El 0 de enero y su importancia para la astronomía
Comenzó un nuevo año, y si nunca habías escuchado sobre el día 0 de enero, te contamos de qué se trata, su origen, y la utilidad que tiene para los astrónomos.
Si le preguntás a un astrónomo cuál es el primer día del año, posiblemente te responda que no es el 1 de enero, sino el 0 de enero. Lo más interesante es que cuando leas su justificación dirás: "sí claro, ¡tiene razón!", Y te dejará pensando bastante en el tema.
Si por ejemplo, al primer día del 2022 lo estamos llamando 1 de enero desde las 0 horas, pero técnicamente aún no ha transcurrido el día entero de ese año, nos preguntamos si en realidad ¿contamos los días o los ordenamos en el calendario?
Lo mismo que ocurre con los días pasa con los años, el año siguiente al -1 aC fue el 1 dC y entonces ¿qué pasó con el año 0? No existe. Es por eso que, por ejemplo, el año 2000 es el último año del siglo XX, y no el primero del siglo XXI.
Entonces, respondiendo a la pregunta de si contamos u ordenamos días en el calendario, la respuesta es que con ausencia del año 0 y de los días 0 de cada mes queda en evidencia que lo que hacemos es nombrar los días en números ordinales. O sea que no existe el día 0 en el calendario simplemente porque en una lista ordenada tampoco existe una posición previa a la primera.
Los astrónomos necesitan de un día cero
El astrónomo Jorge Núñez de Murga, catedrático del Departamento de Astronomía y Meteorología de la Universidad de Barcelona, describió a BBC Mundo el origen de esta confusión, "¿por qué al primer día del 2022 lo llamamos 1 de enero desde las 0 horas, si técnicamente todavía no ha transcurrido ese día entero? "
"El 1 de enero de 2022 a las 12 del mediodía, transcurrió recién 0.5 días del 2022, y se completa recién justo a medianoche, cuando en realidad en nuestro calendario ya es 2 de enero", remarca Nuñez. Este lapso entre el nombre que el calendario da a los días y el tiempo por el que efectivamente transcurren, genera un problema para los cálculos astronómicos.
En el momento en que se tiene que hacer cálculos sobre el tiempo (usando números cardinales), surgió la necesidad de designar un día 0. Por eso, Nuñez explica que "la astronomía optó por usar como recurso el último día del año, o sea que este misterioso y nuevo 0 de enero, es el 31 de diciembre del año anterior".
El astrónomo explica que "es muy útil para los cálculos en los que tienes que usar fracciones de año o de mes". De hecho "los libros de efemérides publican los datos de posición de astros y planetas con fecha de 0 de enero, y las tablas astronómicas comienzan por ese mismo día" .
O sea que el 0 de enero es "simplemente un recurso usado para los cálculos astronómicos", y que a la hora de publicar los datos se adaptan al calendario regular, explican los astrónomos. El 0 de enero seguirá apareciendo en los libros técnicos de astronomía, aunque ahora, con las computadoras ya no es tan importante.
Ajustando el calendario
Nos quedó claro entonces que el 0 de enero es un día ficticio, su objetivo es mantener la fecha del año para el cual fue publicado una efeméride, evitando así cualquier referencia al año anterior, incluso habiendo aceptado que se trata de la misma fecha que el 31 de diciembre del año anterior.
Se trata del espacio de tiempo transcurrido desde las 12 del mediodía del 31 de diciembre hasta las 12 del mediodía del 1 de enero y se corresponde con el tiempo solar medio, y no de medianoche a medianoche como el tiempo civil. Con este sistema se empieza a contar el tiempo a través del meridiano superior, y no del meridiano inferior, por lo que es una medida de día astronómico.
En una reunión en Dublín en 1955, la Unión Astronómica Internacional adoptó un calendario juliano especial, que se iniciaba al mediodía del 0 de enero de 1900, el propósito de su creación fue únicamente astronómico.