Descubren que el agua dulce de deshielo sobre el Atlántico Norte puede producir más olas de calor sobre Europa
Una investigación publicada este 28 de febrero logró demostrar que el deshielo de agua dulce sobre el Atlántico Norte genera mayores condiciones para el desarrollo de olas de calor sobre Europa. Esas condiciones se pueden establecer con tanta antelación como de una temporada para otra.
Científicos del National Oceanography Centre (NOC) han descubierto que el aumento del agua de deshielo en el Atlántico Norte puede desencadenar una cadena de acontecimientos que conduzcan a veranos europeos más calurosos y secos.
Los resultados del trabajo, que se publican en la revista de acceso abierto Weather and Climate Dynamics de la Unión Europea de Geociencias, sugiere que el tiempo estival europeo es predecible con meses o años de antelación, debido a los mayores niveles de agua dulce en el Atlántico Norte.
Marilena Oltmanns, autora principal e investigadora científica del NOC indica que "mientras que el Reino Unido y el norte de Europa experimentaron un tiempo inusualmente frío y húmedo en el verano de 2023, Groenlandia experimentó un verano inusualmente cálido, lo que llevó a un aumento de la entrada de agua dulce en el Atlántico Norte. Basándonos en la cadena de acontecimientos identificada, esperamos que las condiciones océano-atmósfera sean favorables para un verano inusualmente cálido y seco sobre el sur de Europa este año."
El trabajo identifica claramente la relación del deshielo y el agua dulce derramada sobre el Atlántico Norte y las condiciones de bloqueo atmosférico que conducen a olas de calor que afectan especialmente al sur de Europa. Este es un dato de importancia para países como España, Portugal, Italia y Grecia, pero no menor para Francia, por ejemplo.
El deshielo de Groenlandia puede sumar calor a Europa
Marilena Oltmanns también señala que "dependiendo de la trayectoria del agua dulce en el Atlántico Norte, también esperamos un verano cálido y seco en el norte de Europa en los próximos 5 años. Podremos estimar con más precisión el año exacto del verano cálido y seco en el norte de Europa en el invierno anterior a que se produzca." A mayores temperaturas en latitudes árticas, el deshielo hacia el océano es mayor.
En concreto, el deshielo del hielo marino y glaciar es una fuente creciente de agua dulce para el Atlántico Norte, y los cambios en la cantidad de hielo marino pueden alterar la circulación normal de los océanos, influyendo en el clima mundial. Con el aumento del deshielo, el estudio sugiere que las olas de calor y las sequías europeas serán más intensas en el futuro. El calentamiento de Europa tras las fuertes descargas de agua dulce en el Atlántico Norte se sumará al calentamiento que ya se está produciendo a causa del cambio climático, provocando cambios en los patrones meteorológicos.
De alguna manera, el vertido de agua cálida está evidenciando que suma la posibilidad de calentamiento al que ya se observa de forma global, y especialmente en los veranos de Europa y de mayores latitudes. Los científicos resaltan la importancia de las observaciones oceánicas para garantizar que los modelos climáticos capten todos los procesos físicos necesarios para hacer predicciones meteorológicas precisas.
Los cambios de circulación se suman al calentamiento
Este estudio es un paso adelante para mejorar los modelos de predicción, lo que permitirá a las industrias y a las partes interesadas planificar con antelación condiciones meteorológicas específicas, como adaptar los métodos agrícolas para que sean más resistentes, predecir el uso de combustible y prepararse para las inundaciones. Pero también a los países para adaptarse a la chance de mayores olas de calor, teniendo en cuenta que varios países de Europa ya han superado la vara de los 45 ºC de temperatura máxima.
En la investigación se combinó un conjunto completo de productos de observación, y se demostró que las anomalías más fuertes del agua dulce están asociadas con un frente de temperatura de la superficie del mar más agudo entre el Atlántico norte subpolar y subtropical en invierno, una mayor inestabilidad atmosférica sobre el frente de temperatura de la superficie del mar y una circulación atmosférica a gran escala que induce un desplazamiento hacia el norte de la corriente del Atlántico Norte, fortaleciendo el frente de temperatura de la superficie del mar.
En el verano siguiente, los vientos de la baja troposfera se desvían hacia el norte a lo largo del frente mejorado de temperatura de la superficie del mar y la costa europea, formando parte de una anomalía de la circulación atmosférica a gran escala asociada con un clima más cálido y seco en Europa. Los vínculos estadísticos identificados son significativos en escalas de tiempo que van desde años hasta décadas e indican una mayor previsibilidad del clima de verano en Europa al menos con un invierno de antelación, siendo las regiones y amplitudes exactas de las anomalías del clima cálido y seco en Europa sensibles a la ubicación, intensidad y extensión de las anomalías de agua dulce del Atlántico norte durante el invierno anterior.