¿Cuánto es lo más alto que una montaña podría crecer en la Tierra?
Nuestras montañas más altas en el planeta quedan muy chiquitas si se las compara con los 25 km del Monte Olimpo en Marte. ¿Qué procesos favorecen e inhiben el crecimiento de las grandes cordilleras en la Tierra?
Las cordilleras montañosas más altas del planeta se forman cuando partes de la corteza terrestre chocan entre sí, en un proceso denominado tectónica de placas, y se elevan.
El Himalaya, en Asia, se formó a partir de una colisión masiva como esta que comenzó hace unos 55 millones de años. Hoy en día, 30 de las montañas más altas del mundo están en la cordillera del Himalaya, y su figura estelar es el Monte Everest, que con sus 8.850 metros es el punto más alto del planeta.
De todas maneras, la montaña más alta, medida desde la base a la cima, es el Mauna Kea, un volcán inactivo en la isla de Hawái, en el océano Pacífico. El Mauna Kea, medido desde su base, tiene 10.203 metros de altura, aunque solo se eleva a 4.205 metros sobre el nivel del mar.
Pero, ¿cuán alto puede llegar una montaña en la Tierra?
Inevitablemente, al hablar de los picos más altos del planeta y en una situación dinámica en constante cambio, surge la pregunta de cuánto es lo más alto que una montaña podría crecer en la Tierra, y qué procesos pueden ayudar a este crecimiento o, por el contrario, inhibirlo.
En teoría, una montaña podría ser "bastante más alta que el Everest", indicó a wordsSideKick.com el geofísico de la Universidad de Oregón Gene Humphreys. Pero primero tendría que superar algunos desafíos que enfrentan muchas montañas a medida que crecen. Por ejemplo, debido a la atracción gravitacional de la Tierra, cualquier montón de roca que se convierta en una montaña comenzará a encorvarse, "al igual que una bola de masa de pan se aplanará lentamente cuando se coloque sobre una mesa", dijo Humphreys.
Por otro lado, también hay muchas otras fuerzas naturales que ejercen presión para evitar que la montaña siga creciendo. Entre ellas, la erosión del viento o de grandes glaciares, el cual es un método muy efectivo en escalas geológicas para tallar y limar formaciones rocosas.
Los efectos de la erosión y la gravedad significan que "cuanto más grande es la montaña, mayores son las tensiones creadas por la gravedad y más fuerte la tendencia al colapso", dijo Humphreys. Y aunque el Monte Everest "posiblemente podría elevarse aún más, su lado sur empinado parece inestable", lo que podría provocar deslizamientos de tierra.
Factores que favorecerían el crecimiento de montañas
Sin embargo, hay formas en que una montaña podría crecer más que el Everest, indicó Humphreys en declaraciones recopiladas en un artículo de Live Science. Posiblemente hasta 1,6 km más alto, pero solo si las condiciones fueran las adecuadas.
Las montañas volcánicas, como las islas hawaianas, crecen a medida que entran en erupción. La lava que sale de los volcanes se enfría en capas, construyendo los volcanes más y más altos. Y finalmente, para que la montaña siguiera creciendo, necesitaría una fuente continua de magma bombeado más y más alto, lo que le permitiría entrar en erupción, fluir por las laderas de la montaña y enfriarse.
El caso del Monte Olimpo en Marte y su diferencia con las montañas más altas de la Tierra
Este proceso volcánico es exactamente cómo se formó la montaña más alta del sistema solar, el Monte Olimpo en Marte. Con una altura de 25 km, es tan alto que asoma por la parte superior de la atmósfera del Planeta Rojo, indicó a wordsSideKick.com Briony Horgan, un científico planetario de la Universidad de Purdue en Indiana.
Marte carece de una tectónica de placas tan activa como la del planeta Tierra. Al ser su superficie mayoritariamente volcánica, favoreció a que el Monte Olimpo se elevara tan alto desde un pozo muy profundo de magma incandescente que entró en erupción repetidamente. Al igual que las islas hawaianas, la lava en erupción fluiría por los lados de la montaña y se enfriaría en una nueva capa de roca.
Otro de los factores que diferencian al Monte Olimpo de grandes volcanes terrestres, como el ya mencionado Mauna Kea en Hawái, es que la lava derramada no se dispersa por toda la corteza gracias a que no hay tectónica de placas; debido a que la placa del Pacífico se mueve frecuentemente, no da tiempo a que se forme una gran ladera de volcán como fruto de todo ese magma desprendido. "En Marte, si la placa sobre la que están los volcanes no se mueven, se pueden formar estructuras volcánicas gigantescas en el transcurso de cientos de millones de años de actividad", concluyó Horgan.