Descubren veinte asteroides potencialmente peligrosos para la Tierra
Un reciente estudio científico sobre las trayectorias futuras de los asteroides del sistema solar ha revelado que una veintena de ellos podrían cruzar la órbita de la Tierra en un futuro no muy lejano.
Científicos de la Universidad de Colorado y de la NASA llevaron a cabo recientemente un estudio en profundidad de los distintos asteroides que orbitan alrededor de la Tierra con el fin de evaluar los riesgos de futuras colisiones.
Varios asteroides pondrán en riesgo a nuestro planeta
Este nuevo estudio ha proporcionado abundante información sobre nuestro sistema solar y el lugar que ocupa la Tierra en él. Además de los planetas que componen nuestro sistema solar, también hay 962 asteroides, cada uno de al menos un kilómetro de diámetro, que pasan periódicamente alrededor de nuestro planeta.
Para determinar cuáles de ellos podrían acercarse lo suficiente como para provocar un posible impacto con la Tierra, los investigadores utilizaron innovadoras herramientas matemáticas para predecir las trayectorias futuras de más de 800 objetos celestes durante los próximos mil años.
Aunque la mayoría de estos asteroides no presentan riesgo de colisión, ya que sus órbitas permanecen relativamente alejadas de la nuestra, algunos son más preocupantes, ya que se espera que crucen la trayectoria de la Tierra en un futuro más o menos lejano. Los investigadores han identificado una veintena de objetos susceptibles de impactar contra la Tierra en el próximo milenio. Es importante señalar, sin embargo, que las probabilidades de que uno de estos objetos colisione realmente con nuestro planeta son muy bajas, e incluso prácticamente nulas en el próximo siglo.
Sin embargo, uno de estos asteroides, llamado 7482 (1994 PC1), es más preocupante que el resto de los asteroides en este estudio. Se espera que cruce la órbita de la Tierra alrededor del Sol de forma regular en los próximos siglos, lo que lo convierte en una amenaza mucho mayor que sus compañeros asteroides. Fue descubierto por primera vez en 1974 y mide algo más de un kilómetro de diámetro, lo que bastaría para crear un cráter de unos 20 km de diámetro (el tamaño de París) e incluso supondría un riesgo para la vida en la Tierra en caso de impacto.
A diferencia del resto de los asteroides estudiados, se espera que el 7482 (1994 PC1) mantenga una trayectoria cercana a la de la Tierra durante los próximos siglos, lo que aumentaría el riesgo de impacto. Sin embargo, el científico encargado del estudio asegura que no hay motivos inmediatos de preocupación. No obstante, el asteroide se ha añadido a la lista de asteroides bajo estrecha vigilancia, y serán necesarios nuevos datos para confirmar o desmentir el riesgo de un futuro impacto.
La importancia de estudiar los asteroides de alto riesgo
Este estudio es, pues, tranquilizador para el futuro próximo, ya que no pone realmente de relieve ningún riesgo importante de impacto de un asteroide contra la Tierra. No obstante, constituye una contribución muy importante a nuestra comprensión del espacio que nos rodea, así como de los mecanismos que rigen la trayectoria de estos objetos celestes.
La modelización informática es cada vez más eficaz para establecer las trayectorias de los asteroides en las próximas décadas y cientos de años. Teniendo en cuenta las fuerzas gravitatorias, las velocidades de los asteroides y minimizando las incertidumbres inducidas por la influencia del Sol o incluso los impactos entre varios asteroides, ya es posible elaborar una lista relativamente precisa de los objetos más peligrosos que orbitan alrededor de nuestro planeta.
La detección temprana de asteroides potencialmente peligrosos es crucial. Según Fuentes-Muñoz, uno de los científicos encargados de este estudio, establecer la trayectoria de un asteroide con décadas de antelación es mucho más eficaz que hacerlo unos años o meses antes de un impacto previsto. Cuanto antes se detecte el objeto, más fácil será reunir información crucial sobre su composición, velocidad y trayectoria exacta, y más fácil será establecer el riesgo real que supone para la Tierra.
Aunque siempre será difícil evitar una colisión si existe un riesgo probado de impacto, la importancia de este tipo de estudios radica en detectar lo antes posible estos asteroides con riesgo potencial de impacto, para así poder estudiar todo tipo de soluciones y maximizar nuestras posibilidades de evitarlos.