Año nuevo: ¿cómo afecta la pirotecnia a las personas, las mascotas y el ambiente?
Cada vez somos más los que ponemos en práctica el lema de “pirotecnia cero”, pero aún se sigue usando, sobre todo en esta época del año. Repasamos los daños que provoca el uso de los fuegos artificiales en las personas, mascotas y el ambiente.
Lamentablemente se sigue utilizando la pirotecnia con fines recreativos, sobre todo en estas fechas de Navidad y Año Nuevo. En algunos barrios es realmente ensordecedora y peligrosa la cantidad de fuegos artificiales que explotan al unísono cuando dan las 12. Esta práctica o modo de “celebración” para algunos, es un verdadero tormento para las mascotas y personas con distintas afecciones.
Hace algunas pocas décadas atrás, la población (al menos en Argentina), no reparaba seriamente sobre los daños en la salud que provoca este tipo de explosiones, solamente se hablaba de los cuidados que había que tener al manipular pirotecnia. Pero, desde hace ya algunos años creció la divulgación de información confiable (médica y veterinaria), sobre las consecuencias que sufre un gran grupo de seres vivos cada diciembre. Por fortuna, la empatía crece y cada vez somos más los que optamos por compartir nuestra felicidad celebrando en Navidad o Año Nuevo sin necesidad de fuegos artificiales. Lamentablemente, hay otro gran grupo de personas que sigue usando pirotecnia.
La pirotecnia afecta gravemente a un gran grupo de personas
Sabemos que la pirotecnia puede ocasionar quemaduras y otras graves lesiones en el cuerpo, sobre todo en los ojos y en las manos; es un peligro para los que la manipulan, los que la esperan y los que la observan, pero también puede afectar a terceros que ni siquiera están en el mismo ambiente desde donde salió el proyectil (una bengala, por ejemplo), y puede impactar sorpresivamente sobre ellos.
Además de estos daños directos y físicos, existe un gran grupo de personas que sufre otro tipo de consecuencias negativas en su salud con los fuegos artificiales. Las personas mayores y las personas con enfermedades cardíacas y respiratorias, discapacidades cognitivas o neurológicas, Síndrome de Down o Asperger, bebés, niños y niñas que padecen Trastornos del Espectro Autista y Trastornos Generalizados del Desarrollo (TEA y TGD).
Los sonidos de 120dB o superiores son dañinos para toda la población, y especialmente para las personas con TEA, ya que detectan antes estos sonidos y no toleran bien los ruidos no habituales, como el de la pirotecnia.
Las personas con autismo y trastorno del procesamiento sensorial no perciben los estímulos auditivos de una manera habitual. Muchas personas con autismo tienen una reacción muy significativa frente a ruidos de alto impacto, como es el caso de los cohetes, petardos y todos los fuegos artificiales que se emplean en celebraciones en estas fechas.
La hiperacusia es la respuesta negativa y/o exagerada a los estímulos ambientales que ocurren dentro de las vías auditivas. Además, de las dificultades con la activación sensorial, los desafíos con la modulación pueden evitar que el sistema nervioso central identifique de manera apropiada la intensidad, frecuencia, duración y complejidad de los estímulos ambientales generando problemas al filtrar sonidos significativos del medio ambiente.
Esta incapacidad para filtrar sonidos puede conducir a una cantidad abrumadora de estímulos entrantes, lo que resulta en hiperreacciones debido a una sobrecarga sensorial.
Para ayudar a este gran grupo de personas con importante sensibilidad, los especialistas recomiendan anticipar cuándo y dónde se van a producir estos ruidos con apoyos visuales, para que estén emocionalmente preparados. Si es inevitable la exposición al ruido de la pirotecnia se recomienda el uso de protectores auditivos para disminuir el nivel de presión acústica.
Si lamentablemente no se puede anular o reducir la exposición al ruido de las explosiones a las personas con TEA (y de los otros grupos sensibles que enumeramos anteriormente), se recomienda generar refugios en la vivienda durante el evento, con algún material de aislamiento acústico que absorber las ondas de sonido.
La pirotecnia también afecta a las personas con enfermedades respiratorias como EPOC, asma, etc. La exposición a corto plazo del material particulado (PM) que libera la pirotecnia en su explosión, podría agudizar enfermedades respiratorias y desencadenar problemas cardiovasculares, además de reducir la función pulmonar, según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA). Los petardos son venenosos y su explosión libera partículas nocivas como el polvo fino PM10, respirable y altamente tóxico.
Según el trabajo de investigación de la Universidad de Birmingham y el Health Effects Institute de Boston, publicado en la revista Atmospheric Research, cuando se presentan bajas temperaturas y velocidad del viento leve o en calma, favorece, por la falta de mezcla en el aire, la acumulación y estancamiento de contaminantes en la atmósfera bien baja. Además, expone directamente a las personas a los vapores metálicos que afectan su salud.
La pirotecnia afecta a las mascotas
La pirotecnia causa distintos tipos de daños en los animales: daños físicos en los aparatos auditivos, como pérdida de audición y tinnitus (los fuegos artificiales pueden emitir sonidos de hasta 190dB); miedo y estrés, incluso desarrollado fobias con graves ataques de pánico (se estima que la quinta parte de desapariciones de mascotas se deben a sonidos muy fuertes, principalmente fuegos artificiales y tormentas); efectos nocivos por partículas químicas (al igual que en los humanos, las mascotas también sufren intoxicación por gases y PM liberado por la pirotecnia.
En el caso de los perros son capaces de oír hasta los 60 mil Hz, los gatos hasta los 85 mil Hz (mientras que los humanos no oyen nada a partir de 20 mil Hz), esta agudeza auditiva de nuestras mascotas es una de las causas que provocan que el sonido de la pirotecnia sea una experiencia muy dañina.
Dentro de sus reacciones se encuentran: ansiedad, agobio, temblores, intentan escapar del sonido, se esconden o por el contrario quedan totalmente rígidos y paralizados, en casos más extremos, taquicardia, vocalizaciones intensas, actividad aumentada, estado de alerta, trastornos gastrointestinales y salivación.
Pirotecnia y daño ambiental
Como explicamos anteriormente, cuando nos referimos a la liberación de gases y PM, cada vez que explotan elementos de pirotecnia no solo perjudican directamente por ingesta o absorción a los seres vivos, sino también esas partículas contribuyen al aumento de los niveles de contaminación en el aire afectando su calidad, al mismo tiempo que potencian el cambio climático por la liberación de gases como el monóxido de carbono, que afecta la formación de gases de efecto invernadero como el metano.