Algunos terremotos actuales podrían ser réplicas de seísmos del siglo XIX
Una nueva investigación ha descubierto que algunas zonas de Estados Unidos pueden estar sufriendo réplicas de grandes terremotos que se produjeron hace siglos. Aquí te contamos los detalles del estudio.
Los temblores actuales detectados en el centro y el este de Estados Unidos podrían ser réplicas de grandes terremotos registrados en el siglo XIX, según los resultados de un nuevo estudio.
Entre los siglos XVII y XIX, Norteamérica se vio sacudida por los tres mayores terremotos de su historia más reciente: un seísmo cerca del sureste de Quebec (Canadá) en 1663, una serie de seísmos cerca de la frontera entre Misuri y Kentucky entre 1811 y 1812, y un terremoto en Charleston (Carolina del Sur) en 1886.
Es probable que estos acontecimientos históricos sigan desencadenando réplicas en algunos casos, según se detalla en una investigación publicada en el Journal of Geophysical Research Solid Earth.
¿Recuerdos del pasado o alertas tempranas?
Tras un terremoto, pueden producirse réplicas de menor intensidad que sacuden la región durante días o años después del suceso inicial, a medida que la falla se asienta y reajusta. La intensidad y frecuencia de estas réplicas disminuye con el tiempo, pero aún así pueden causar daños.
Como explican los autores del nuevo estudio, las regiones cercanas a los epicentros de estos terremotos históricos siguen activas en la actualidad, lo que lleva a preguntarse si los temblores son réplicas de larga duración, "presismos" que preceden a futuros terremotos o simple sismicidad de fondo, es decir, el nivel normal de actividad de una región determinada.
Determinar esto puede ser de gran importancia para identificar el futuro riesgo de catástrofe de una región, incluso cuando la actividad sísmica actual esté causando pocos daños o ninguno.
"Algunos científicos suponen que la sismicidad contemporánea en partes de la Norteamérica estable son réplicas, y otros creen que se trata sobre todo de sismicidad de fondo", explica Yuxuan Chen, autor principal del estudio y geólogo de la Universidad de Wuhan. "Queríamos verlo desde otro ángulo utilizando un método estadístico".
Esto es lo que han descubierto
Los investigadores examinaron los terremotos modernos ocurridos en un radio de 250 kilómetros de los epicentros históricos, centrándose en los temblores de magnitud igual o superior a 2,5.
Aplicando un enfoque estadístico a los datos sísmicos del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), pudieron determinar si los terremotos recientes podían ser réplicas o sismicidad de fondo.
Descubrieron que la secuencia de réplicas del terremoto de Quebec de 1663 ha finalizado y que la actividad sísmica moderna no está relacionada con el terremoto primario.
Sin embargo, su investigación reveló que el 30% de todos los terremotos ocurridos entre 1980 y 2016 cerca de la frontera entre Missouri y Kentucky eran probablemente réplicas de los grandes terremotos de 1811-1812. Y, en Charleston, Carolina del Sur, el 16 % de los terremotos actuales eran probables réplicas del terremoto de 1886.
Por tanto, los autores concluyen que la actividad sísmica moderna en estas regiones puede atribuirse a una mezcla entre réplicas de larga duración y sismicidad de fondo.