Descubren que el calentamiento global es peor de lo que se creía
La Tierra se encamina a un calentamiento nunca registrado en más de 50 millones de años. El aumento de la proporción de gases de efecto invernadero está por encima de los momentos más calientes del planeta.
Los datos son terminantes. Es información en estado puro. Y lo cierto es que nuevas evidencias permiten plantear que el escenario de calentamiento global es mucho peor de lo que se creía. Esta semana se conocieron detalles de una investigación, publicada por la revista especializada Science, que analiza 66 millones de años de registros climáticos obtenidos en diferentes lugares de la Tierra.
De acuerdo a lo reportado por LiveScience, los investigadores han analizado los elementos químicos en miles de muestras de foraminíferos para construir el registro climático más detallado de la Tierra. Las conclusiones del estudio, revelan cuán grave es la situación climática actual.
La investigación que llevó décadas completar, utiliza datos recabados por perforaciones en el océano profundo. Con esa información se logra detallar los cambios climáticos de la Tierra a lo largo de toda la era Cenozoica, el período de 66 millones de años que comenzó con la muerte de los dinosaurios y se extiende hasta la época actual de los humanos.
Las fases del clima del planeta
Los resultados de la investigación muestran cómo la Tierra pasó a través de cuatro estados climáticos distintos, denominados estados Warmhouse, Hothouse, Coolhouse y Icehouse, en respuesta a los cambios en la órbita del planeta, los niveles de gases de efecto invernadero y la extensión de las capas de hielo polar.
Hace sesenta y seis millones de años, después de que un asteroide masivo golpeara la Tierra con la energía explosiva de aproximadamente mil millones de bombas nucleares, una capa de cenizas, polvo y roca vaporizada cubrió el cielo y llovió lentamente sobre el planeta.
A medida que las especies de plantas y animales murieron en masa, las diminutas amebas submarinas llamadas foraminíferos continuaron reproduciéndose, formando conchas resistentes a partir de calcio y otros minerales de aguas profundas, tal como lo habían hecho durante cientos de millones de años.
Cuando cada foraminífero inevitablemente murió, pulverizado en sedimento del lecho marino, mantuvieron viva una pequeña parte de la historia antigua de la Tierra en sus conchas fosilizadas. Un registro permanente de los cambios que fue sufriendo el clima del planeta.
Un calentamiento nunca antes registrado
Según el estudio, el ritmo actual del calentamiento global antropogénico supera con creces las fluctuaciones climáticas naturales observadas en cualquier otro punto de la era Cenozoica, y tiene el potencial de impulsar a nuestro planeta desde una larga fase de congelación a un estado de invernadero abrasador.
Como el período de estudio es tan largo, se tuvieron que considerar los impactos astronómicos en el clima del planeta, cómo la órbita que cambia lentamente y la inclinación hacia el Sol de la Tierra que impacta la cantidad de luz solar que llega a diferentes partes del planeta, conocidos como ciclos de Milankovitch.
Pero al comparar esos cambios con los actuales, concluyeron que son mucho más pequeños y en una escala de tiempo mucho más larga. Cada gran salto entre los estados climáticos estaba vinculado a un cambio masivo en los niveles de gases de efecto invernadero. Por ejemplo, unos 10 millones de años después de la extinción de los dinosaurios, la Tierra vivió un gran calentamiento conocido como Máximo Térmico Paleoceno-Eoceno. Este evento fue impulsado por una liberación masiva de carbono a la atmósfera, que se cree que es el resultado de enormes erupciones volcánicas en el Atlántico Norte.
Ahora, las emisiones humanas de gases de efecto invernadero están provocando que las temperaturas aumenten en un grado nunca visto en decenas de millones de años. Este aumento está mucho más allá de las variaciones naturales provocadas por la órbita cambiante de la Tierra. Y si las emisiones de gases de efecto invernadero actuales se mantienen estables, el clima podría dispararse de nuevo a niveles no vistos desde el Máximo Térmico del Paleoceno-Eoceno. Esos cambios no llevarían millones de años, sino pocos siglos.