¿De qué manera las olas de calor afectan la aviación?
Además de la crisis energética y los desorbitados precios del combustible, hay otras situaciones que pueden afectar a la aviación comercial actualmente.
En los últimos días ha sido noticia recurrente: grandes porciones del hemisferio norte están experimentando olas de calor sin precedentes, que en algunos casos han supuesto incluso nuevos récords de temperatura máxima. China fue el último “ejemplo” de esta situación, pero el sur de Europa, así como el suroeste de Estados Unidos, se encuentran entre las zonas más afectadas por temperaturas que han superado con creces los 40 °C.
El calor extremo, además de afectar al ser humano (salud) y sus actividades, especialmente las que se desarrollan al aire libre, también afecta a la industria aeronáutica. Las temperaturas elevadas pueden afectar la capacidad de despegue de una aeronave, especialmente las más pequeñas.
Los aviones de mayor porte, que generalmente realizan rutas internacionales o intercontinentales, tienen temperaturas operativas máximas de alrededor de 53°C. Los aviones de menor capacidad, que operan en rutas regionales (dentro de países grandes en términos de área, como Estados Unidos) tienen una temperatura máxima de operación ligeramente más baja, alrededor de 48 °C.
Calor y aviación, la ciencia lo explica
Cuando vemos una diferencia de solo 5 °C, parece relativamente insignificante, pero la ciencia ayuda a explicar las limitaciones causadas por el calor en la aviación: el aire caliente es menos denso que el aire frío, por lo que cuanto mayor sea la temperatura, más velocidad se necesita para el avión para ganar sustentación y despegar con seguridad.
Por otro lado, muchos aeropuertos y aeródromos, ubicados en zonas afectadas por olas de calor, no cuentan con pistas lo suficientemente largas como para permitir que los aviones alcancen una velocidad extra, lo que hace que los despegues sean más seguros.
Algunos especialistas en aviación afirman que el aire excesivamente caliente afecta la potencia de los motores y las características aerodinámicas de los aviones, lo que se traduce en un aumento de la distancia recorrida desde la pista y el rendimiento de ascenso. Por ello, es importante que en las zonas más afectadas por el calor, se calcule bien (y se reduzca, si es necesario) el número de pasajeros y de carga en una aeronave, para garantizar las condiciones de seguridad de la tripulación, pasajeros, aeronaves e infraestructura.
El calor extremo, que en muchos casos ronda ya los 50 °C, ha provocado la cancelación de vuelos comerciales, principalmente los que operan en rutas regionales, en Estados Unidos. Esta situación se ha presentado con cierta regularidad en los últimos 10 años, y se espera que sea cada vez más frecuente, teniendo en cuenta los efectos sobre las temperaturas que provoca el cambio climático.