¿Cómo fue posible emitir el primer aviso de tornado en la década de 1940?
En la década de 1940 se emitió el primer aviso de tornado, pero ¿cómo fue posible sin la tecnología de supercomputadoras que hoy tienen los meteorólogos?
El 20 de marzo de 1948, un tornado destructivo azotó la base aérea de Tinker, situada al sureste de Oklahoma City. En aquel momento, los daños producidos por el tornado fueron los peores de la historia del estado y causaron varias víctimas mortales. Las imágenes de la base tras el tornado mostraban aviones dañados, incluidos algunos que fueron lanzados por el aeródromo como juguetes.
Las alertas de tornado emitidas por el Servicio Meteorológico a nivel nacional no existían en aquel momento. Según un registro de catástrofes elaborado por la NOAA, la catástrofe del 20 de marzo se definió como "un acto de Dios" y el suceso no era previsible dada la magnitud del sistema.
Los meteorólogos de finales de la década de 1940 no disponían de los supercomputadoras, datos por satélite ni capacidades avanzadas de radar que suelen utilizarse hoy en día cuando se producen situaciones meteorológicas de gran impacto. En el pasado, los meteorólogos se basaban principalmente en mapas del tiempo dibujados a mano, datos procedentes de globos meteorológicos y un sistema de radar, que originalmente estaba pensado para su uso en los bombardeos de las Fuerzas Aéreas.
El tornado sirvió de impulso para el avance del pronóstico del tiempo
Después del daño masivo causado por el paso del tornado, dos miembros de la Fuerza Aérea que sobrevivieron al evento, usaron su experiencia y conocimiento sobre el clima para transformar la predicción del tiempo severo y sus impactos. Se instruyó a los miembros para investigar la viabilidad de emitir advertencias de tormentas que podrían generar un tornado. Los hombres encargados de desarrollar el primer pronóstico de tornado fueron el Capitán de la Fuerza Aérea Robert C. Miller y el Mayor Ernest J. Fawbush.
Según la NOAA, tendrían que tener en cuenta los datos del aire a nivel de superficie y a gran altitud, y luego determinar la "existencia de estos parámetros o la probabilidad de su desarrollo". A partir de ahí, usaron estos parámetros para resaltar un área específica, mientras le daban a la gente el tiempo de espera necesario para buscar seguridad.
El día después de que el tornado pasara por la base de la Fuerza Aérea, las dos personas se pusieron a trabajar analizando tornados pasados, así como datos meteorológicos, con el objetivo de identificar patrones climáticos que precedieron a eventos pasados. Finalmente, diagnosticaron un patrón sinóptico que parecía extrañamente familiar.
¿Cuáles son los ingredientes atmosféricos para la formación de un tornado catastrófico?
Los datos meteorológicos mostraron un gran parecido con las condiciones cinco días antes del devastador tornado. Era claro para los meteorólogos que los patrones sinópticos para otro evento extremo estaban tomando forma, con las tormentas que se acercaban capaces de producir tornados en Oklahoma.
Las dos personas presentaron la información a Borum más temprano ese día y compartieron la sorprendente revelación de que las tormentas productoras de tornados podrían volver a golpear la base.
Hasta ese momento, nunca antes se había publicado un pronóstico tan crucial, pero los meteorólogos estaban preocupados por un pronóstico inexacto, o incluso por un pronóstico fallido, cuando no resultara como se esperaba.
El pronóstico se escribió a máquina y se distribuyó justo antes de las 3:00 p. m., hora local, de ese día. Advirtió del paso de peligrosas tormentas por la base alrededor de las 6 de la tarde. Era hora de esperar y ver cómo se comportaría el tiempo. Siguiendo el pronóstico, se tomaron recaudos.
A partir de esto, además de que Miller y Fawbush desarrollaron una forma de rastrear y advertir sobre tornados, el plan de mitigación de tiempo severo establecido alrededor de la base fue crucial para evitar daños mayores.
Poco después, un boletín de noticias confirmó que un tornado dañino había golpeado el aeródromo. Si bien hubo impactos considerables que causaron $6 millones en daños en ese momento (alrededor de $71,8 millones en dólares de 2022, según la Oficina de Estadísticas Laborales de EE.UU.), gracias al pronóstico del tornado y al plan de seguridad, fue menos extenso que el evento del 20 de marzo, que tuvo perdidas por alrededor de $ 10 millones (aproximadamente $ 119 millones en la actualidad). Y no se perdieron vidas.
La meteorología operativa había cambiado para mejor. Varios años después de esa predicción trascendental, la Oficina Meteorológica de EE.UU., ahora el Servicio Meteorológico Nacional, emitiría su primer "boletín" público sobre tornados, un precursor de las alertas y advertencias actuales que ayudan a proteger vidas y propiedades en todo Estados Unidos.