Astrónomos han logrado detectar por primera vez una aurora en nuestro Sol
El fenómeno que involucra ondas de radio generadas sobre una mancha solar, ya había sido detectado en estrellas lejanas. Pero por primera vez se logró registrar el evento en nuestro propio Sol. Se abre un nuevo camino para conocer la dinámica de nuestra estrella.
Las auroras, un fenómeno que asociamos a las luces que observamos en la alta atmósfera, especialmente en altas latitudes, ahora han sido detectadas por primera vez en el Sol.
Se tratan de auroras causada por electrones que se aceleran a través de una mancha solar en la superficie de nuestra estrella, tal como lo indicó Live Science. Lo que se han detectado son ondas de radio activadas sobre la superficie del Sol, algo parecido a una aurora boreal.
es una región del Sol que tiene una temperatura más baja que sus alrededores, y con una intensa actividad magnética. Sobre una de esas zonas se ha detectado una aurora sobre nuestra estrella.
Las ondas de radio son un tipo de radiación electromagnética más conocida por su uso en tecnologías de la comunicación, como la televisión, los teléfonos móviles y las radios. Estos dispositivos reciben ondas de radio y las convierten en vibraciones mecánicas en el altavoz para crear ondas sonoras. El espectro de radiofrecuencia es una parte relativamente pequeña del espectro electromagnético.
El espectro se divide en siete regiones en orden de longitud de onda decreciente y energía y frecuencia creciente. O sea a ondas más cortas, más energía involucrada. Las designaciones comunes son ondas de radio, microondas, infrarrojos (IR), luz visible, ultravioleta (UV), rayos X y rayos gamma. Ahora, las ondas de radio han generado un espectáculo para los astrónomos, y un cúmulo de información sobre la actividad asociada del Sol.
Ya observado en otras estrellas
El espectáculo de de estas luces solares tuvo lugar a unos 40.000 kilómetros por encima de una mancha solar, que es una zona oscura deformada magnéticamente en la superficie del Sol. Los astrónomos terrestres detectaron las ráfagas de ondas de radio a lo largo de una semana.
Este tipo de eventos ya se había observado en otras estrellas. En el pasado, los científicos han detectado señales de radio similares a auroras procedentes de estrellas lejanas, pero ésta es la primera vez que observan una señal de este tipo procedente de nuestro propio Sol.
Los resultados de esta observación fueron publicados el pasado 13 de noviembre en la revista Nature Astronomy. Sijie Yu, autor principal de este estudio y astrónomo del Centro de Investigación Solar-Terrestre del Instituto de Tecnología de Nueva Jersey (NJIT-CSTR) indicó que “este fenómeno es muy distinto de los típicos estallidos de radio solares transitorios, que suelen durar minutos u horas". Para Yu se trata de un descubrimiento emocionante que tiene el potencial de alterar nuestra comprensión de los procesos magnéticos estelares.
En el caso de nuestro planeta, las auroras son el resultado de los desechos solares energéticos que atraviesan la atmósfera cerca de los polos, donde el campo magnético protector es más débil, y agitan las moléculas de oxígeno y nitrógeno. Esto hace que las moléculas liberen energía en forma de luz, trazando ondulantes cortinas de color a través del cielo.
El proceso en el Sol
Los desechos solares suelen salir despedidos del Sol cuando los campos magnéticos que rodean las manchas solares se anudan antes de romperse repentinamente. La liberación de energía resultante provoca estallidos de radiación denominados erupciones solares y chorros explosivos de material solar llamados eyecciones de masa coronal.
Ahora, al apuntar un radiotelescopio a una mancha solar en la superficie de nuestra estrella, los investigadores detectaron una emisión similar a la aurora sobre ella, que creen que es el resultado de la aceleración de electrones procedentes de erupciones solares a lo largo de las potentes líneas del campo magnético de la mancha.
De todas formas, a diferencia de las auroras terrestres, las emisiones de estas manchas solares se producen a frecuencias que van desde cientos de miles de kHz [kilohercios] hasta aproximadamente 1 millón de kHz, como consecuencia directa de que el campo magnético de la mancha solar es miles de veces más intenso que el de la Tierra. Como comparación, una aurora típica en la Tierra emite luz a frecuencias de entre 100 y 500 kHz. Estas observaciones han abierto la posibilidad a una mayor comprensión de la actividad solar.
Los investigadores han dicho que su descubrimiento establece nuevas vías de estudio de la actividad solar y han empezado a analizar datos de archivo para hallar pruebas ocultas de auroras solares pasadas. Con esta información se ha comenzado a reconstruir el rompecabezas de cómo interactúan las partículas energéticas y los campos magnéticos en un sistema con presencia de manchas estelares de larga duración. No se trata solo de nuestro propio Sol, sino también en estrellas mucho más allá de nuestro sistema solar.