Alergias de primavera: desde una simple reacción a una riesgosa anafilaxia
¿Sufrís de alergias en primavera? Desde una simple reacción a una riesgosa anafilaxia. ¿Cómo reconocerlas y controlarlas?
Las variaciones abruptas en las condiciones de tiempo, ascensos y descensos marcados en la temperatura del aire en unos pocos días, suelen poner en alerta a los alérgicos. Es frecuente que con la llegada de la primavera aumenten las consultas por alergias, sobre todo las respiratorias y cutáneas.
Algunas reacciones son más simples de tratar, mientras que en otros casos, la reacción inmunitaria que compromete particularmente al sistema respiratorio y el cardiovascular se extiende y el riesgo es inmediato.
¿Qué es una reacción alérgica?
Cuando tenemos alergia el sistema inmunológico está interpretando como invasoras algunas sustancias llamadas “alergenos” que, de otro modo, serían inofensivas. Entonces se desencadena una respuesta exagerada produciendo anticuerpos del tipo Inmunoglobulina E (IgE). Estos anticuerpos viajan a las células, que liberan histamina y otros mediadores químicos y causan lo que conocemos como reacción alérgica.
En los casos más graves, la reacción puede llegar a poner en peligro la vida, en esos casos recibe el nombre de “anafilaxia”. Las personas que hayan padecido una reacción anafiláctica deben llevar siempre consigo medicación que puedan autoaplicarse de inmediato ante los primeros síntomas de alergia, es la recomendación de los profesionales de la salud, más adelante ahondaremos en ese tema.
Los alérgenos
Múltiples sustancias pueden comportarse como alérgenos dando paso a reacciones alérgicas. Los más comunes en esta época de primavera-verano, por el aumento a su exposición, son: el polen, picadura de insectos, caspa (pelos) de animales.
Cuando el paciente se expone a esos agentes alergénicos, se encuentra en un estado de hipersensibilidad ante una serie de fenómenos celulares y bioquímicos, generando reacciones de diversas formas según cada persona.
Síntomas asociados y tipos de reacciones alérgicas más frecuentes en primavera
Las reacciones alérgicas típicas de la primavera, generalmente, desencadenan síntomas que afectan: nariz, pulmones, garganta, ojos y la piel. En algunas personas, las alergias también pueden desencadenar síntomas de asma. En los casos más graves, la reacción que se produce puede llegar a poner en peligro la vida (anafilaxia).
Existen varios tipos de manifestaciones típicas en primavera:
Rinitis alérgica: Cuando es estacional, típicamente ocurre en primavera (y también en otoño). Los síntomas incluyen: estornudos, rinorrea acuosa (flujo abundante de líquido por la nariz), picazón de nariz y/u ojos. Cuando es permanente, suelen estar producidos por la exposición a sustancias del hogar tales como mascotas, polvo o ácaros.
Sinusitis y otitis media: son inflamaciones del oído y los senos nasales (cavidades de aire en los huesos de la cara).
Conjuntivitis alérgica: ocurre cuando los ojos reaccionan a los alérgenos con enrojecimiento, picazón e hinchazón.
Dermatitis atópica: también conocida como “eccema”, a menudo resulta de la exposición de la piel al alérgeno. Se manifiesta por picazón, enrojecimiento, descamación. El 80 % de los casos comienza en la infancia.
Urticaria: se caracteriza por erupción cutánea que causa picazón. Generalmente se desencadena por la ingesta de medicamentos o determinados alimentos, pero también por el contacto con determinadas plantas y picaduras de insectos.
Asma: es una enfermedad pulmonar crónica que se caracteriza por tos, sensación de falta de aire, opresión y silbido en el pecho. Cuando se tiene alergia, los alérgenos que ingresan a través de la respiración pueden inflamar la vía respiratoria y estrecharla, dificultando el pasaje de aire. El asma también se puede desencadenar por infecciones respiratorias o la exposición a irritantes (como el humo de tabaco).
¿Alergia al cambio de tiempo?
Ahora que sabemos que los alérgenos son los responsables de los síntomas de la alergia, estamos en condiciones de comprender que, la “alergia al cambio de tiempo” no existe, por el simple hecho de que el cambio abrupto de una o varias variables meteorológicas que caracterizan el ambiente o entorno de una persona en determinado lapso de tiempo, no es en sí mismo un alérgeno.
Sin embargo, esos cambios repentinos en los parámetros atmosféricos, en muchas ocasiones son un posible disparador del aumento de la concentración de determinados agentes alergénicos en el aire, o contribuyen a una reacción de la mucosa en personas alérgicas
La anafilaxia
Consiste en una reacción inmunitaria severa, generalizada, de rápida instalación y potencialmente mortal ante el contacto del organismo con una sustancia que provoca alergia. Con mayor frecuencia, es el resultado de reacciones inmunológicas a los alérgenos asociados con alimentos, medicamentos y picaduras de insectos.
Las picaduras de insectos suelen ser responsables de reacciones alérgicas más frecuentemente en primavera y verano, ya que el contacto con los insectos es más frecuente porque aumenta la densidad de los mismos en el entorno; y además, nos exponemos más directamente a ellos al pasar largo tiempo al aire libre y con la piel expuesta, los que aumenta la probabilidad de sufrir picaduras.
La mayoría de las personas que son alérgicas a determinadas picaduras de insectos no presentan reacciones muy extendidas. Las picaduras de insectos suelen producir una roncha roja, o a menudo tiene un aspecto parecido al de la urticaria localizada (una roncha grande con un centro de ampolla de agua, o varias ronchas pequeñas), acompañadas de comezón y en algunos casos hasta dolor, son las reacciones del cuerpo a la saliva u otras secreciones del insecto que pasan a nuestro cuerpo.
Los síntomas principales son dificultad para respirar y para tragar (disfagia) que comienzan en el transcurso de 2 horas después de la picadura, a menudo en 20 minutos.
Por ejemplo, frente a un shock o reacción anafiláctica por picadura de abejas y avispas la solución más eficaz es la aplicación de la adrenalina. Este tratamiento existe en forma de lápiz, para ser autoadministrada por el paciente en caso de emergencias de este tipo.
Además, existe un tratamiento para evitar que vuelva la anafilaxia en una próxima picadura y es conocido como inmunoterapia. Este tratamiento reduce de manera muy significativa la probabilidad de una reacción potencialmente mortal, y es la mejor alternativa en aquellos pacientes que ya han sufrido reacciones graves por la picadura de abejas y avispas.
Diagnóstico y tratamiento de las reacciones alérgicas
El médico realizará una exhaustiva historia clínica y un cuidadoso examen físico. Pueden realizarse pruebas de alergia en la piel y análisis de sangre para identificar qué sustancias provocan alergia.
Una vez identificado, el profesional indicará el tratamiento más adecuado para cada paciente, que puede incluir distintos tratamientos desensibilizantes. La mayoría de las alergias se pueden tratar sin dificultad con medicamentos.
Referencia de la noticia:
Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica (AAAeIC)
World Allergy Organization (WAO)