Desafío astronómico: científicos chinos intentan crear la primera bandera ondeante en la Luna y desafiar la gravedad
China trabaja en un mecanismo que hará flamear su bandera en la superficie lunar, lo que será un logro científico y un símbolo de su poderío más allá de nuestro planeta.
Científicos chinos se preparan para enviar la primera bandera ondeante a la superficie lunar. El proyecto, inspirado en ideas de alumnos de primaria, forma parte de la misión Chang’e 7, cuyo lanzamiento está programado para 2026.
El entorno sin aire de la Luna impide que las banderas ondeen de forma natural, como sucede en la Tierra. Por eso, investigadores del Laboratorio de Exploración del Espacio Profundo (DSEL), con sede en Pekín y Anhui, están desarrollando un novedoso sistema basado en campos electromagnéticos.
La propuesta consiste en insertar un cable de circuito cerrado en la bandera, que permitirá que las corrientes bidireccionales positivas y negativas generen el movimiento ondulante mediante interacciones magnéticas, según explicó Zhang Tianzhu, subdirector del instituto de tecnología futura de DSEL.
A flag on the moon's #surface soon, an idea proposed by elementary school students from Changsha, Hunan Province.
— Wu Lei (@wulei2020) January 9, 2025
Chang'e-7 mission, set for launch by 2026, will carry an #educationalpayload designed to create this effect for the 1st time. （Photo：#DSEL） pic.twitter.com/YieBEajR1a
La iniciativa combina el ingenio de los más jóvenes y tecnología de última generación para ver flamear la bandera china en la luna por primera vez. La bandera ondeante representa, además, un esfuerzo por involucrar a las nuevas generaciones en la ciencia espacial.
"Los estudiantes propusieron que diseñáramos un cable de circuito cerrado en la superficie de la bandera, lo que permitiría corrientes bidireccionales. La interacción de los campos electromagnéticos haría que la bandera ondeara", detalló el experto.
Este proyecto se enmarca en el programa Chang’e de China, que ha tenido varios logros en los últimos años, como la misión Chang’e 6 en 2024, la primera en tomar muestras del lado oculto de la Luna.
La Chang’e 7 no solo llevará esta bandera especial, sino que buscará señales de agua o hielo en el polo sur lunar, una región de interés clave para futuras exploraciones.
La misión Chang’e 8, prevista para 2028, complementará estos esfuerzos con experimentos sobre la utilización de recursos lunares. Juntas, estas misiones establecerán las bases para la Estación Internacional de Investigación Lunar (ILRS), un ambicioso proyecto que China espera tener operativo para 2035. Esta estación se perfila como un centro de colaboración internacional, un laboratorio científico y un campo de entrenamiento para explorar el espacio profundo.
La controversia de la bandera lunar
El proyecto chino también revive el debate sobre las banderas en la Luna. El momento en que Neil Armstrong y Buzz Aldrin colocaron la bandera estadounidense en la superficie lunar, durante la misión Apolo 11 en julio de 1969, es un símbolo del espíritu inquebrantable de la humanidad.
Sin embargo, los detalles de este momento dieron lugar a teorías conspirativas de lo más diversas. En un entorno sin atmósfera, ¿cómo podía ondear como si estuviera expuesta al viento? Los escépticos argumentan que el movimiento aparente de la bandera es una prueba de que las misiones fueron falsificadas en un set de grabación en la Tierra.
Sin embargo, expertos y científicos han desmentido estas afirmaciones una y otra vez. Lo cierto es que en el diseño de aquella bandera, la NASA incorporó una barra horizontal en la parte superior del mástil para mantener la tela extendida. El efecto ondulante visible en las fotografías se originó en la vibración luego de colocar el mástil en el suelo lunar.
Además, la colocación de banderas en la Luna no estuvo exenta de debates éticos y políticos. Según el Tratado del Espacio Ultraterrestre de las Naciones Unidas, firmado por Estados Unidos y otras naciones en 1967, ningún país puede reclamar soberanía sobre cuerpos celestes. La bandera estadounidense, entonces, no era un símbolo de territorialidad, sino un gesto de orgullo nacional y un testimonio de los logros de la humanidad.
Sin embargo, para evitar confusiones, el Congreso de Estados Unidos prohibió a la NASA incluir banderas de otras naciones en las misiones Apolo, lo que añadió una dimensión política al evento.
Otra cuestión es el estado de las seis banderas que colocaron las misiones Apolo entre 1969 y 1972. Los científicos especulan que la exposición prolongada a la radiación solar podría haberlas desteñido hasta dejarlas completamente blancas o incluso desintegradas. Este deterioro, aunque inevitable, no disminuye su impacto histórico.
Con todo, estos debates no opacan el significado de las banderas en la Luna. Representan la culminación de años de esfuerzo humano, la audacia de aventurarse más allá de nuestro planeta y la capacidad de nuestra especie para superar desafíos aparentemente imposibles.