Diez asombrosas rarezas del sistema solar
Nuestro sistema solar es un fascinante rincón del universo que aún guarda muchos misterios. Develarlos nos ayudará a entender nuestro origen y nuestro futuro.
Una estrella, cuatro planetas rocosos, y cuatro planetas gaseosos, algunos planetas enanos, más de 150 lunas, millones de asteroides, meteoroides y cometas componen un sistema estelar creado hace 4.500 millones de años y que alberga el lugar a que llamamos Tierra. Estudiar nuestro sistema solar nos ayuda a entender el origen de la vida y lo que nos espera como civilización.
A continuación, veremos una selección de diez datos interesantes acerca de nuestro sistema solar.
Mercurio cada vez más chico
Sí: Mercurio, el planeta más pequeño de nuestro sistema solar, apenas un poco más grande que nuestra Luna, se está achicando.
Es que este planeta está hecho principalmente de metal y está perdiendo las altas temperaturas internas que tenía cuando se formó. Entonces, al enfriarse se está encogiendo como sucede con la dilatación de cualquier metal.
Junto con Venus, la Tierra y Marte, Mercurio es uno de los planetas rocosos o terrestres, mientras que el resto de los planetas del sistema solar son gaseosos. Y de los cuatro rocosos, Mercurio casi no tiene atmósfera. Y pese a que es el planeta más cercano al Sol, no es realmente el más cálido. Venus lo es, por las razones que explicaremos a continuación.
Venus, un planeta caliente
Venus está más lejos del Sol que Mercurio, y sin embargo es el planeta más caliente del sistema solar. Esto se debe a su densa atmósfera, que por la concentración de dióxido de carbono provoca un exceso de efecto invernadero. En Venus, el 96.5% de su atmósfera está compuesta por CO2, mientras que en la Tierra tenemos el 0.041% (410 partes por millón) de CO2. Es tanto el calor en su superficie (470 °C), que algunos metales como el plomo, serían charcos de metal fundido, y la lluvia es ácida.
Venus está más cerca de la Tierra que Marte y sin embargo este último planeta ha recibido más misiones de exploración. Eso es porque prácticamente todas las sondas enviadas para explorar Venus han soportado pocos minutos en su densa atmósfera, siendo todas destruidas tras ser sometidas a presiones equivalentes a más de 90 veces la que soportamos en la Tierra.
La tormenta hexagonal de Saturno
En el hemisferio norte de Saturno, desde hace varias décadas -por no decir centurias- se registra una majestuosa tormenta de seis lados apodada "el hexágono".
Las causas de por qué esa tormenta tiene la esa forma es un misterio. Sí sabemos que cada uno de los lados de este patrón nuboso tiene una longitud apenas mayor al diámetro terrestre, y que dentro de esta “tormenta” que comparte varias características con los huracanes, cabe cuatro veces nuestro planeta.
Los vientos supersónicos de Neptuno
El planeta más lejano conocido del sistema solar es Neptuno, quien obtiene una pequeña fracción del calor y la luz que disfrutan otros planetas. Pero Neptuno irradia más calor del que recibe del Sol, y eso es tema de estudio por parte de la ciencia. La NASA estima que Neptuno irradia una cantidad sustancial de calor, alrededor de 2.6 veces más que la recibida del Sol.
Este calentamiento interno proporciona la energía necesaria para que Neptuno tenga los vientos más rápidos en el sistema solar, con ráfagas de hasta casi dos veces la del sonido, 2100 km/h.
Cinturón de asteroides
Entre las órbitas de Marte y Júpiter, hay una región que tiene al menos unos 500 millones de kilómetros de espesor, donde unos 960.000 asteroides están distribuidos en el llamado cinturón de asteroides del sistema solar.
En muchas películas de ciencia ficción vemos que las naves tienen que zigzaguear al atravesarlo, como si fuese un campo minado... pero la realidad es que están bastante espaciados y la chance de chocar con uno de ellos es extremadamente pequeña.
Son cuatro los planetas con anillos en el sistema solar
Sí. No sólo Saturno tiene anillos. Todos los planetas gaseosos (Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno) tienen anillos. Además, dentro de nuestro sistema solar, se pueden contar otros tres cuerpos celestes (asteroides y planetas enanos) con anillos.
Pero estos anillos no son discos unidos firmemente entre sí. Son un conjunto de partículas de polvo, rocas y hielo orbitando alrededor del planeta, y la forma de anillo es simplemente un efecto óptico.
El planeta que peor huele
Urano tiene ese raro privilegio, ya que presenta un olor a sulfuro de hidrógeno, compuesto químico letal que huele similar a un “huevo podrido”.
Lamentablemente dicho olor, junto a una atmósfera compuesta por hidrógeno, helio y metano, hace que se torne imposible algún tipo de esperanza que los humanos habiten el planeta.
No todos los días duran lo mismo
Cuando pensamos en un día, nuestra primera referencia es el ciclo lo primero que te viene a la mente es el ciclo día-noche, y que denominamos día solar. En la Tierra, un día solar dura alrededor de 24 horas... pero no es así en nuestro sistema solar.
En Venus, el día dura 5832 horas, mientras que en Mercurio dura 1408 horas. La Tierra y en Marte tienen duraciones parecidas: 24 y 25 horas respectivamente. Los gigantes gaseosos rotan muy rápido: en el caso de Júpiter, solo tarda 10 horas en dar una vuelta entera alrededor de su eje; Saturno tarda 11 horas, Neptuno 16 y Urano, 17 horas.
Planetas sin lunas
Si bien se han contado más de 150 lunas, Mercurio y Venus son los únicos planetas del sistema solar que no tienen satélites naturales. Esto se debe al reducido tamaño de ambos, y su cercanía al Sol, que por su gravedad engulliría cualquier luna de estos dos planetas.
Vivimos en la atmósfera del Sol
El Sol representa el 99 por ciento de la masa total del sistema solar. Lo imaginamos como una bola incandescente y gigante, situada a unos 150 millones de kilómetros de distancia. Pero lo que no consideramos, es que nuestro planeta, y prácticamente todo el sistema solar orbita dentro de su tenue atmósfera.
Eso se ve evidenciado cuando las ráfagas del viento solar dan origen a las auroras, que no sólo se observan en la Tierra, sino también en planetas tan distantes como Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. De hecho, la “heliósfera” o atmósfera solar exterior, se extiende al menos a 100 UA (Unidades Astronómicas), unos 15.000 millones de kilómetros. Por esto, no hay lugar a dudas de que vivimos “dentro” del Sol.