Además de poder desviar asteroides, hay que conocer cuándo se acercarán
Después de que una misión de NASA lograra cambiar la trayectoria de un asteroide, ahora el próximo paso es tener un telescopio capaz de ubicar rocas peligrosas a tiempo. Pero el presupuesto para financiarlo se ha recortado.
Hace algunas semanas, la misión que tenía como objetivo desviar un asteroide fue todo un éxito luego de que se lograra impactarlo directamente. Ahora sabemos que es posible hacerlo, desviar un potencial asteroide que por sus dimensiones y trayectoria pueda ser un peligro para nuestro planeta. Pero ahora NASA sabe que el paso esencial que hay que dar va más allá.
Tal como indica Nature, no alcanza con tener la capacidad de desviar asteroides, sino que es esencial tener información precisa sobre cuándo y cómo se aproximan. Lo que ocurrió el pasado 26 de septiembre fue una gran prueba superada, de la que se sabía, no era nada fácil de lograr. A 11 millones de kilómetros de la Tierra, la nave espacial Double Asteroid Redirection Test (DART) de la NASA tuvo un final espectacular al estrellarse contra una pequeña luna asteroide llamada Dimorphos.
Lo que se pudo ver en directo ese día fue un hecho fundamental en la historia del ser humano. Era la primera vez que se podía alterar la órbita de una roca espacial. Lo que se logró es acelerar a Dimorphos en su órbita. El experimento se llevó acabo con toda precisión, y se supo que esa misión se podía cumplir. Ahora quedan saldar el resto de las materias pendientes para que el proceso resulte exitoso en caso de ser necesario.
La prueba hecha con Dimorphos
Según indicó NASA, tanto Dimorphos como su asteroide madre resultan inofensivos para la Tierra, pero la misión consistía en probar que se lo podía desviar, algo que resultara necesario alguna vez para una roca espacial peligrosa. Lo interesante de la misión es que los investigadores conocieron los resultados relativamente rápido. Lo que sigue es una misión igual o más difícil, que es localizar a tiempo a los asteroides peligrosos.
Hoy en día la información que se tiene es muy parcial y se podría conocer el detalle de una roca peligrosa muy tarde como para reaccionar. Si es cierto que estadísticamente el riesgo de que un cuerpo de volúmen tal como para impactar la Tierra y produzca graves pérdidas de vida o daños mayores al planeta, resulta muy bajo. Pero eso no quiere decir que el riesgo sea cero.
Para poder dar el próximo paso, la debe financiar completamente el Near-Earth Object (NEO) Surveyor, un telescopio espacial que buscará asteroides peligrosos. En el año 1994, el Congreso de EE.UU. dio instrucciones a la NASA para que buscara cualquier asteroide potencialmente amenazador que tuviera al menos un kilómetro de ancho. La agencia completó esa tarea en 2010.
Menos presupuesto
En la actualidad, científicos financiados por la NASA están utilizando varios telescopios en todo el mundo para encontrar rocas espaciales de al menos 140 metros de diámetro (el Dimorphos mide unos 170 metros de diámetro). Las rocas más pequeñas siguen siendo peligrosas: podrían causar una devastación regional.
Los investigadores han encontrado hasta ahora cerca de 30.000 de ellas. Pero, con los recursos y la instrumentación actuales, tardarán tres décadas en terminar el trabajo. El riesgo, aunque pequeño, de que una roca espacial peligrosa aparezca antes significa que esto no es suficiente. La NASA lleva muchos años demorando el desarrollo de un telescopio espacial construido a medida para buscar objetos cercanos a la Tierra.
Había dado pequeñas cantidades de dinero a una misión predecesora antes de embarcarse en las primeras etapas de NEO Surveyor en 2019. Pero a principios de este año, justo cuando los científicos se preparaban para finalizar el diseño de la misión, la NASA propuso recortar su presupuesto para el presente año fiscal de los 170 millones de dólares previstos a 40 millones. Esto retrasaría el lanzamiento del telescopio de 2026 a 2028, si no más tarde.