Crecimiento espacial: los astronautas aumentan su estatura en el espacio y ésta es la razón

La microgravedad tiene efectos impensados en el cuerpo humano, entre ellos, el aumento de estatura. Por qué sucede esto y por qué no siempre es una buena noticia.

Espacio, astronáutas
Las condiciones en el espacio afectan el cuerpo humano de múltiples formas.

El 8 de enero de 2016, el astronauta japonés Norishige Kanai, anunció que, al volver de su estadía en la Estación Espacial Internacional, había crecido 2 centímetros.

No es un caso aislado. Antes y después que él, otros astronautas han reportado un aumento de estatura durante su tiempo en el espacio.

Para los que son amigos de la física o la medicina, quizá esto no es sorpresa. Las condiciones de microgravedad e ingravidez impactan en el cuerpo humano de muy diversas formas, y algunas no son tan buenas.

La microgravedad es un ambiente en el que los efectos de la gravedad están reducidos. No se elimina la fuerza de la gravedad completamente, como sí sucede en condiciones de “ingravidez” o “gravedad cero”.

Bajo los efectos de la fuerza de gravedad y la presión en la Tierra, la columna vertebral mantiene su estructura compacta. La columna está compuesta por 26 huesos que dan soporte y protección al tronco y a la médula espinal, que corre a través de su cavidad central.

Entre cada vértebra hay un disco intervertebral, lleno de una sustancia gelatinosa, llamada núcleo pulposo, que aporta amortiguación a la columna espinal.

columna vertebral
En la Tierra, la columna vertebral se mantiene compacta.

Los discos intervertebrales permiten la flexibilidad de la columna y actúan como amortiguadores durante las actividades diarias, como caminar, correr y saltar.

Pero en el espacio las condiciones cambian. La microgravedad hace que los discos se dilaten y aumente la distancia entre las vértebras. En consecuencia, toda la columna se expande y la estatura de la persona aumenta entre 2 y 5 centímetros. ¿Es una buena noticia? No necesariamente.

Los contras de vivir en el espacio

Por la dilatación de los discos, la curvatura natural de la columna se aplana, y esto puede resultar muy doloroso. Para empeorar el cuadro, los músculos, que son fundamentales para contener toda la estructura ósea, también se debilitan por la microgravedad.

Desde 1980 muchos astronautas vienen reportando dolores severos de columna cuando retornan a la Tierra, según reveló un estudio de 2016.

Pero además de doloroso, el alargamiento no es definitivo. Cuando los astronautas retornan a las condiciones de la Tierra, la columna vuelve a adquirir su forma previa, y la altura vuelve a la normalidad.

astronauta
La microgravedad afecta varios de los sistemas del cuerpo humano.

Estar en el espacio sin gravedad, o microgravedad, tiene otros efectos físicos. Uno de los cambios más notables es la pérdida de masa muscular. En la Tierra, la gravedad actúa constantemente contra los músculos, especialmente los de las piernas y la espalda, que están encargados de mantenernos erguidos y en movimiento.

En el espacio, la falta de gravedad reduce la necesidad de estos músculos para soportar el peso del cuerpo, lo que provoca atrofia muscular. Los astronautas deben seguir rutinas estrictas de ejercicios para contrarrestar esta pérdida y mantener su fuerza y funcionalidad muscular.

Otro efecto importante es la pérdida ósea. La gravedad en la Tierra ayuda a mantener la densidad ósea al exigir que los huesos soporten el peso del cuerpo y las fuerzas de impacto. En el espacio, la ausencia de peso reduce la carga en los huesos, lo que lleva a una disminución en la densidad ósea, un fenómeno conocido como osteoporosis espacial.

Los astronautas pueden perder hasta un 1 % de su densidad ósea por mes mientras están en el espacio, lo que aumenta el riesgo de fracturas y problemas óseos al regresar a la Tierra.

Por último, el sistema cardiovascular también se ve afectado. En el espacio, el corazón no tiene que trabajar tan duro para bombear sangre contra la gravedad, lo que puede resultar en una disminución del tamaño y la eficiencia del corazón.

También se ha observado que los astronautas pueden experimentar problemas ortostáticos, como mareos y desmayos, al regresar a la Tierra, ya que su sistema cardiovascular debe adaptarse nuevamente a las demandas de la gravedad terrestre.

El flujo sanguíneo en la parte superior del cuerpo también puede aumentar, causando hinchazón en la cara y congestión nasal durante la estadía en el espacio.


Referencia de la noticia:

Chang, Douglas; et al. "Lumbar Spine Paraspinal Muscle and Intervertebral Disc Height Changes in Astronauts After Long-Duration Spaceflight on the International Space Station. SPINE 41(24):p 1917-1924, December 15, 2016.