El Etna sigue transformándose: el cráter central del volcán siciliano cambia de forma
Nuevos cambios tras las últimas erupciones en Bocca Nuova (BN), uno de los cuatro cráteres de la cumbre del Etna, el volcán más grande de Europa.
El 7 de abril de 2024, la Bocca Nuova (BN), uno de los cuatro cráteres de la cumbre del Etna, se vio afectado por una secuencia de explosiones que duró unos cuatro minutos y alteró notablemente el pequeño cráter de colapso formado casi un año antes, en julio de 2023. Así lo informó el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología en un artículo. El otro cráter del interior de la Bocca Nuova también se ensanchó y profundizó algo.
Estas modificaciones de los cráteres de la cumbre del Etna son normales en un volcán muy activo de cráter abierto. Así lo demuestran, por ejemplo, las dos fotos de la derecha visibles en el tweet inferior, que muestran el cráter central desde arriba en octubre de 2002 (foto C) y, veintidós años después, a mediados de abril de 2024 (foto D), respectivamente.
La foto B muestra el pequeño cráter de colapso formado hace casi un año, en julio de 2023 (foto A), tal y como aparece hoy. Las líneas de puntos blancos dibujadas en el borde de los cráteres interiores del año pasado permiten apreciar fácilmente sus cambios morfológicos recientes.
Dibujando el borde de los cráteres en la foto más antigua (2002) y reportándolo en la foto de 2024 (indica el INGV en su artículo) se puede estimar cómo, en el interior de la Voragine (Vor), el profundo cráter de fosa ha sido suplantado, a partir de 2019, por un cono piroclástico caracterizado por dos pequeñas bocas de cima (resaltadas por líneas de puntos rojas). Aún más notable es la transformación de la Bocca Nuova, donde los grandes cráteres de fosa (BN1 y BN2) que existían en 2002 son ahora mucho menos evidentes.
Etna, un gran volcán en continua actividad
Así pues, las últimas erupciones han seguido modificando la forma del volcán siciliano, algo normal en los volcanes, que son estructuras en constante cambio. Recordemos, por ejemplo, que las erupciones de 2021 aumentaron la altura del Etna, y el punto más alto se estableció ese año en el cráter sureste en 3357 (± 3 m).
Estos nuevos datos altimétricos fueron publicados por el Instituto Nacional Italiano de Geofísica y Vulcanología (INGV) en su boletín semanal sobre la vigilancia volcánica, geoquímica y sísmica del volcán Etna del 10 de agosto de 2021.
A esto siguió un 2022 y un 2023 repletos de nuevos eventos eruptivos. Los últimos episodios importantes se produjeron a finales de 2023, en noviembre, con el episodio paroxístico del 12 de noviembre de 2023, seguido de fenómenos hasta el 1 de diciembre.