El Ojo del Sáhara: una maravilla geológica revelada por la ciencia
En el desierto del Sáhara, en Mauritania, se encuentra el Ojo del Sáhara, una maravilla geológica de 40 kilómetros de diámetro. Su origen magmático e intrusivo desafía las teorías convencionales, convirtiéndolo en un enigma para la comunidad científica.
En Mauritania, en pleno desierto del Sahara, se encuentra una impresionante maravilla geológica conocida como el Ojo del Sahara . Esta estructura circular, de 40 kilómetros de diámetro, es un auténtico espectáculo de la naturaleza y puede verse fácilmente desde el espacio.
Los astronautas en misiones espaciales han admirado esta formación geológica durante varias décadas, y su origen ha sido objeto de intensos debates e investigaciones.
En busca de pruebas sobre el complejo origen del Ojo del Sáhara
Contrariamente a varias teorías que sugerían que el Ojo del Sahara fue el resultado del impacto de un meteorito, más recientemente algunos investigadores creen que su formación es mucho más compleja y fascinante.
La Estructura Circular de Richat, como se la conoce formalmente, está situada en la parte noroeste de la Cuenca de Taoudeni, en la región central de las Mesetas Mauritanas de Adrar.
Destaca en el paisaje por ser una depresión ligeramente elíptica, rodeada de crestas concéntricas de rocas que datan del Proterozoico al Paleozoico Inferior. Esta estructura es única, marcada por sus capas de roca cuarcítica de gran resistencia, formando crestas, mientras que los valles situados entre ellas están formados por rocas menos resistentes.
El Ojo del Sahara es en realidad resultado de una cúpula de roca fundida que se elevó y, al llegar a la superficie, fue esculpida a lo largo de millones de años por la acción del viento y el agua. A diferencia de la teoría anterior del impacto de un meteorito, investigaciones geológicas recientes indican que esta formación es de origen magmático e intrusivo.
Además, está compuesto por una plataforma calizo-dolomítica cubierta por una megabrecha silícea durante kilómetros, que a su vez está sujeta a intrusiones de pequeños anillos basálticos y rocas volcánicas alcalinas.
Pese a todo, el origen del Ojo del Sahara sigue fascinando a los científicos, convirtiéndolo en un enigma geológico que desafía las teorías convencionales.
Enigma geológico que deleita la observación desde el espacio y desafía a los investigadores
La historia de la investigación sobre el Ojo del Sahara se remonta a los años 1950, cuando fue identificado por primera vez en fotografías aéreas. Desde entonces, científicos de diversas áreas, pero sobre todo geólogos, se han dedicado a descubrir los secretos de esta estructura.
En un trabajo de campo reciente, en el que participaron equipos multidisciplinarios del campo de la geología y la geofísica, se confirmó el origen magmático e intrusivo. La Estructura Circular Richat, que alguna vez se creyó que era un cráter de impacto de meteorito, ahora se ve como la superposición de diferentes rocas magmáticas, incluidos diques de anillos gabroicos conectados por un gran cuerpo magmático intrusivo.
Una de las características más notables del Ojo del Sahara es la forma en que cambia su apariencia según el ángulo de observación. Visto desde el espacio, parece un objetivo gigante, a veces comparado con un platillo volador de 40 kilómetros de ancho. Los astronautas a bordo de la Estación Espacial Internacional resaltaron la viveza de esta formación en el paisaje desértico. Sin embargo, la vista a nivel del suelo es mucho menos impresionante, lo que a menudo indica una falta de reconocimiento de la estructura.
Una explicación a este fenómeno surge del hecho de que, a nivel del suelo, el Ojo del Sahara pierde su aspecto distintivo. La estructura geológica no es fácilmente visible en elevaciones similares y puede mezclarse con el terreno circundante.
Para los habitantes de Mauritania, visitar el Ojo del Sahara supone una aventura en el desierto que pocos turistas están dispuestos a emprender. Pocas personas tienen el privilegio de verse inmersas en la majestuosidad de esta formación geológica debido a su inhóspita ubicación, aunque el recorrido puede resultar de gran riqueza.
Además, la ciudad de Ouadane, situada cerca, es un sitio histórico que atestigua el rico patrimonio cultural y comercial de la región, forma parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO y se remonta a una época en la que Mauritania desempeñaba un papel central en el comercio transahariano de sal.
Hoy en día, ciudades como Ouadane y Chinguetti albergan ruinas antiguas y bibliotecas que cuentan la historia de una época en la que el mundo musulmán lideraba las áreas de ciencia y tecnología.