El inframundo de la Tierra tiene más vida y es más profundo de lo que se creía

Un estudio reciente descubrió que la biodiversidad en las profundidades del planeta es mucho mayor de lo que imaginábamos, y lo más sorprendente es que algunos de estos microbios podrían darnos pistas sobre la vida en otros mundos.

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¿Hasta dónde llega la vida en las profundidades?

Cuando pensamos en la vida en la Tierra, lo primero que viene a la mente son los bosques, los océanos y los desiertos. Pero hay un mundo oculto, enterrado bajo nuestros pies, que desafía todo lo que creíamos saber sobre los límites de la vida.

Durante ocho años, un equipo internacional de científicos llevó a cabo un ambicioso censo de la vida subterránea. Recolectaron muestras en más de 50 sitios alrededor del mundo, explorando desde cuevas y acuíferos hasta respiraderos hidrotermales y fluidos del fracking. Lo que encontraron desafía la lógica: microorganismos prosperando a más de 4.375 metros de profundidad, tanto en tierra como bajo el lecho marino.

La idea general era que, a medida que se desciende, la vida debería volverse más escasa debido a la falta de energía. Pero la realidad fue otra. “En algunos entornos subterráneos, la diversidad microbiana es tan alta como en la superficie, o incluso mayor”, explica Emil Ruff, ecólogo microbiano de la Institución Oceanográfica Woods Hole.

El estudio evaluó la diversidad microbiana entre 478 arqueas y 964 bacterias, junto con 147 metagenomas de diversas ubicaciones marinas y terrestres.

En la superficie terrestre, la vida sigue un ritmo acelerado, marcado por la luz solar y la abundancia de recursos. Pero en el subsuelo, la historia es completamente distinta. Sin luz, los microbios deben extraer energía de su entorno de formas sorprendentes: aprovechando el hidrógeno, el metano, el azufre e incluso la radiactividad. Algunos dependen de los restos de sus vecinos, sean estos muertos o vivos (sí, el canibalismo microbiano es real).

Pero lo más asombroso es su ritmo de vida. Mientras que en la superficie una bacteria puede dividirse en cuestión de minutos, en las profundidades algunas células se reproducen solo una vez cada mil años. En términos evolutivos, es como si estuvieran en cámara lenta, optimizando al extremo su metabolismo para sobrevivir con la menor cantidad de energía posible.

Diferencias entre el mar y la tierra

Los investigadores encontraron que la biodiversidad en el subsuelo no sigue las mismas reglas en todas partes. En los ecosistemas marinos, la diversidad bacteriana era inesperadamente alta, mientras que en tierra, los microbios del dominio Archaea parecían dominar con mayor riqueza genética a medida que se descendía. Además, los ecosistemas de la superficie y el subsuelo no son mundos completamente separados, sino que forman un continuo de vida que se adapta a las condiciones extremas.

Los científicos estiman ahora que entre el 50 y el 80 % de las células microbianas de la Tierra viven en el subsuelo

A pesar de la magnitud del estudio, aún hay lagunas en el conocimiento. Mientras que la biodiversidad en el océano está bien documentada, hay entornos como cuevas y suelos profundos que siguen siendo un misterio. Esto significa que la historia de la vida bajo tierra todavía tiene muchas páginas por escribir.

¿Un vistazo a la vida en otros planetas?

Si la vida puede desarrollarse a tales profundidades en la Tierra, ¿por qué no en otros planetas? Ruff y su equipo creen que estos descubrimientos pueden ser clave para buscar vida en Marte u otros cuerpos del Sistema Solar. Si en la Tierra algunos microbios pueden sobrevivir a más de cuatro kilómetros de profundidad, en Marte podrían estar resguardados bajo apenas unos metros de suelo rocoso, protegidos de la radiación y el vacío espacial.

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Tenemos más información de la sprofundidades del océanos que de la tierra

En otras palabras, si alguna vez encontramos vida extraterrestre, es probable que no esté esperándonos en la superficie con antenas y ojos grandes, sino oculta en las profundidades, aferrándose a la existencia de la misma forma en que lo hacen estos microbios terrestres. Tal vez el primer contacto no sea con una civilización avanzada, sino con una bacteria subterránea que ha pasado miles de años esperando a que alguien la descubra.

Referencia de la noticia:

S. Emil Ruff, Una comparación global de los microbiomas superficiales y subterráneos revela gradientes de biodiversidad a gran escala y una división entre lo marino y lo terrestre, Science Advances (2024)