Contaminación electromagnética: ¿qué es y cómo nos afecta?
El 24 de junio se conmemora el 'Día Internacional contra la Contaminación Electromagnética'. ¿De dónde proviene este tipo de contaminación? ¿Presenta algún riesgo para la salud?
Se tomó esta fecha del calendario, 24 de junio, para tener la oportunidad concreta de informar y concientizar a la población sobre los riesgos de un tipo de contaminación invisible, pero que puede tener consecuencias en la salud de las personas, al menos en un área determinado: la contaminación electromagnética.
Las ondas electromagnéticas existen desde el comienzo del universo, y la luz es su forma más conocida. Los seres humanos hemos estado expuestos a influencias electromagnéticas desde que existimos: la luz del Sol, los rayos cósmicos y otros, pero todas estas son radiaciones naturales que están en contacto con nosotros casi constantemente.
Sin embargo, nunca antes en la historia de la humanidad el fenómeno de exposición a la radiación electromagnética ha sido tan masivo y de tanta duración, porque las fuentes de emisión creadas por el ser humano, como: líneas eléctricas, celulares, antenas de telefonía, antenas de WiMAX, WiFI, entre otros artefactos se multiplican.
Tipos de radiación electromagnética
Estas radiaciones pueden ser divididas en tres grupos principales :
La radiación electromagnética indirectamente ionizante: es peligrosa porque puede inducir cambios moleculares debido a la gran cantidad de energía oculta en las ondas de alta frecuencia (rayos UV, X y gamma).
El rango visible: que pueden percibir los ojos humanos, se corresponde con los colores y es inofensivo.
La radiación no ionizante: este rango de frecuencias produce efectos térmicos e incluye a los infrarrojos (IR), microondas y radiofrecuencias (RF), los efectos nocivos de este tipo de radiación están sujetos a una amplia discusión y una extensa investigación. Existen numerosos análisis y debates sobre la sospecha, de efectos perjudiciales para la salud, únicamente, de los campos electromagnéticos creados por el ser humano.
¿Qué es la contaminación electromagnética?
Es la presunta existencia de una exposición excesiva a las radiaciones de espectro electromagnético (o campos electromagnéticos), generados por equipos electrónicos u otros elementos producto de la actividad humana, como torres de alta tensión y transformadores, antenas de telefonía móvil, determinados electrodomésticos, etc.
Con el desarrollo de nuestra tecnología, esta radiación se encuentra casi en todos lados: alrededor de las líneas de energía, herramientas de electricidad, electrodomésticos, y se extiende a varios centímetros, incluso a metros de su ubicación.
Esta contaminación se presenta de una manera invisible y los especialistas analizan y debaten aún sobre los posibles riesgos que tiene para la salud humana.
Tres peligros de la contaminacion electromagnética
- Riesgos eléctricos capaces de inducir una corriente eléctrica que pueden dañar personas o animales, sobrecargar o dañar aparatos eléctricos. Por ejemplo, las tormentas geomagnéticas como la de 1994, que inducen corrientes eléctricas en el campo magnético de la Tierra, emergen dos satélites de comunicación.
- Riesgos de incendios , en el caso de que una fuente de muy alta radiación electromagnética produzca una corriente eléctrica intensa y genere una chispa, es capaz de generar incendios en ambientes con combustible disponible. Por ejemplo, torres de alta tensión dentro de bosques secos, pueden generar incendios forestales.
- Riesgos biológicos por el efecto térmico, que pueden causar algunos campos electromagnéticos a intensidades muy elevadas. Por ejemplo, una antena que transmite una alta potencia puede generar quemaduras en las personas muy cercanas a esta.
Contaminación electromagnética y salud: se sigue investigando
Ante la inquietud de especialistas, y de la sociedad en general, sobre los efectos a largo plazo que podrían tener en la salud la exposición de nuestro cuerpo a señales continuas de radiofrecuencia (RF), los trabajos de investigación se multiplican.
Existen más de 1,4 millones de estaciones de base en todo el mundo que emiten señales de radiofrecuencia (RF), y la cifra está aumentando de forma considerable con la aparición de las tecnologías de tercera generación.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), señala que los efectos solo se refieren al aumento de la temperatura corporal, por la exposición a una intensidad de campo MUY elevada, que solo se producen en determinadas instalaciones industriales.
La potencia de los campos de RF alcanza su grado máximo en el origen y disminuye de manera radial y rápidamente con la distancia. Algunos estudios poblacionales y epidemiológicos correlacionan significativamente la radiación electromagnética no ionizante con daños a la salud humana.
Por ejemplo, Horst Eger, et al, señalan que la probabilidad de cáncer aumenta tres veces en la población que vive dentro de una radio de 400 metros de una antena de telefonía móvil, en comparación con la población que vive fuera de esa radio.
Otro estudio, de Ferdinand Ruzicka, señala que el promedio de vida disminuye en 10 años en los habitantes que viven cerca de una antena emisora de contaminación electromagnética, si se comparan con los que viven lejos de una. Otro estudio realizado por la Universidad de Berna llegó a la conclusión de que las torres de alta tensión en las inmediaciones de las viviendas elevan el riesgo de contraer Alzheimer.
Por otro lado, una serie de estudios recientes concluyen en que la RF de las estaciones de base y tecnologías inalámbricas en lugares de acceso público resultan millas de veces inferiores a los límites establecidos por las normas internacionales. Además, señalarán que los niveles de exposición a RF de las estaciones de base y las redes inalámbricas son tan bajos que los aumentos de temperatura son insignificantes y no reducen la salud de las personas.
Cambios en la legislación
Con el auge de la telefonía celular, no sólo la preocupación es debido a los efectos que podrían tener en el cerebro de los usuarios, sino también con respecto a que cada vez se necesita una mayor cantidad de antenas transmisoras en todo el mundo. Preocupa la amplitud de los campos electromagnéticos próximos a los transmisores.
Importantes estudios académicos llevan tiempo analizando si la exposición excesiva de RF creada por el ser humano, podría provocar una perturbación en la salud de los seres vivos. Dejando al margen las cuestiones de polémica social, lo cierto es que hasta la fecha no se ha probado científicamente la existencia de efectos opuestos, pero sí existen medidas de seguridad que respetar.
La Comisión Internacional de Protección contra las Radiaciones No Ionizantes (ICNIRP, 1998) y el Instituto de Ingenieros Electricistas y Electrónicos (IEEE, 2005) han elaborado directrices internacionales sobre los límites de para ofrecer protección contra los efectos reconocidos de los campos de RF.
En Alemania, el Wissenschafts Zentrum Umwelt (Centro de Ciencias para el Medio Ambiente) ha desarrollado un sistema de medición para que la intensidad de estos campos sea medida con profesionalidad, un registro a largo plazo de campos electromagnéticos de alta frecuencia para observar las variaciones de este tipo de emisiones de los transmisores de radio.
En 1974 la Unión Soviética fue la primera en aprobar una ley que establece que las líneas de tensión que generan campos superiores a los 25 kV/m deben estar ubicados a no menos de 110 metros de la edificación más cercana.
En 1990, una investigación realizada por la Asociación Internacional de Protección Radiológica (IRPA) y la ICNIRP , en los campos eléctricos de 10 a 30 kV/m, la intensidad del campo (kV/m) por hora, no debería exceder los 80 por jornada laboral completa. El cuerpo expuesto a campos magnéticos por hasta 2 horas por día no tendrá que exceder los 50 Gauss.
En Estados Unidos no existe una legislación federal de salud para el caso de los CEM de 60 Hz. Sólo seis estados han establecido estándares en los campos eléctricos de las líneas de transmisión.
La WHO ha emitido informes que descartan que la radiación electromagnética afecte en forma alguna a la salud. Sin embargo, dado el creciente uso de teléfonos celulares, y con ello, la posibilidad de una exposición más prolongada a lo largo de la vida a la contaminación electromagnética, la WHO ha impulsado para que se profundicen las investigaciones.
Recomendaciones para reducir la contaminación electromagnética
Aunque las investigaciones hasta ahora indican que no hay indicios de que los campos electromagnéticos, por debajo de los niveles especificados por los organismos internacionales, supongan un mayor riesgo para la salud, te presentamos algunas recomendaciones para reducir la contaminación electromagnética.
Compruebe que la instalación eléctrica de su hogar no emite mas radiaciones de lo estrictamente necesario, y que las tomas de tierra funcionan correctamente. Apagar completamente los aparatos eléctricos cuando no estén en uso, impidiendo el modo 'stand by'. Mientras descansamos, evite dejar el celular muy cerca, o ponerlo en 'modo avión'. Uso moderado de los artefactos inalámbricos, como por ejemplo los auriculares. Evitar instalar electrodomésticos como microondas, lavarropas, televisores, etc. cerca de las habitaciones. Idealmente, reduzca el uso del celular cerca de los bebés y los niños.