Cómo el calentamiento global puede producir mayores tormentas de nieve
El razonamiento lineal indica que a mayor temperatura global, menos nieve. Pero en algunas regiones, es justo lo opuesto. En la nota te contamos cómo el calentamiento global está produciendo mayores tormentas de nieve.
Un informe publicado por The Conversation, y reeditado por Scientific American indica que la mayoría de las nevadas más intensas en el noreste de Estados Unidos en más de un siglo de registros fiables se han producido desde 1990. La primera pregunta que surge es por qué está ocurriendo esto si el planeta se está calentando. Y aunque la respuesta parezca contra intuitiva, es justamente el calentamiento global el que está haciendo posibles más nevadas extremas.
Michael A. Rawlins, científico del clima, ha ido detrás de las leyes físicas que explican la dinámica atmosférica y permiten explicar que está realmente ocurriendo. Una de las primeras acotaciones, desde la ignorancia, de quienes niegan el proceso de calentamiento global, es plantear que estas nevadas intensas niegan su existencia. Claro que esa respuesta es totalmente sin sentido.
Primero hay que comprender que el aire más caliente tiene capacidad de retener más humedad que el aire frío. El aire retiene un 7% más de vapor de agua por cada grado centígrado adicional de temperatura. La ley física que explica esta relación se conoce como relación Clausius-Clapyron.
A más temperatura, mayor humedad en el aire
Este aumento de la humedad atmosférica posible debido a una mayor temperatura global contribuye a intensificar el ciclo del agua. El noreste y el Atlántico medio en Estados Unidos se han vuelto más húmedos, no sólo en invierno, sino también en primavera, verano y otoño. Con dominio atlántico, además de una mayor precipitación total a lo largo de una estación y de un año, la humedad adicional también alimenta acontecimientos extremos, como huracanes más intensos y lluvias torrenciales.
El informe indica que en las últimas décadas, el noreste ha experimentado un aumento de más del 50% en las precipitaciones más intensas, siendo el mayor incremento de todas las regiones de Estados Unidos. Y aquí viene parte de la explicación: a principios del siglo XX el invierno en el noreste de Estados Unidos tenía temperaturas promedios en el entorno de los -5 °C. Ahora, y tomando la serie 1991 - 2020, la media es de unos -3 °C, aunque algunos años ha sido de -1 °C.
Si analizamos esos valores, son todos negativos en un rango donde se produce nieve, pero aún así son cada vez más altos. Las regiones del mundo que son lo suficientemente frías para la nieve se han calentado como para recibir la visita de tormentas capaces de retener y dejar caer más humedad. En lugar de intensos aguaceros, la región recibe fuertes nevadas porque hay más humedad disponible al ser más alta la temperatura.
El calentamiento global y las corrientes marinas
En enero de 2022, una histórica ventisca acumuló más de 60 centímetros de nieve sobre la ciudad de Boston. Ese evento fue impulsado por las aguas del océano Atlántico, que estaban más cálidas de lo normal, algo que este año ha permitido que un par de huracanes y disrupciones tropicales viajen tan al norte como latitudes cercanas a Groenlandia. Con el mar más caliente, el aire que logra moverse sobre él tiene mucho más energía para captar.
Este tipo de fenómenos es parte de un patrón consistente con el aumento de las temperaturas globales. Lo cierto es que los océanos han estado absorbiendo más del 90% del calor adicional atribuible al aumento de los gases de efecto invernadero en la atmósfera debido a las actividades humanas, especialmente la quema de combustibles fósiles. Ahora contienen ahora más energía térmica que en cualquier otro momento desde que comenzaron las mediciones hace seis décadas.
Hoy en día muchos científicos están analizando si el calentamiento global puede estar provocando una ralentización de la cinta transportadora de corrientes oceánicas que transportan el agua por todo el planeta. Las imágenes de satélite y las mediciones oceánicas muestran que las aguas más cálidas se han "amontonado" a lo largo de la costa oriental de Estados Unidos. La humedad evaporada del agua del océano proporciona gran parte de la energía de los ciclones tropicales y extratropicales de latitudes medias, conocidos comúnmente como nor'easters en el noreste de ese país porque el viento dominante cuando se desarrollan es del noreste.