El pene más antiguo de la Tierra: de quién era y cuánto media
El miembro de este animal era mucho más grande que todo su cuerpo. Esta particularidad, aunque ventajosa en términos reproductivos, puede haber significado la extinción de la especie.
No es frecuente encontrar restos fósiles que conserven sus tejidos blandos. Por eso, este caso llamó la atención de los científicos. En 2003, paleontólogos de la Universidad de Leicester, descubrieron un fósil excepcionalmente bien conservado en las rocas de Herefordshire Lagerstätte, en Inglaterra.
En los restos de lava y cenizas de una antigua erupción volcánica, apareció este ejemplar de crustáceo del período Silúrico (en la era paleozoica), que vivió hace unos 425 millones de años. La especie es un pariente lejano de los crustáceos que conocemos hoy.
Debido a que la ceniza se endureció bajo el cuerpo del animal, tanto los tejidos duros como los blandos se salvaron de la desintegración.
La criatura, aunque pequeña, presentaba un rasgo anatómico sorprendente: un pene que triplicaba el tamaño total de su cuerpo.
Por esta característica tan llamativa, los científicos lo denominaron Colymbosathon ecplecticos, que, en griego significa, justamente, nadador excepcional con un pene grande.
No es para menos. En escalas humanas, es equivalente a que un hombre tenga un pene de 11 metros.
Además, los científicos calcularon que el esperma del crustáceo también fue extremadamente grande. De hecho, algunos ostrácodos de apenas 1 milímetro, pueden producir esperma de 10 mm de largo.
El hallazgo resultó relevante porque indica que la fecundación interna –la unión de óvulos y espermatozoides en el interior del cuerpo de la hembra- ya estaba consolidada en el Silúrico. La fertilización interna es una adaptación evolutiva crucial que brinda varias ventajas, entre ellas una mejor protección de los embriones en desarrollo.
Estrategias reproductivas: ventajas y desventajas del tamaño prominente
El tamaño desproporcionado del órgano reproductor en Colymbosathon ecplecticos se debe a una fuerte presión de selección sexual, un fenómeno observable en otras especies donde características llamativas ayudan a la competencia por pareja.
Sin embargo, a pesar de su ventaja reproductiva a corto plazo, los investigadores creen que esta característica podría haber contribuido a la extinción de la especie.
Las especies con machos que invierten excesivamente en características sexuales, tienden a desaparecer más rápidamente. La adaptación a un entorno cambiante se vuelve más difícil cuando se destinan demasiados recursos a la competencia sexual en lugar de a la supervivencia.
El estudio de este crustáceo no solo proporciona una ventana al pasado remoto de la vida marina, sino que también revela el papel crucial de la selección sexual en la evolución de los organismos.
Aunque esta especie en particular desapareció hace dos millones de años, su legado persiste como evidencia de las complejas estrategias reproductivas que han influido en la historia de la vida en la Tierra.