El impactante descubrimiento de un cráneo de elefante prehistórico cambia lo que sabíamos sobre su evolución
Hace 400.000 años, los primeros humanos convivían con elefantes gigantes, mucho más grandes que sus primos modernos. Su evolución ha sido un misterio para los paleontólogos, pero el descubrimiento de un cráneo ha abierto una ventana al pasado.
El descubrimiento de un cráneo fósil de gran tamaño y casi completo de un elefante gigante extinto encontrado en el valle de Cachemira, en el norte de la India, durante una excavación en el año 2000, está ayudando a arrojar luz sobre un episodio oscuro en la historia evolutiva de estos megaherbívoros prehistóricos.
La revelación, además de su relevancia arqueológica, abrió una ventana al pasado. Reveló cómo las civilizaciones antiguas interactuaban con los animales gigantes que habitaban la región.
El fósil gigante fue enterrado junto a 87 herramientas de piedra prehistóricas, y los objetos fueron excavados a finales de la década de 2000 por un equipo de geólogos integrado por el Dr. AM Dar y MS Lone del Government Degree College en Sopore, el Dr. Ghulam Bhat de la Universidad de Jammu y también por el veterinario Dr. MS Shalla.
Para intentar obtener estas y otras respuestas, un equipo internacional formado por investigadores del Museo de Historia Natural de Florida, la Universidad de York, el Museo Británico, el Museo de Historia Natural de Londres y el Dr. Steven Zhang, de la Universidad de Helsinki, estudió el cráneo para saber más sobre este megaherbívoro.
Los investigadores pudieron concluir que se trataba de un cráneo de Paleoloxodon, uno de los animales terrestres más grandes que jamás haya existido, y se centraron en determinar la edad y el contexto evolutivo de este elefante gigante.
Uno de los mamíferos terrestres más grandes que jamás haya existido
Los hallazgos fueron realmente sorprendentes. Era el cráneo de elefante fósil más completo de la India que los investigadores habían visto jamás, y era enorme, medía 1,37 metros de altura desde el techo del cráneo hasta la base de las vainas de los colmillos, lo que indica un inmenso herbívoro que medía 4 metros de altura y pesaba alrededor de 13 toneladas.
Para determinar la edad aproximada del sitio, los investigadores inspeccionaron los huesos en busca de signos de exploración humana, examinaron las 87 herramientas de piedra que se encontraron esparcidas alrededor del esqueleto y tomaron muestras de esmalte dental.
Los notables signos de matanza y las herramientas prehistóricas encontradas hacen de este el sitio más antiguo que documenta la actividad humana prehistórica en el subcontinente indio. Todo el sitio data probablemente de hace unos 300.000 a 400.000 años, en una época conocida como Pleistoceno Medio.
El análisis del cráneo de este elefante gigante planteó varias dudas a los investigadores, no sólo por su tamaño, sino también por la ausencia de una característica craneal clave presente en otros fósiles de Paleoloxodon, también encontrados en la India: una cresta prominente en la parte superior del cráneo.
Esta falta de protuberancia ha desconcertado a los expertos durante años, ya que tradicionalmente se cree que el desarrollo de la cresta en estos elefantes extintos está relacionado con la madurez sexual y la edad del individuo.
La ausencia de una cresta craneal bien desarrollada plantea dudas
Sospechando que podría tratarse de otra especie, el equipo comparó este cráneo con otro descubierto en Turkmenistán en los años 50, conocido como Palaeoloxodon turkmenicus, que tampoco tenía una cresta prominente, y pudieron observar varias peculiaridades.
La forma general del cráneo de Cachemira, particularmente la frente, es muy similar a la especie japonesa Palaeoloxodon naumanni, que evolucionó aproximadamente al mismo tiempo. Palaeoloxodon naumanni también se caracteriza por una cresta craneal subdesarrollada en individuos completamente maduros, en marcado contraste con Palaeoloxodon antiquus y Palaeoloxodon namadicu.
Sin embargo, los cráneos de Turkmenistán y Cachemira tenían crestas incluso menos pronunciadas que las de Palaeoloxodon naumanni, lo que sugiere que eran una especie diferente.
Otra característica llamativa del cráneo de Cachemira es la rara preservación del estilohioides, parte del intrincado aparato óseo de la lengua (hioides) del elefante, que controla la lengua y la garganta durante la alimentación, la vocalización y el agua potable a través de la trompa. Los estilohioides de Cachemira se diferencian tanto del Palaeoloxodon naumanni japonés como del Palaeoloxodon antiquus europeo.
Aunque en su momento se pensó que el fósil turcomano podría pertenecer a una variante de la especie europea Palaeoloxodon antiquus, la similitud con el cráneo de Cachemira sugiere que ambos pertenecen a una especie diferente, que hasta ahora ha sido poco estudiada.
Esta especie habría tenido una distribución mucho más amplia de lo que se creía anteriormente, extendiéndose desde Asia Central hasta el norte del subcontinente indio.
El equipo de investigadores no identificó nada que sugiriera que los cráneos de Turkmenistán y Cachemira fueran de especies diferentes. Por lo tanto, pudo concluir que Palaeoloxodon de Cachemira es un espécimen adicional importante de Palaeoloxodon turkmenicus.
¿Un arquetipo o un desarrollo abrupto?
Palaeoloxodon evolucionó por primera vez en África hace entre 1,5 y 1 millón de años, antes de extenderse por gran parte de Eurasia. La investigación pudo determinar que Palaeoloxodon turkmenicus y Palaeoloxodon naumanni representan un “intermedio” evolutivo que conecta la estructura del cráneo de las especies fundadoras africanas con las formas euroasiáticas, con sus elaboradas crestas craneales.
Lo que sigue siendo incierto es si Palaeoloxodon turkmenicus fue en realidad el arquetipo que dio lugar a otras especies euroasiáticas con crestas craneales más pronunciadas, o si representó un desarrollo abrupto en la historia evolutiva de estos magníficos gigantes del Pleistoceno.
Referencia de la noticia:
Jukar, A., Baht, G., Parffit, S. et. al. (2024). A remarkable Palaeoloxodon (Mammalia, Proboscidea) skull from the intermontane Kashmir Valley, India. Journal of Vertebrate Paleontology.