Antes y después: hormigas invasoras provocan un notorio cambio en el ecosistema africano

Los científicos demostraron que la llegada de esta especie invasora provocó una cascada de cambios en el ecosistema, afectando a la vida de elefantes, cebras y búfalos.

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Estas hormigas fueron introducidas en este ecosistema hace 20 años

Un equipo de investigadores de la Universidad de Oxford documentó el impacto de la invasión de hormigas cabezonas africanas (Pheidole megacephala) en la reserva de Ol Pejeta, en Kenia.

Las hormigas cabezonas son originarias de Asia y África tropical, pero han sido introducidas accidentalmente por humanos a otras partes del mundo, como Europa y América. A la reserva de Ol Pejeta, las hormigas llegaron en torno al año 2000.

En este lugar, otra especie de hormiga, Crematogaster mimosae, vive en una relación de mutualismo con las acacias espinosas de la sabana. Las acacias ofrecen néctar a las hormigas, que a su vez las protegen de los elefantes con sus picaduras.

Sin embargo, las hormigas cabezonas son mucho más agresivas y rápidamente acabaron con las colonias Crematogaster. Esto dejó a las acacias desprotegidas y los elefantes las arrasaron, dejando el terreno despejado de estas plantas.

Consecuencias de un terreno con menos acacias

En este nuevo paisaje, los leones ya no pueden agazaparse entre las acacias para cazar a las cebras, como habían hecho siempre. Como resultado, la proporción de cebras capturadas por los leones ha caído del 67 % al 42 % desde el año 2003.

Para compensar esta pérdida de presas, los leones empezaron a cazar búfalos, una especie que antes vivía muy tranquila y sin grandes sobresaltos en la zona. La proporción de búfalos muertos por los leones aumentó del 0 % al 42 %.

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Comparación de la reserva sin presencia de la hormiga (izq) y con la hormiga (der). Foto eldiario.es

"Este desenlace es impresionante y fue muy sorprendente para mí", explica John Kamaru, uno de los autores del estudio. "Porque cuando pensamos en hacer el estudio predijimos que, al haber menos cebras, la población de leones se iba a reducir".

Sin embargo, los investigadores descubrieron que la población de leones se mantenía estable. Esto se debe a que los búfalos son una presa más grande y abundante que las cebras.

El estudio, publicado en la revista Nature, pone de manifiesto el impacto que pueden tener las especies invasoras en los ecosistemas naturales.

El experimento

Los investigadores realizaron una serie de experimentos para confirmar sus hipótesis. En una primera fase, dividieron el terreno en parcelas y compararon lo que sucedía en las que habían sido invadidas por hormigas cabezonas con aquellas que no. Los resultados mostraron que la invasión hacía que los árboles fueran más vulnerables al daño de los elefantes.

En una segunda fase, los investigadores siguieron a seis grupos de 66 leones adultos durante tres años. Descubrieron que los leones que vivían en zonas invadidas por hormigas cabezonas cazaban más búfalos que los que vivían en zonas no invadidas.

“Algo tan aparentemente irrelevante como las hormigas puede influir en toda la cadena”, asegura John Kamaru, uno de los autores del estudio. “Hay que estudiarlas más y la cuestión ahora es explorar qué posibles vías hay para erradicarlas, porque se están expandiendo y están afectando a otros sistemas”.

El siguiente paso es tratar de entender qué otros efectos están produciendo estas hormigas en el entorno y en otras zonas de esta región que aún no han examinado.

Estas hormigas están en muchos continentes, y eso significa que posiblemente estén causando más daños que no conocemos

“Estas hormigas están en muchos continentes, y eso significa que posiblemente estén causando más daños que no conocemos; eso son cuestiones que queremos responder”, indica Kamaru.

Respecto a la posibilidad de erradicarlas, estudian qué tipo de pesticidas o agentes biológicos podrían detenerlas, pero hay que extremar la cautela y tener en cuenta que cualquier pequeña modificación en el entorno puede desatar una serie de consecuencias inesperadas, como demuestra su estudio.

Por otro lado, apunta Alejandro Pietrek, investigador de CONICET que participó en el estudio, es muy difícil detener el avance de una especie invasora que se traslada con los hombres. “Estamos en todas partes y, aunque erradicáramos algún foco, en una área donde va el turismo está claro que la hormiga va a llegar en cualquier otro momento”.

Referencia de la noticia

“Disruption of an ant-plant mutualism shapes interactions between lions and their primary prey”, Science.