Buitres y diclofenac: consecuencias inesperadas de una inaudita crisis ambiental
La liberación de la patente de este conocido fármaco inició una reacción en cadena que terminó en crisis ambiental, con variadas y costosas consecuencias en Asia.
El diclofenac es un fármaco antiinflamatorio que se toma o se aplica para reducir la inflamación y también como analgésico. Fue sintetizado por primera vez por en 1973 y presentado como Voltaren por Ciba-Geigy (ahora Novartis).
Veinte años después, en 1993, la patente de ese medicamento venció y comenzaron a fabricarse versiones genéricas que eran mucho más baratas que la del laboratorio original. Llegó a bajar tanto su precio que en la India comenzó a ser utilizado con fines veterinarios, para tratar afecciones del ganado y animales domésticos.
Dos años después, comenzó una caída catastrófica en la población de buitres en el subcontinente indio, región que tenía millones de ejemplares, llevándolos a su casi extinción y con impacto en la salud humana, en otras especies y en la cultura milenaria de la región.
Casi extinguidos
Entre los años 1990 y 2000 se produjo una sorprendente caída en las poblaciones de buitres en el subcontinente indio, en particular en los países de India y Pakistán, que dio origen a una impensada reacción en cadena con consecuencias preocupantes.
Las poblaciones de las tres especies dominantes de buitres en la región (Gyps bengalensis, Gyps indicus y Gyps tenuirostris) cayeron abruptamente hasta su casi extinción, sobreviviendo menos del 5 % de los ejemplares. Algunas especies, como el buitre dorsiblanco bengalí, contaba con casi 80 millones de ejemplares a principios de la década de 1990, y para el año 2000 quedaban menos de 4 millones de buitres.
La práctica extinción de estas tres especies de buitres en menos de una década, motivaron una serie de investigaciones científicas que trataron de encontrar la causa de esta repentina regresión poblacional. En 2004, una investigación financiada por The Peregrine Fund, una organización sin fines de lucro fundada en 1970 dedicada a la conservación de aves rapaces amenazadas y en peligro de extinción en todo el mundo, halló que el diclofenac, antiinflamatorio no esteroideo (AINE) de extenso uso en animales domésticos y el ganado en Asia, era el causante. Este fármaco ocasionaba un fallo renal en los buitres que ingerían los cadáveres tratados con este medicamento pocas horas después de ser administrado. Los buitres morían por fallas renales.
Para evitar la extinción de los buitres, el gobierno indio decidió, en mayo de 2006, prohibir la fabricación y venta de diclofenac para uso veterinario, decisión que fue acogida con gran satisfacción por la comunidad científica internacional.
La relación entre los buitres y rituales religiosos
En India, los buitres desempeñan una función social. Para los seguidores de la fe de Zoroastro (principalmente en Mumbai), es un rito funerario preceptivo no enterrar a sus muertos, como hacen los cristianos o musulmanes, ni incinerarlos, como los hindúes. Para el Zoroastrismo, el cadáver humano es un elemento impuro, y no debe contaminar los elementos sagrados de la tierra, el agua y el fuego.
Por esta razón los cuerpos son llevados a las 'dakhmas' o Torres del Silencio, edificio circular y elevado donde se descomponen de manera natural y los buitres se encargan de comer la carne hasta limpiar los huesos. Una vez que los huesos toman el color blanco por la intervención del sol y del viento, luego de pasado un año, son arrojados al osario ubicado en la parte central del dhakma donde, con la ayuda de la cal, se desintegran gradualmente. El material restante, luego de pasar por varios filtros de carbón y arena, es arrastrado hasta el mar por las canalizaciones de agua.
Es por esta razón que los parsis necesitan que los buitres vivan… simplemente para poder morir según sus ritos.
El problema de los buitres en la India, ha llevado a las comunidades parsis a considerar seriamente la posibilidad de llevar a cabo planes de reproducción asistida de estos animales con el fin de poder continuar con sus ritos funerarios. Otros piensan en modificar el rito funerario tradicional, incorporando concentradores solares para acelerar el proceso de descomposición de los cuerpos, pero esta solución no está aceptada por la mayoría.
Un costoso problema sanitario
La desaparición de los buitres no sólo hizo que se modificaran milenarios ritos religiosos. Al haber muchos menos buitres, la carroña de los cadáveres del ganado o animales domésticos no consumida por los buitres, permitió que aumentaran los perros asilvestrados que, como consecuencia de la falta de controles veterinarios y campañas de vacunación, se transformaron en una seria amenaza la transmisión de rabia, por sus ataques a personas.
Un estudio que centrado en los costos sociales generados por el declive de la población de buitres, hallo que, en promedio, las muertes humanas por todas las causas aumentaron más de un 4 % en los distritos de la India donde los buitres habitan, después de que estas aves estuvieran a punto de extinguirse. El daño económico de la desaparición del los buitres es, por todo concepto, de 69.400 millones de dólares al año.
Referencias de la noticia
Oaks, J., Gilbert, M., Virani, M. et al. Diclofenac residues as the cause of vulture population decline in Pakistan. Nature 427, 630–633 (2004).
Frank, Eyal and Sudarshan, Anant, The Social Costs of Keystone Species Collapse: Evidence from the Decline of Vultures in India (January 5, 2023). University of Chicago, Becker Friedman Institute for Economics Working Paper No. 2022-165.