Zepelines ecológicos reducirían la huella de carbono en un 90%
Una empresa anunció la posibilidad de empezar a ofrecer vuelos a partir de 2025 en rutas de corto recorrido. El 47% de los vuelos regionales en avión conectan ciudades que están a menos de 400 km de distancia y emiten una gran cantidad de dióxido de carbono.
Los pintorescos Zepelines (o simplemente dirigibles) podrían volver a surcar los cielos como medio de transporte ecológico para rutas comerciales de corto recorrido. Así lo hizo saber la empresa Hybrid Air Vehicles (HAV) con sede en Bedford (Inglaterra), anunciando en estos días la posibilidad concreta de empezar a ofrecer vuelos a partir de 2025.
De acuerdo a lo indicado por el portal de noticias Magnet, algunas de las rutas de transporte comercial de corto recorrido analizadas son Barcelona-Islas Baleares y Liverpool-Belfast, con un costo medioambiental inexistente. También, se evalúan los trayectos de Oslo-Estocolmo y Seattle-Vancouver.
El nuevo dirigible ecológico desarrollado se llama Airlander 10 y puede transportar 100 pasajeros. La compañía explica que en dirigible tomaría aproximadamente el mismo tiempo que el viaje en avión si se tenía en cuenta el desplazamiento hacia y desde el aeropuerto, pero generaría una huella de carbono mucho menor.
Las emisiones de CO2 por pasajero en dirigible serían de unos 4,5 kg, en comparación con unos 53 kg a través de un avión a reacción.
La aeronave, puede despegar y aterrizar desde casi cualquier superficie plana, alcanzando alturas de 2.100 m y velocidades de hasta 100 kilómetros por hora. La empresa cuenta con el respaldo del gobierno del Reino Unido y con subvenciones de la Unión Europea. El objetivo es producir alrededor de 12 dirigibles al año a partir de 2025, generando al menos 1.500 puestos de trabajo en la cadena de suministro.
El dilema de los vuelos regionales
Tom Grundy, director ejecutivo de HAV, compara el Airlander 10 con un ferry rápido: "Este no es un producto de lujo, es una solución práctica a los desafíos planteados por la crisis climática", afirmó.
Agregó además que “en el mundo el 47% de los vuelos regionales en avión conectan ciudades que están a menos de 400 km de distancia y emiten una gran cantidad de dióxido de carbono al hacerlo. Tenemos aviones diseñados para viajar distancias muy largas recorriendo distancias muy cortas, cuando en realidad existe una solución mejor. ¿Cuánto tiempo más nos daremos el lujo de viajar estas distancias cortas con una huella de carbono tan grande?".
Grundy dijo que el Airlander 10 híbrido-eléctrico podría hacer las mismas conexiones con el 10% de la huella de carbono a partir de 2025, y con emisiones aún menores en el futuro, cuando se espera que los dirigibles sean totalmente eléctricos.
El ocaso de los zepelines
El LZ 129 Hindenburg fue un dirigible alemán tipo zepelín, destruido a causa de un incendio cuando aterrizaba en Nueva Jersey el 6 de mayo de 1937. El accidente ocasionó la muerte de 36 personas (alrededor de un tercio de las personas a bordo). Fue ampliamente cubierto por los medios de la época y supuso en buena medida el fin de los dirigibles como medio de transporte.
Poco tiempo antes, la imagen del Hindenburg era sinónimo del régimen nazi alemán. El 1 de agosto de 1936, durante la inauguración de los Juegos Olímpicos de Berlín, el dirigible sobrevoló el estadio olímpico momentos antes de la aparición de Adolf Hitler.