El corazón es el que habla: nueva investigación apunta a que este órgano es responsable de los desmayos
Encuentran que cuando unas neuronas asociadas al corazón se activan ocurre una serie de cambios en el cuerpo que pueden conducir al desmayo.
Se estima que el 40% de las personas experimentan al menos un desmayo a lo largo de su vida, fenómeno que constituye una parte nada despreciable de las visitas a las salas de urgencias en hospitales. Sin embargo, los mecanismos precisos detrás de estos desmayos han permanecido en gran medida como un misterio.
“Una restricción repentina del flujo sanguíneo al cerebro”. Así es como los médicos explican tradicionalmente por qué la gente se desmaya. Pero ¿Qué causa que el flujo sanguíneo de una persona cambie espontáneamente? ¿Y qué partes del cerebro juegan un papel clave? Un equipo de investigadores de la Universidad de California en San Diego se propuso encontrar algunas respuestas realizando experimentos en ratones.
El profesor asistente de la Facultad de Ciencias Biológicas, Vineet Augustine, autor principal del artículo, presentó una idea revolucionaria al considerar al corazón como un órgano sensorial en lugar de simplemente un ejecutor de instrucciones cerebrales. Augustine señala: "Lo que estamos descubriendo es que el corazón también envía señales al cerebro, lo que puede cambiar la función cerebral".
Los investigadores de la Universidad de California en San Diego descubrieron que unas neuronas específicas del corazón, llamadas neuronas sensoriales vagales, son las responsables de los desmayos. Estas neuronas se encuentran en los ganglios nudosos, que son parte de los nervios vagos. Los nervios vagos son los encargados de transmitir señales entre el cerebro y los órganos internos, como el corazón.
Las neuronas sensoriales vagales expresan un receptor llamado NPY2R. Cuando este receptor se activa, envía una señal al cerebro que provoca una serie de cambios en el cuerpo, como la disminución de la frecuencia cardíaca, la presión arterial y la respiración.
Luego de estimular con láser las neuronas del corazón de ratones, observaron que las neuronas se encendían y comenzaban a variar los registros de presión y circulación sanguínea, entre otros. "Nos quedamos impresionados cuando vimos cómo sus ojos se pusieron en blanco al mismo tiempo que la actividad cerebral disminuía rápidamente", informaron los investigadores en un resumen del artículo. “Luego, después de unos segundos, la actividad cerebral y el movimiento regresaron. Este fue nuestro momento eureka”.
Más allá de los desmayos
A pesar de estos avances, aún queda mucho por aprender. La investigación todavía no han identificado qué activa la vía nerviosa en la vida real ni ha confirmado la aplicabilidad directa en los humanos.
Augustine dijo: “Estos hallazgos eran difíciles de descubrir anteriormente porque los neurocientíficos estudian el cerebro y los cardiólogos estudian el corazón, y lo hacen de forma aislada el uno del otro. Los neurocientíficos tradicionalmente piensan que el cuerpo sigue al cerebro, pero ahora se está volviendo obvio que el cuerpo envía señales al cerebro y luego el cerebro cambia de función”.
Aún así, este descubrimiento es importante ya que abre las puertas para ayudar a desarrollar nuevos tratamientos para los trastornos relacionados con los desmayos, como la enfermedad de Ménière, el síndrome de vasovagal y la epilepsia.