Buenas noticias: los gases que destruyen la capa de ozono están desapareciendo más rápido de lo esperado
Un "enorme éxito mundial": los gases que agotan la capa de ozono están desapareciendo más rápido de lo previsto, 5 años antes de la reducción prevista, según un nuevo estudio.
La capa de ozono (O3) nos protege de los rayos ultravioleta (UV) emitidos por el Sol, y es destruida por los gases llamados 'HCFC' (hidroclorofluorocarbonos), que son compuestos químicos formados por carbono, hidrógeno, cloro y flúor, lo que lleva a la formación de los famosos agujeros en la capa de ozono.
Estos gases también aumentan el efecto invernadero, ya que retienen el calor que irradia la superficie terrestre, lo que acaba aumentando la temperatura de la atmósfera y contribuyendo así al calentamiento global.
Por ello, en 1987 se firmó el Protocolo de Montreal, un acuerdo internacional adoptado por varios países con el objetivo de reducir la emisión de HCFC que causan daños a la capa de ozono.
Ahora, un estudio publicado recientemente en la revista Nature Climate Change tiene buenas noticias para la mitigación del cambio climático: los HCFC están desapareciendo de la atmósfera más rápido de lo previsto.
Los gases que destruyen la capa de ozono desaparecen antes de lo previsto
El Protocolo de Montreal ha logrado frenar las emisiones de estas sustancias que agotan la capa de ozono, y esto ha sido posible mediante el control de la producción y el consumo de estos gases.
El estudio analizó los niveles de HCFC en la atmósfera utilizando datos del Advanced Global Atmospheric Gases Experiment (AGAGE) y de la National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA).
Los resultados mostraron que los HCFC han disminuido a nivel mundial desde 2021, 5 años antes de la reducción proyectada más reciente, alcanzando un valor de 321,69 ppt (partes por billón). Se espera que el uso de algunas de las sustancias que componen los HCFC se elimine gradualmente para 2040, pero su desaparición total podría tardar cientos de años. Además, la caída fue más rápida en el hemisferio norte, lo que refleja cambios en las emisiones.
"Esto ha sido un gran éxito global. Estamos viendo que las cosas van en la dirección correcta", afirmó en un comunicado Luke Western de la Universidad de Bristol , autor principal del estudio. Según él, la proyección más reciente, realizada en 2022, preveía que los niveles no comenzarían a caer antes de 2026.
De cualquier manera, los investigadores advierten que incluso cuando ya no se produzcan, el uso pasado de estos gases nocivos seguirá afectando al ozono durante muchos años más.
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) estimó en 2023 que se necesitarían cuatro décadas para que la capa de ozono se recuperara a los niveles anteriores a que se detectara el agujero en los años 1980.
Y según Western, esta disminución observada en los HCFC se debió a la efectividad del Protocolo de Montreal, así como a regulaciones nacionales más estrictas y un cambio de la industria en anticipación de una prohibición inminente de estos contaminantes.
El estudio concluye que con políticas implementadas enfocadas en la eliminación gradual de los gases de efecto invernadero, es posible tener esperanza. Los acuerdos ambientales y la cooperación internacional son clave para combatir el cambio climático.
Referencia de la noticia:
Western, L. M. et al. A decrease in radiative forcing and equivalent effective chlorine from hydrochlorofluorocarbons. Nature Climate Change, 2024.