 1991-2020 cambian nuestra perspectiva sobre cómo son las condiciones climáticas promedio en una región. En comparación con las normales anteriores, los nuevos valores pueden mostrar si un país es más cálido y húmedo que en décadas pasadas, lo que puede suponer, por ejemplo, una expansión o contracción de la frontera agrícola, o si una región tiene condiciones más o menos favorables para atraer turistas en una época u otra del año. Sin embargo, el cambio comúnmente no es uniforme, reemplazar la década de 1980 con la década de 2010 puede mostrar aumentos de temperatura en un sector determinado del planeta, como una disminución en otro, o incrementos y descensos de los acumulados de lluvia.
Otro de los aspectos destacados de estos valores es el estudio del cambio climático. Comparar los valores de temperatura promedio a principios del siglo XX (1901-1930) con los valores promedios actuales (1991-2020) nos permiten ver cómo han variado dichos parámetros.
Tomemos el ejemplo de Estados Unidos que presentó la NOAA (Administración Nacional de la Atmósfera y los Océanos, por sus siglas en inglés) en conmemoración del día de la tierra estableciendo el promedio de temperatura del siglo XX y comparándola con los diferentes promedios tomados cada 30 años. La diferencia es notable, a comienzos de siglo se observan anomalías frías, mientras que en la última actualización se observan anomalías ampliamente positivas, lo que demuestra un importante aumento de las temperaturas a lo largo del siglo.
Visibilizando los cambios
Los cambios graduales representados en la actualización de las normales climáticas reflejan cambios en las condiciones promedio, y algunos de los cambios más visibles es el aumento en la frecuencia de eventos severos lo que impacta de manera negativa en muchas actividades humanas, ya que se observan con mayor recurrencia episodios de sequías, incendios forestales, huracanes e inundaciones.
El mayor desafío al que nos enfrentamos es la adaptabilidad a ese cambio, hemos demostrado desde la existencia de la humanidad que se ha ido adaptando a las condiciones naturales, pero el desafío actual es mantener el ritmo del cambio ya que los mismos pueden ser muy agudos y parte muchos de los cambios de nuestra sociedad son muy lentos, como la compleja infraestructura que suministra energía a nuestros hogares o mantiene nuestras ciudades a salvo de inundaciones. No anticipar el cambio o incluso simplemente no lograr mantener el ritmo, hará que los desastres naturales futuros sean aún más costosos.