Dientes explosivos: cuando la odontología se enfrentó a lo inexplicable

En pleno auge del siglo XIX, médicos y científicos de la época estaban perplejos ante los relatos de pacientes que aseguraban que sus dientes habían explotado violentamente en sus bocas. ¿Real?

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Pacientes de todo el mundo reportaban que sus dientes explotaban luego de estar días con un intenso dolor.

Cuando en 1860 comenzó a publicarse la revista científica The Dental Cosmos, una serie de artículos llamaron la atención de los especialistas dentales. En varias ciudades distintas de EEUU se habían reportado casos en los que los dientes de los pacientes explotaban de manera violenta luego de que experimentaran un fuerte dolor.

Uno de los casos más renombrados ocurrió en 1817, en el condado de Mercer, Pensilvania. Un reverendo comenzó a experimentar un dolor de muelas tan intenso que, en palabras del dentista WH Atkinson, "lo volvió loco". Durante sus momentos de agonía, el reverendo realizaba acciones desesperadas en busca de alivio.

El giro sorprendente de los acontecimientos ocurrió al día siguiente, cuando luego de un sonido agudo, similar a un disparo de pistola, su diente se rompió en fragmentos y trajo un alivio inmediato al reverendo.

Corría de un lado a otro, llegando a enterrar su cabeza en el suelo o sumergirla en agua fría en un intento desesperado por encontrar consuelo. Sin embargo, el giro sorprendente de los acontecimientos ocurrió al día siguiente, cuando luego de un sonido agudo, similar a un disparo de pistola, su diente se rompió en fragmentos y trajo un alivio inmediato al reverendo. Estos relatos no fueron incidentes aislados.

El dentista WH Atkinson también describió otros dos casos similares en 1830 y 1855, en los cuales los individuos experimentaron un dolor insoportable antes de que sus dientes explotaran. Los editores del British Dental Journal descubrieron recientemente una animada correspondencia de sus archivos, impresa originalmente en 1965 , que detalla muchas otras historias archivadas como “detonación de dentina”.

En algunos de los casos, estas explosiones eran muy violentas. Tanto, que su fuerza llegaba a derribar a las personas o dejarlas sordas por un tiempo. Incluso, hubo algunos reportes en Londres, donde un hombre perdió su diente delantero mientras masticaba un trozo de pan. El diente voló a través de la habitación y golpeó a un niño en la cabeza, causándole una herida leve. Otro caso ocurrió en Francia, donde el diente voló a través de la habitación y golpeó a su esposo en la cara, causándole una contusión.

Teorías explosivas

Los relatos de situaciones en los que los dientes explotaban se multiplicaban alrededor del mundo, pero curiosamente no hubo más reportes documentados desde la década de 1920. ¿Serían los dientes de nuestros antepasados más volátiles?

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Los empastes dentales antiguos pueden ser la razón de las explosiones

Dada la rareza de estos eventos y su aparente falta de explicación, los científicos y dentistas del siglo XIX se embarcaron en una búsqueda para comprender qué estaba ocurriendo. Una de las primeras teorías fue que un gas se acumulaba dentro de un diente en descomposición y esto provocaba la exploción. Esta teoría quedó descartada ya que no existe esa liberación de gas en un diente enfermo.

Atkinson también planteó una teoría en sus observaciones. Sugirió que la caries podría haber causado una acumulación de gas por descomposición de alimentos o una infección, lo que eventualmente provocó que el diente se fracturara. Aunque es un poco más creíble, la realidad es que los dentistas son escépticos ya que los dientes son muy fuertes, y es poco probable que esa presión los haga explotar.

Empastes y caries

Una teoría más reciente plantea una posible explicación basada en la composición de los empastes dentales utilizados en ese período. Durante el siglo XIX, se empleaban varios metales, incluyendo estaño y plomo, para rellenar las cavidades dentales.

La mezcla de metales podría dar lugar a la electrólisis espontánea, generando gas dentro de un diente. Este gas podría haber causado la explosión del diente bajo ciertas condiciones, como la presión o la exposición al calor.

Si se usaban dos metales diferentes en la misma boca, esto podría crear una especie de "batería" en la boca de una persona. La mezcla de metales podría dar lugar a la electrólisis espontánea, generando gas dentro de un diente. Este gas podría haber causado la explosión del diente bajo ciertas condiciones, como la presión o la exposición al calor, como al fumar un cigarrillo.

Aunque estas teorías proporcionan posibles explicaciones para los casos de dientes explosivos, aún no tenemos una respuesta definitiva. Dado que estos eventos se volvieron cada vez más raros y finalmente desaparecieron hacia la década de 1920, es difícil realizar investigaciones directas sobre el fenómeno. Sin embargo, lo que es seguro es que la odontología moderna ha avanzado significativamente, y los casos de dientes explosivos son prácticamente inexistentes en la actualidad.