¡Alerta! Así afecta la ola de calor a tu cerebro
Decir que “se nos derriten las neuronas por el calor” no es literalmente cierto, pero las altas temperaturas sí tienen un efecto negativo y directo sobre nuestro cerebro. Te contamos cómo el calor altera nuestro sistema nervioso, y por qué puede resultar fatal.
Los seres humanos (hasta cierto punto), somos capaces de regular la temperatura corporal cerca de los 37 °C, independientemente de la temperatura ambiental que nos rodee, esa cualidad es propia de los animales homeotermos. Para regular la temperatura corporal el hipotálamo, el aparato respiratorio y la piel, trabajan en conjunto para lograr el objetivo.
El hipotálamo es un área del cerebro que controla la temperatura del cuerpo, el apetito, la sed, la frecuencia cardíaca, etc. Está ubicado en el encéfalo, la zona central de la base del cerebro que controla el funcionamiento del sistema nervioso y la actividad de la hipófisis.
Según investigadores en neurobiología, como el Dr. José Ángel Morales del Departamento de Biología Celular de la Universidad Complutense de Madrid, existe un límite a partir del cual nuestro cerebro deja de funcionar correctamente, cuando nuestra temperatura corporal supera los 40 °C el hipotálamo no logra desarrollar sus funciones normalmente.
Si por exceso de calor en el ambiente la temperatura corporal sube más allá de los 40 °C, el sistema natural de enfriamiento se ve alterado y no logra activar el proceso de liberación de calor a través del sudor, en ese momento es cuando se puede sufrir el temido golpe de calor, que incluso puede provocar hasta la muerte.
El calor nos pone más irritables, desatentos, somnolientos y propensos a sufrir accidentes
Como te contamos, el hipotálamo es el que ayuda a mantener el equilibrio en las distintas funciones internas del organismo, por eso, cuando el cerebro se ve afectado por una ola de calor y tiene que trabajar en exceso para mantener la temperatura corporal adecuada, deja en un segundo plano a las otras funciones como: el equilibrio, la atención, el sueño, etc.
Si dichas funciones se ven ralentizadas nos volvemos más vulnerables y la situación se puede tornar peligrosa. Como los impulsos nerviosos se propagan más lentamente, nuestra capacidad de respuesta también es mucho más lenta, afecta así a nuestro estado de ánimo, nos sentimos más apáticos, cansados, irritables y hasta confundidos, son algunos de los síntomas típicos del golpe de calor.
Recordemos que mientras dormimos nuestro cuerpo realiza una serie de funciones importantísimas de "regulación y mantenimiento”, necesarias para el organismo. Lamentablemente, durante una ola de calor el correcto descanso puede volverse una odisea, alterando todos nuestros procesos.
Otra de las funciones del hipotálamo consiste en regular el sueño y la vigilia, las altas temperaturas desorientan al hipotálamo y se producen una hiperexcitación del cerebro, por lo que nos cuesta tener un descanso reparador que es de vital importancia.
“Con el aumento de la temperatura corporal las proteínas pierden su estructura y se 'desnaturalizan'", así lo afirma Morales. Este proceso deriva en una respuesta inflamatoria del sistema nervioso, que modifica el estado de equilibrio entre todos los sistemas del cuerpo que se necesitan para sobrevivir y funcionar correctamente (conocido como homeostasis).
Cuando hace mucho calor y no nos hidratamos frecuentemente con agua, surge la deshidratación. Los profesionales de la salud explican que cuando la pérdida de agua supera el 2 % del peso corporal puede provocar alteraciones en el cerebro como la pérdida de memoria a corto plazo, también fatiga muscular y somnolencia. Por otro lado, la deshidratación lleva a una acumulación de toxinas en el cuerpo, porque no lograron eliminarse de manera correcta.
Otro método propio del golpe de calor es la debilidad motora, la falta de equilibrio y coordinación en los movimientos. Esto es porque el exceso de calor afecta la barrera hematoencefálica que protege a nuestro sistema nervioso central, alterando ese equilibrio y debilitando mucho a nuestras neuronas (especialmente a las llamadas células de Purkinje), ubicadas en el cerebelo responsables de la función motora, explica el Dr. Morales.
El golpe de calor puede llevarnos a la muerte
Como ya explicamos, el calor extremo impide al centro regulador de la temperatura corporal, el hipotálamo, funcionar bien. Esto puede conducir a que fallen las funciones respiratoria y circulatoria del cuerpo y se produzca un “shock por calor”. A nivel molecular, las enzimas que regulan las reacciones bioquímicas de la célula también se dañan.
Según los profesionales de la salud, si el bajo nivel de conciencia no se recupera, el paciente puede entrar en coma. La deshidratación que acompaña al golpe de calor favorece la pérdida de sustancia muscular y que falle la función de filtrado del riñon. En estas fases, las convulsiones son frecuentes especialmente en los niños. Todo esto puede desencadenar en un paro cardiorespiratorio o una falla multiorgánica (SDMO), por ejemplo.
Casi medio millón de muertes al año por el calor
La persistencia de días con elevadas temperaturas, causan cada vez más muertes al año en el planeta. Según el informe publicado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM), las estadísticas indican que las olas de calor dejan un salgo fatal de 489 mil muertes anuales en el mundo, y son el fenómeno meteorológico extremo asociado al cambio climático que más mortalidad genera.
La OMM indica que el calentamiento global puede llegar a revertir décadas de progresos en salud y bienestar, porque el cambio climático aumenta las zonas de riesgo de enfermedades como: el dengue o la malaria, al ampliar las zonas cálidas en las que pueden proliferar los mosquitos transmisores de los virus y parásitos que las causan.
Además, marca que la mortalidad relacionada con el calor extremo podría estar muy subestimada, y ser en realidad hasta 30 veces mayor de lo señalado por las mediciones. Esto podría ocurrir porque muchos países no cuentan con datos complementarios, ni una coordinación entre alertas sanitarias y meteorológicas.