5 datos sorprendentes sobre el Sol revelados por una física solar de la Universidad de Standford
Tras casi 20 años dedicándose al estudio del Sol, la experta reveló algunas curiosidades sobre nuestra estrella y por qué le resulta fascinante como el primer día.
Este mes el Sol captó toda nuestra atención con una gran tormenta geomagnética que, además de preocuparnos por posibles efectos en las telecomunicaciones, nos regaló maravillosos paisajes de auroras boreales y australes.
Gracias a este evento todos aprendimos algo nuevo sobre el Sol: que tiene ciclos, que tiene manchas, y que hay una escala de 1 a 5 para medir la intensidad de sus tormentas.
Esta semana, Shea Hess Webber, física solar del grupo del Laboratorio de Física Experimental Hansen de Stanford, compartió los 5 datos sobre el Sol que le resultan más fascinantes, para que sigamos conociendo más sobre nuestra estrella vital.
El Sol es joven, sólo tiene 20 años
Si medimos la edad del Sol en años y contamos los años como el tiempo que tarda la Tierra en dar una vuelta alrededor de él, pues el Sol tiene 4750 millones de años.
Pero si usáramos la misma lógica, deberíamos contar el tiempo que tarda el Sol en dar una vuelta a la galaxia. Y aquí hablamos solamente de 20,5 vueltas, que sería, entonces, la edad del Sol.
“Me hace reír un poco porque hablamos de la edad del Sol en años terrestres, pero la Tierra no existía cuando nació el Sol”, dice la experta.
Cuanto más lejos, más caliente
Es cierto que la temperatura del Sol disminuye desde su núcleo (15 millones de grados) hasta la superficie (6000 grados). Sin embargo, al alejarnos de su superficie, la temperatura aumenta nuevamente hasta alcanzar millones de grados en la corona, la capa externa de la atmósfera solar.
Las teorías actuales apuntan a dos mecanismos principales. La reconexión magnética: el campo magnético del Sol está en constante cambio, y las líneas de campo magnético se retuercen y se rompen, liberando una gran cantidad de energía en forma de calor. Este proceso, llamado reconexión magnética, es más intenso en la corona, lo que explicaría el aumento de temperatura.
Las Ondas de Alfvén, un tipo de onda magnética que se propaga a través del plasma del Sol. Estas ondas pueden transportar energía desde la superficie hacia la corona, calentándola en el proceso.
“La región de transición es donde la temperatura aumenta y luego se vuelve cada vez más caliente a medida que avanzas, lo cual es muy extraño. Otra rareza es que, aunque cada partícula solar que está en esa área tiene varios millones de grados, la densidad en el espacio es tan baja que aún morirías congelado allí”, explica la científica.
Ni amarillo ni blanco: es verde azulado
Fuera de la atmósfera, el Sol se ve como una bola blanca. El Sol es de todos colores porque es lo que llamamos un radiador de cuerpo negro. Como todas las estrellas, irradia (en algún nivel) a lo largo de todo el espectro electromagnético, incluidos todos los colores del espectro visible. Entonces, el sol es blanco porque es una mezcla de todos estos colores diferentes, lo que se convierte en luz blanca.
"Pero si nos fijamos en las emisiones del Sol en cada longitud de onda diferente (llamada curva de cuerpo negro), la emisión máxima es verde azulado", explica Webber. Entonces, el Sol emite en todas las longitudes de onda, pero la que emite más es en el espectro de luz visible verde azulado, lo que significa que, técnicamente, el Sol es verde azulado.
El Sol daña la piel aunque no te quemes
La atmósfera terrestre se ocupa de absorber la mayor cantidad de radiación que proviene del Sol. Pero, igualmente, la radiación ultravioleta logra ingresar en diversos grados.
Existen dos tipos principales de rayos UV: A y B. Los rayos UVA penetran profundamente en la piel y causan envejecimiento prematuro, arrugas y manchas. Los rayos UVB son más potentes y pueden causar quemaduras y aumentar el riesgo de cáncer de piel.
Los rayos ultravioleta (UV) del Sol penetran en la piel y pueden dañar las células e incluso en días nublados. Aunque las células de la piel tienen mecanismos para reparar el ADN dañado, la exposición excesiva al sol puede abrumar estos mecanismos.
“Use protector solar incluso si no se está quemando y asegúrese de usar un amplio espectro, lo que significa que protege tanto de la radiación UVA como de la UVB. Los estudios han sugerido usar al menos SPF 30, pero es poco probable que un SPF superior a 50 ofrezca protección adicional”, indica la física.
Misteriosa estrella
El Sol aún esconde miles de secretos. Según Webber, hoy en día los pronósticos de la actividad solar están en un grado de avance similar al que tenía el pronóstico del tiempo en 1950.
“Nos resulta muy difícil predecir lo que sucederá en el Sol, como por ejemplo cuándo habrá una erupción solar o una eyección de masa coronal”, dice esta mujer que aunque hace 20 años que estudia el Sol, aún se fascina con él: “No puedo imaginarme no querer mirarlo todo el tiempo. Es realmente genial”, asegura.