¡En Nueva Delhi se paga por respirar! De la crisis a la oportunidad
Las crisis crean a menudo oportunidades, incluidas las medioambientales. Los problemas de contaminación han generado una industria tecnológica con ideas que, a veces, superan a la ficción. Te contamos algunos de estos inventos.
Bangladesh, Pakistán e India encabezan el ranking de países más contaminados del mundo según el Informe Mundial de la Calidad del Aire de 2018 de IQAir. Dentro de ellos, destaca Nueva Delhi como la capital más contaminada y es que, según la Organización Mundial de la Salud, sus niveles de contaminación son hasta 20 veces superiores a los recomendables. Y como suele pasar en muchas ocasiones, la necesidad agudiza el ingenio.
Este mismo mes de noviembre Nueva Delhi volvía a saltar a los medios de comunicación por los altos niveles de contaminación propiciados por la quema de rastrojos en el campo. No olvidemos que en esta zona del planeta viven más de 40 millones de personas. Por ello, el gobierno indio decidió tomar medidas como desviar vuelos o advertir a la población para que limitara las actividades al aire libre. Pero las iniciativas privadas a este problema de salud van mucho más allá.
Desde hace ya unos meses se han puesto de moda en esta ciudad bares destinados a respirar aire puro. Lejos quedó ya el disfrutar únicamente de la comida, la bebida o la compañía, ahora también se puede pagar por respirar aire limpio. De hecho, el coste de este “nuevo lujo” ronda en algunos locales los 3,5 euros por quince minutos de aire fresco. Es 15 veces más caro que beber agua. Más que como un bar en el que poder escapar de la contaminación, esta idea se entiende como un spa para los pulmones.
Tecnología antipolución
Las crisis generan en muchas ocasiones oportunidades, incluidas las medioambientales y es que este grave problema de salud ha generado toda una industria a su alrededor. Los bares de India son solo un ejemplo, pero existen otras soluciones que han ido surgiendo en los últimos años para paliar sus efectos. La cosmética es una de ellas, ya que la contaminación es uno de los factores principales que influyen en el envejecimiento cutáneo. Las partículas de contaminación se filtran en las capas de la epidermis inflamándola o provocando daños en el colágeno. Esto genera deshidratación y debilidad en nuestra piel, lo que la lleva a un envejecimiento prematuro que puede verse reflejado a través de manchas y/o arrugas.
Nuestro cabello es otro de los perjudicados por la contaminación, ya que provocan en él una regeneración cada vez más lenta. Por ello, la industria cosmética utiliza antioxidantes como principales activos de sus productos, aunque la no exposición siempre que sea posible y una alimentación adecuada pasan por los mejores aliados en este sentido.
Otras tecnologías pasan por sistemas mucho más sofisticados. También en India, se ha elaborado tinta para murales a partir del carbono emitido por los vehículos. En Krommenie, Holanda, existen ciclovías que producen energía con el paso de los vehículos. Ya se están fabricando coches solares que cubren su carrocería con placas fotovoltaicas para generar una autonomía de hasta 30 km. Algunos autobuses londinenses cuentan con purificadores de aire. En Tudela, Navarra, han creado losas de hormigón ecológico que se han instalado en muchas ciudades españolas y que funcionan con un sistema parecido a la fotosíntesis para combatir la contaminación.
Incluso hasta la ropa llega la tecnología anticontaminación. Hay pañuelos o bufandas capaces de filtrar las partículas contaminantes, así como virus y bacterias, mediante filtros. Y si estamos más concienciados aún con este problema de salud y queremos conocer los niveles de contaminación en nuestro entorno, existen también sensores y aplicaciones móviles que podemos utilizar a diario.