El mar Mediterráneo podría volver a sufrir tsunamis catastróficos en un futuro próximo
Un reciente estudio publicado demuestra la existencia histórica de un tsunami que afectó a la región española de Murcia hace entre 800 y 1.400 años, y cómo sucesos como éste pueden ocurrir en el futuro.
De todos los acontecimientos catastróficos que podemos imaginar, pocos son tan visualmente impresionantes como un tsunami, sobre todo si tenemos en cuenta los más impactantes, como el que se produjo en el sudeste asiático en 2004 y mató a unas 200.000 personas.
Entonces, ¿podríamos experimentar algo así en las costas del mar Mediterráneo en el futuro? Fue esta pregunta la que un grupo de científicos intentó responder en un estudio reciente publicado en el Journal of Iberian Geology. Tomando como referencia la región costera de Murcia, el equipo de investigadores desarrolló su trabajo científico.
En la costa mediterránea española se han descrito hasta ahora pocos registros geológicos de fenómenos extremos como tsunamis o tormentas. Aunque ha habido algunos tsunamis históricos en la región, su impacto en la costa ha sido insignificante.
Tsunamis en la Región de Murcia
La Región de Murcia registra una actividad tectónica moderada, registrándose terremotos de hasta 6,2 a 6,9 grados en la escala de Richter. A pesar de una actividad sísmica de esta magnitud, como se ha dicho, hasta la fecha no existen registros geológicos e instrumentales sólidos de tsunamis que hayan afectado gravemente a la región.
En otras regiones de España existen testimonios históricos de la existencia de este tipo de fenómenos extremos. En la Edad Media, o incluso en épocas anteriores, hay constancia de los efectos de algunos tsunamis en las ciudades de Málaga y Adra, cerca de Almería.
El estudio de la dorsal rocosa situada en Cabo Cope, cerca de la localidad de Calabardina, complementa los estudios realizados hasta ahora y confirma la ocurrencia de tsunamis en la costa este española.
A partir de los depósitos hallados en Cabo Cope, los investigadores pudieron registrar un acontecimiento datado aproximadamente entre 800 y 1.400 años atrás, que provocó grandes acumulaciones de bloques en esta región del litoral murciano.
La presencia en Cabo Cope de un cordón litoral de bloques imbricados de tamaño métrico (compuestos por rocas del Pleistoceno superior) que alcanzan una altura de hasta 4 metros sobre el nivel del mar indica que en la zona tuvo lugar un acontecimiento extremo durante el Holoceno.
Aunque las olas de una gran tormenta podrían ser mayores que las de un tsunami, no tendrían capacidad para arrastrar estos bloques a cuatro metros sobre el nivel del mar, que pesan hasta 17,7 toneladas.
¿Qué nos depara el futuro?
La probabilidad de que se produzca un tsunami en los próximos treinta años en el mar Mediterráneo, con olas de más de un metro de altura y setecientos de profundidad y consecuencias que podrían llegar a ser "catastróficas", es "muy alta", según la UNESCO.
Estas previsiones apuntan a la necesidad de mejorar continuamente los sistemas de vigilancia de terremotos, así como los sistemas de alerta de tsunamis que puedan alertar a la población de la ocurrencia de estos fenómenos de forma rápida y eficaz para minimizar el riesgo de víctimas.
Gracias a los registros históricos, es posible establecer periodos de recurrencia que alerten a las autoridades de posibles fenómenos, como el histórico tsunami de Lisboa, que devastó la costa andaluza en 1755 y dejó más de 1.000 muertos en la región.
Para los autores del estudio, también sería necesario poner en marcha planes de evacuación en las zonas costeras del sur del Mediterráneo para educar y sensibilizar a las poblaciones.
"Estamos hablando del 70% de la población que vive en la costa. Si afecta en verano, la población temporaria de las zonas costeras es mucho mayor que en invierno. Está claro que un tsunami ahora tendría un impacto muy grande", comentó Lario.
Los disparadores
Aunque está más que demostrado que el actual periodo de desregulación climática impulsado por el calentamiento global afectará en el tiempo y en el espacio a fenómenos extremos como los huracanes y las tormentas, también puede tener efectos adversos en el comportamiento de los tsunamis.
La erosión y la degradación de la costa por la acción humana pueden afectar en gran medida a la gravedad de un posible tsunami. "Los procesos de subida del nivel del mar o de erosión de las playas y la protección natural que tienen las costas las hacen más vulnerables en caso de tsunami. Si hemos perdido arena o una zona costera y el agua puede penetrar más tierra adentro, cuando llegue un tsunami el efecto será peor", advierte el geólogo.