¿Cómo sobrevivieron las plantas a la mayor extinción masiva en la Tierra? Estos fósiles nos dan nuevas pistas

Un equipo internacional de investigadores analizó fósiles de plantas y rocas de la cuenca de Sídney, en Australia. Lo que encontraron es una historia de resiliencia, recuperación y, sobre todo, de adaptación.

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Cinetíficos lograron recostruir cómo sobrevivieron las platas a las extinciones masivas.

Si tuviéramos que describir cómo sería el fin del mundo, seguramente se parecería mucho a los últimos años del Pérmico, al final de la Era Paleozoica. Hace 250 millones de años, la Tierra atravesó su peor extinción masiva cuando el clima cambió de repente, las temperaturas se dispararon y el panorama fue desolador: más del 80 % de las especies oceánicas desaparecieron y la vida terrestre quedó al borde del colapso.

La investigación, publicada en el Boletín GSA y realizada por University College Cork (Irlanda), la Universidad de Connecticut (EE. UU.) y el Museo de Historia Natural de Viena (Austria), analizó fósiles de la cuenca de Sídney, en el este de Australia, para reconstruir la historia de los ecosistemas tras la gran catástrofe.

Pero, sorprendentemente, algunas plantas lograron resistir a este apocalipsis y marcaron el camino hacia la recuperación de los ecosistemas. Pero, ¿cómo lo hicieron? Un equipo de científicos encontró algunas respuestas en las rocas de Australia, y lo que descubrieron no solo es fascinante, sino que también podría darnos pistas sobre cómo afrontar el cambio climático actual.

Las coníferas fueron las primeras en levantarse

Tras la catástrofe del Pérmico Final, las coníferas, parientes lejanas de los pinos modernos, fueron las primeras en colonizar las tierras devastadas. Estas plantas resistentes lograron establecerse en un mundo completamente inhóspito, pero su reinado no duró mucho. Un nuevo golpe climático, conocido como el «Máximo Térmico Smithiano Tardío», elevó las temperaturas a niveles aún más extremos, provocando el colapso de estas coníferas.

“Fue como si la Tierra decidiera subir el nivel de dificultad”, bromea el Dr. Chris Mays, líder del Grupo de Extinción Masiva del University College Cork. “Las coníferas, que habían logrado sobrevivir al primer golpe, no pudieron resistir el segundo”.

Luego, con las coníferas fuera de escena, plantas más pequeñas y resistentes, similares a los licopodios modernos, tomaron el control. Estas plantas arbustivas, mayormente rastreras, de hojas pequeñas y sin flores, estaban mejor adaptadas que los árboles a las condiciones extremas de temperatura y lograron dominar el paisaje durante unos 700.000 años. Así fue que, durante siglos, los bosques verdes y exuberantes quedaron en el olvido.

El renacimiento de los bosques

No fue hasta que las temperaturas comenzaron a bajar, durante el «Evento Smithiano-Espático», que las plantas más grandes y complejas, como los helechos con semillas (Dicroidium), pudieron florecer y ganar espacio. Estas plantas, que aumentaron su tamaño con el tiempo y que hoy están extintas, fueron las responsables de reconstruir los bosques del Mesozoico, la era de los dinosaurios.

“Los helechos con semillas son como los arquitectos olvidados de los bosques prehistóricos”, explica Marcos Amores, estudiante de doctorado y autor principal del estudio. “Aunque no son tan conocidos como los dinosaurios, su papel fue crucial para restablecer los ecosistemas terrestres”.

Aunque los bosques del Mesozoico eventualmente se parecieron a los que existían antes de la extinción, las especies que los componían eran completamente diferentes

Pero, como destaca el Dr. Chris Mays, líder del Grupo de Extinción Masiva del University College Cork, la palabra "recuperación" puede ser engañosa. “Los bosques se recuperan con el tiempo, pero la extinción es para siempre”, señala. Es decir, aunque los ecosistemas volvieron a florecer, las especies que surgieron eran completamente diferentes a las que existían antes del colapso del Pérmico final.

Lecciones para el presente (y el futuro)

¿Qué tiene que ver todo esto con nosotros? Mucho, en realidad. Al estudiar cómo las plantas antiguas resistieron y se adaptaron a los cambios climáticos extremos, los científicos esperan obtener insights valiosos para afrontar la crisis climática actual.

“Las plantas son la columna vertebral de los ecosistemas terrestres”, destaca Amores. “No solo son la base de las cadenas tróficas, sino que también actúan como sumideros naturales de carbono, ayudando a estabilizar el clima. Alterar estos sistemas puede tener consecuencias que perduren cientos de miles de años”.

En otras palabras, proteger los ecosistemas actuales no es solo una cuestión de conservación, sino de supervivencia, ya que las plantas tienen un papel fundamental para mantener el equilibrio de la vida en la Tierra.