Científicos del mundo se unen en una misión épica: recolectar ADN de cientos de lagos el mismo día
Este ambicioso proyecto de ADN ambiental promete capturar una instantánea sin precedentes de la biodiversidad a nivel mundial y descubrir qué hay en las profundidades de más de 800 lagos.
El ADN ambiental, o eDNA, se ha convertido en la herramienta preferida para rastrear la presencia de especies en distintos entornos. Desde grandes cuerpos de agua hasta la superficie del suelo, e incluso en los núcleos de hielo y en los filtros de aire, este rastro genético deja su huella y da pistas sobre la presencia oculta de vida.
Kristy Deiner, una científica ambiental pionera en el Instituto Federal Suizo de Tecnología, lidera este proyecto monumental. Para ella, el eDNA marca un cambio de paradigma en la forma en que comprendemos y monitoreamos la biodiversidad. Con el plus de ser una técnica económica, sencilla y no invasiva.
Las solicitudes se enviaron a todos lados, desde los confines más remotos del mundo hasta los grandes centros urbanos, y la respuesta fue más que satisfactoria: 600 personas de 101 países ya se han comprometido a recolectar muestras de ADN de sus lagos locales, enviándolas a Zurich para su análisis.Y esperan incorporar más participantes.
Una vez asignado un lago, los voluntarios recibirán instrucciones y un filtro de muestreo de agua. Todos intentarán recolectar sus muestras el mismo día. ¿Cuándo? El 22 de mayo, que es el Día Internacional de la Diversidad Biológica.
¿Qué es el eDNA?
El ADN ambiental, también conocido como eDNA (por sus siglas en inglés, environmental DNA), es el material genético que se encuentra en el medio ambiente, es decir, fuera del cuerpo de los organismos. Se libera a través de excreciones, células muertas o fluidos corporales, y puede ser detectado en muestras de agua, suelo, aire, nieve e incluso sedimentos.
Tiene una amplia gama de aplicaciones en diversas áreas, incluyendo:
- Monitoreo de la biodiversidad: permite identificar y cuantificar las especies presentes en un ecosistema, incluso aquellas que son difíciles de observar o detectar por métodos tradicionales. Esto ayuda a evaluar la salud y la composición de la biodiversidad en un área determinada.
- Detección de especies invasoras o en peligro de extinción: puede ser una herramienta poderosa para la detección temprana de especies invasoras o en peligro de extinción, lo que facilita la implementación de medidas de control o protección.
- Seguimiento de la salud de los ecosistemas: proporciona información sobre la calidad del agua, la presencia de patógenos o la contaminación, lo que ayuda a evaluar la salud general de un ecosistema.
- Investigación científica: se utiliza en diversas investigaciones, como el estudio de la evolución de las especies, la dinámica de las poblaciones y la ecología microbiana.
- Aplicaciones forenses: puede ser utilizado en investigaciones forenses para identificar a las víctimas o a los autores de un delito.
Esta técnica, con sus falencias y virtudes, está en auge y ya se implementa en varias actividades. Por ejemplo, en la ciudad de Nueva York, se está utilizando el eDNA para detectar la presencia de tiburones toro en las aguas del puerto. En el Parque Nacional de Yellowstone, para monitorizar las poblaciones de lobos grises. En el Amazonas, se usa para estudiar la diversidad de peces, y en Australia para detectar la presencia de la rana venenosa de caña.
Pero esto no es todo. Gracias a esta técnica se han descubierto varias especies consideradas extintas.
Por ejemplo, en 2023 se confirmó el redescubrimiento del topo dorado de Winton: un pequeño mamífero de Sudáfrica que no se había visto desde 1936. Similar sucedió con la rana australiana de Rabbs que se consideraba extinta desde 1985 y en 2014 se detectó su ADN en una muestra de agua.
Además de estas especies, otras investigaciones encontraron ADN de animales que son muy raros y poco estudiados, lo que ha permitido ampliar el conocimiento sobre la distribución de esas especies y su estado de conservación.
Es importante destacar que la detección de ADN ambiental no siempre significa que una especie esté viva. El ADN puede persistir en el entorno durante un tiempo después de la muerte de un organismo. Por lo tanto, es necesario realizar estudios adicionales para confirmar la presencia antes de declararla redescubierta.
Este proyecto no solo es una hazaña científica sin precedentes, sino también una muestra del poder de la colaboración global y la pasión por comprender y proteger nuestro precioso ecosistema. ¡Y quién sabe qué descubrimientos asombrosos nos aguardan en las profundidades de este enorme mundo acuático! Seguramente lo sabremos después del 22 de mayo.
Referencia de la noticia:
“Why citizen scientists are gathering DNA from hundreds of lakes — on the same day”, Nature