Ya es oficial: ¡2024 sin La Niña!
Contrariamente a las previsiones y probabilidades, 2024 termina sin la consolidación del fenómeno de enfriamiento de las aguas del Pacífico Tropical.
Desde principios de 2024, los modelos climáticos venían sugiriendo la posible formación de un fenómeno de La Niña, que se preveía precoz y de intensidad moderada a fuerte. Sin embargo, a lo largo del año, las posibilidades de que este fenómeno se consolidara fueron disminuyendo, hasta quedar oficialmente descartado para este año. La confirmación llegó en el último boletín de la NOAA, la agencia estadounidense responsable de la vigilancia mundial de los fenómenos climáticos.
El equipo de expertos de Meteored ha seguido continuamente las actualizaciones y proyecciones sobre este fenómeno, dada su relevancia para las condiciones de temperatura y precipitación en distintas partes del mundo. Pero, ¿qué pasó con las previsiones de La Niña y qué revela el último boletín?
La evolución del evento a lo largo de 2024
Desde principios de año, los modelos climáticos indican una posible transición rápida de El Niño a La Niña. En febrero de 2024, la NOAA emitió la primera alerta "La Niña Watch", señalando que las condiciones oceánicas favorecían la formación del fenómeno, con perspectivas de desarrollo entre junio y agosto del mismo año.
Las anomalías positivas de la temperatura superficial del mar (TSM) persistieron en gran parte del Pacífico central y oriental desde enero hasta abril. A partir de mediados de marzo, comenzaron a aparecer en el Pacífico oriental temperaturas predominantemente próximas o inferiores a la media, que se fueron extendiendo gradualmente hacia el oeste. Más recientemente, estas condiciones de TSM cercanas o inferiores a la media se han observado en gran parte del Pacífico ecuatorial.
A pesar del enfriamiento de las aguas del Pacífico entre marzo y mayo, el resurgimiento de anomalías cálidas ha minado las perspectivas de un fenómeno de La Niña. La combinación de condiciones oceánicas y atmosféricas, que deben persistir para que el fenómeno se consolide, no se mantuvo estable.
Qué dice el último boletín del año
El informe más reciente, publicado el 12 de diciembre, confirmó el descarte definitivo del fenómeno de La Niña en diciembre, manteniendo únicamente el estado de "La Niña Watch". Las condiciones en el Pacífico ecuatorial se mantienen dentro del rango neutro, con temperaturas cercanas a la media en gran parte de la región.
La primera semana de diciembre registró una TSM media con anomalías negativas, pero próxima a la media. En la imagen inferior podemos ver, además de las regiones donde se vigila el fenómeno, la TSM media de la primera semana de diciembre, donde las anomalías negativas se aproximan a la neutralidad en la mayor parte de la región -aunque se observan anomalías inferiores a -0,5 °C.
Sin embargo, la "burbuja fría" en la temperatura del agua subsuperficial -por debajo de la superficie- se mantuvo, como puede verse en la imagen inferior, que muestra los primeros 300 metros de profundidad del océano en la región. Esta burbuja se desplaza hacia la superficie y enfría el TSM. Cuando esto persiste, el fenómeno se consolida.
La resolución de los 22 modelos utilizados por la NOAA sigue indicando una previsión de temperatura inferior a la media con un patrón de La Niña hasta mediados de marzo de 2025. Después, se producirá un aumento gradual de la temperatura superficial del Pacífico en la región del Niño 3.4 en el trimestre febrero/marzo/abril, con tendencia a la neutralidad climática.
El boletín también señala una nueva perspectiva de aparición de La Niña en enero de 2025, con un 59 % de probabilidades, pero se trataría de un fenómeno débil y de corta duración. Aun así, una transición a condiciones neutras es el escenario más probable entre marzo y mayo de 2025, con un 61 % de probabilidades.
Los cambios en la temperatura de la superficie del océano Pacífico tropical han supuesto un verdadero reto para los modelos climáticos. El año 2024 ha batido récords de calentamiento tanto en la atmósfera como en el océano, especialmente en los océanos del hemisferio norte. Copernicus, la iniciativa de vigilancia del clima y el medio ambiente de la Unión Europea, predice que 2024 acabará siendo el año más caluroso jamás registrado.
El equipo de Meteored considera que el fenómeno no debería consolidarse y que debería persistir la fase neutra. La ausencia hasta ahora de un evento de La Niña significa que es poco probable que se materialicen los impactos estacionales convencionales asociados a este fenómeno. La NOAA sigue vigilando las condiciones oceánicas y atmosféricas, y es posible que surjan novedades en 2025.
Mientras tanto, todas las miradas siguen puestas en el Pacífico, donde la interacción entre el océano y la atmósfera seguirá dictando el curso del clima mundial en los próximos meses.
Referencia de la noticia:
NOAA - Climate Prediction Center National Centers for Environmental Prediction https://www.cpc.ncep.noaa.gov/products/analysis_monitoring/enso_advisory/ensodisc.pdf